domingo, 2 de noviembre de 2025

Santos del día 2 de noviembre

                                       Santos del día 2 de noviembre


Conmemoración de todos los fieles difuntos. La Santa Madre Iglesia, después de su solicitud en celebrar con las debidas alabanzas la dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha del pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna.

Conmemoración de san Victorino, obispo de Pettau, en Panonia, que redactó múltiples escritos para explicar los libros de la Sagrada Biblia y fue coronado con el martirio en la persecución desencadenada por Diocleciano. († c. 303)
En Trieste, de Istria, san Justo, mártir. († c. s. IV)
En Sebaste, de Armenia, santos Carterio, Estiriaco, Tobías, Eudoxio, Agapio y compañeros mártires, que, siendo soldados, en tiempo del emperador Licinio fueron arrojados a las llamas por permanecer en la fe de Cristo, según nos refiere la tradición. († c. 320)
En Persia, santos Acindino, Pegasio, Aftonio, Epidíforo, Anempodisto y muchos compañeros mártires, que, según se cuenta, padecieron durante el reinado de Sapor II. († s. IV)
Conmemoración de san Marciano, eremita, que, nacido en Cirro, se retiró al desierto de Calcedonia, y allí, viviendo en una estrechísima caseta, sólo por la tarde se alimentaba de una módica cantidad de pan y agua, pero poniendo por delante del ayuno el amor fraterno. († s. IV)
En el monasterio de Agauno, entre los helvecios, san Ambrosio, abad, que, primeramente padre del monasterio de la isla Bárbara, cerca de Lyon, fue luego trasladado a Agauno por su ejemplar observancia religiosa, y allí estableció la práctica de la alabanza perpetua. († c. 520)
En Vienne, de la Galia Lugdunense, san Domnino, obispo, que se dedicó a la redención de los cautivos. († c. 538)
Junto a la fuente de Holywell, en Cambria, santa Winefrida, virgen, a la que se venera como monja eximia. († c. s. VII)
En Vienne, de Burgundia, san Jorge, obispo. († c. 670)
En el monasterio de Clairvaux, en la Borgoña, sepultura de san Malaquías, obispo de Down y Connor, en Irlanda, que restauró allí la vida de la Iglesia, y cuando se dirigía a Roma, en dicho monasterio, y en presencia del abad san Bernardo, entregó su espíritu al Señor. († 1148)
En Argentan, de Normandía, en Francia, beata Margarita de Lorena, que primero fue duquesa de Alençon, y al quedar viuda, abrazó la vida religiosa en un monasterio de Clarisas que ella misma había edificado. († 1521)
En Andover, en el condado inglés de Hampshire, beato Juan Bodey, mártir, que, siendo maestro de escuela, por no aceptar la autoridad de la reina Isabel I en los asuntos espirituales, murió ahorcado y descuartizado. († 1583)
En Casale, de la provincia de Flaminia, en Italia, beato Pío de San Luis Campidelli, religioso pasionista, el cual, siendo joven y víctima de cruel enfermedad, se conformó totalmente a la divina voluntad. († 1889)
En El Pardo, Madrid, beato Rafael Perea Pinedo, religioso de la Congregación del Santísimo Redentor, misionero redentorista y mártir, que dio su vida por la fe que profesaba en tiempos de la guerra civil española. († 1936)

Dilecta, dilecto - Domingo 31º TO Ciclo C: Lucas 19,1-10. Conmemoración de todos los fieles difuntos (Mt 11,25-30) (Persona intachable y justa: ¿Zaqueo, según Lucas?) y CINCO MINUTOS con el Evangelio de Lucas (Semana 49ª (02.11.2025): Lucas 22,21-38. Mc 14,17-31; Mt 26,20-35; Lc 22,21-34; Jn 13,21-38: ¿Cuatro relatos para comprender la única eucaristía de Jesús?).

 Dilecta, dilecto

Estas dos palabras pertenecen al diccionario de la Lengua española. Ambas, en femenino y masculino, proceden del latín 'dilectus', que es participio pasivo del verbo 'diligere' y que significa 'amar'. Y no es difícil comprender que este participio pasivo que es 'dilecto (a)' posee una preciosa colección de sinónimos. Hasta seis se me ocurren en estos momentos:
Querido, querida.
Estimado, estimada.
Amada, amado.
Caro, cara.
Predilecta, predilecto.
Favorita, favorito.
Estos siete sinónimos femeninos más los siete correspondientes masculinos ofrecen un amplísimo panorama de posibilidades para configurar un abanico, casi inabarcable, de colores, matices, emociones, sentimientos, sensaciones, evocaciones, certezas, deseos... para nombrar las relaciones más plenamente evocadoras de la humanidad a la que pertenecemos, a la humanidad que nos humaniza, a la humanidad que nos sostiene, a la humanidad que alimentamos, a la humanidad que nos habita, a la humanidad que nos configura, a la humanidad que encarnamos, tocamos, saboreamos, creamos, acompañamos, a la humanidad, a la 'única humanidad', porque no hay otra... 
Hablo de esta 'única humanidad' en el contexto del día uno de noviembre que suele dedicarse a la memoria de la 'total santidad' de los declarados 'santos' y en la divinidad. Pero, ¿habrá una diferente 'total santidad', fuera o al margen de la 'única humanidad'?
Y en este contexto se encuentra también la memoria de la 'celebración de los difuntos'. Y diré que estos difuntos siguen perteneciendo a esta 'misma y única humanidad'.
'Querido amigo...', solía escribirse en las cartas de antes y de siempre. Humanidad concentrada en un adjetivo del lenguaje. Ojalá que este adjetivo no se quede en mera palabra mojada, sino que sea humanidad encarnada. Siempre. De todos. Para todos. En cualquier tiempo y lugar. Siempre...
¿Merece la pena herirse?
¿Merece la pena construir artilugios para la muerte?
¿Merece la pena adiestrarse para la guerra? 
¿Merece la pena imponer?...
Todo lo aquí ya escrito me baila entre las neuronas mientras me detengo ante el escrito titulado 'Dilexi te', de León-osa xiv,..
Y añado, en este domingo del 2 de noviembre no sé qué texto del Evangelio se proclamará en las eucaristías. He consultado varias orientaciones y me decido a seguir con la lectura del Evangelista Lucas como bien puede confirmarse en el primer comentario que comparto contigo, muy estimado leyente de esta página...
A continuación se encuentran estos dos comentarios evangélicos.

Carmelo Bueno Heras

Comentario primero:

2025, 2 de noviembre. Domingo 31º TO Ciclo C: Lucas 19,1-10. Conmemoración de todos los fieles difuntos (Mt 11,25-30)

Respiro, vivo y sigo escribiendo CONTIGO, dilecto leyente:

Persona intachable y justa: ¿Zaqueo, según Lucas?

La expresión de este encabezamiento “Les contó otra parábola porque estaba cerca de Jerusalén” (Lucas 19,11) no pertenece a la lectura que se nos proclama en la liturgia de la misa eucarística del domingo primero de noviembre. Es más, ni esta expresión del relato de Lucas ni todo cuanto se cuenta a continuación en el capítulo decimonoveno se leerá nunca para que el pueblo llegue a conocer estos mensajes. Si alguien se preocupó de llevar cuenta de esta denuncia constatará que en este año ya lo he confirmado en más de quince ocasiones. No importa, seguiré insistiendo.

 

Me sitúo ya en la narración de los hechos que Lucas nos relata en el comienzo de ese capítulo que nos sitúa en la ciudad de Jericó, la penúltima del camino de llegada a Jerusalén. La última será Betania (Lucas 19,29ss). Sólo con oír la palabra ‘Zaqueo’ se recuerda lo sucedido en el interior de la casa de esta persona que, según los significados de las etimologías de los nombres, significa ‘persona intachable, justa, pura’. ¿Será verdad el hecho o se trata una vez más de la aguda ironía con la que escribe Lucas sus mensajes? Lo segundo, creo.

 

Un recaudador con experiencia, jefe de los recaudadores que trabajan directamente para el imperio en la recogida de los impuestos, pequeño de cuerpo, publicano, extorsionador abusivo (Lucas 19,8), enriquecidamente rico y hasta posiblemente extranjero…, ¿puede considerarse en los círculos de la religión judía como ‘persona sin tacha’? Este Zaqueo de Lucas parece ser la viva imagen de uno de los personajes de su relato en 18,9-14.

 

Si en la realidad de la historia sucedió lo que Lucas 19,1-10 nos cuenta, me cuesta una utopía pensar que los otros tres Evangelistas hubieran olvidado este hecho y sus consecuencias. Creo más bien que la habilidad narrativa de Lucas imaginó todo esto para hacer comprensible la identidad de la vida y de la misión de Jesús de Nazaret. Mientras leo este relato de Zaqueo no deja de resonarme el mensaje ya anunciado en 15,1-3: “Todos los que recaudaban impuestos para Roma y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle. En cambio, los fariseos y maestros de la Ley murmuraban: Este anda con pecadores y come con ellos”.

 

Además, como ya he indicado, este relato de Zaqueo sólo le pertenece a Lucas y nos lo ha situado, muy cuidadosamente, en el corazón de la ciudad de Jericó y para ello ha variado la ubicación de los hechos entorno al ciego Bartimeo como se puede constatar al leer en paralelo Marcos 10,46-52, Mateo 20,29-34 y Lucas 18,35-43: “Cuando se acercaba a Jericó, un ciego sentado junto al camino oyó pasar gente y preguntó de qué se trataba”. Y a continuación en 19,1: “Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad”. Y otro poco después en 19,28: “Y dicho esto, Jesús siguió su camino, subiendo a Jerusalén”.

 

Jericó fue la puerta de entrada a la tierra con la que soñaba el pueblo mientras escapaba de la esclavitud del viejo imperio del faraón egipcio. Y en Jericó, constatan los Evangelistas, acontece el acabamiento de la ceguera que esclaviza a Bartimeo y la liberación de la riqueza que deshumaniza a Zaqueo. Y esto es posible por la experiencia de haberse encontrado estas personas con aquel Jesús, laico de la Galilea, que se atrevió a compartir casa, mesa y comida.

Carmelo Bueno Heras. En Burgos, 30.10.2016, Y también en Madrid, 02.11.2025.


Comentario segundo:

  1. CINCO MINUTOS con el Evangelio de Lucas para leerlo ordenadamente y desde el principio hasta el final. Semana 49ª (02.11.2025): Lucas 22,21-38.
  2. Mc 14,17-31; Mt 26,20-35; Lc 22,21-34; Jn 13,21-38: ¿Cuatro relatos para comprender la única eucaristía de Jesús?

Con el versículo 22,20, el Evangelista parece haber concluido la narración de ‘la institución de la eucaristía’, como suelen titular las biblias el breve texto de Lucas 22,19-20. En este breve texto de dos versículos encuentran muchos comentaristas las razones para justificar la evidencia de que Jesús instituyó dos sacramentos, el de la eucaristía y el del sacerdocio. Por más que lo leo y releo nada de esto descubro. Será que mis ojos son o están ciegos. Aquí se acaba el texto que ya comenté en la semana pasada.

 

Ahora continuamos la lectura y la crítica contemplativa del relato de Lucas sobre su Jesús de Nazaret. Y nos centramos en el texto de 22,21-38. Un relato muy sorprendente y a la vez tan común entre los cuatro evangelistas. Acabada la cena pascual de Jesús, que es la de su pan y su vino, este hombre y en este contexto declara explícitamente y en público que uno de los participantes le va a traicionar. Anuncia la existencia de un traidor: “La mano de quien me entrega está aquí conmigo sobre la mesa” (22,21).

 

Un poco más adelante, el mismo Jesús de Nazaret anuncia la negación de Pedro. Una negación que es tan semejante o igual que una traición: “Te digo, Pedro, que cuando hoy cante el gallo ya habrás negado tres veces que me conoces” (22,34).

 

Entre estos dos anuncios de Jesús, el de la traición de Judas y el de las negaciones de Pedro, este Evangelista nos ha contado la discusión acalorada y el enfrentamiento de los comensales de la cena sobre una cuestión de ‘vida o muerte’, muy importante: “Entre ellos hubo un altercado sobre quién de ellos merecía ser el mayor” (22,24). Según este Lucas, ¿alguna de aquellas personas de la mesa ya estaba pensando en el Papado de Roma o en un Obispado Primado?

 

Este enfrentamiento por el poder que surgió en plena tarea evangelizadora de Jesús nos lo han contado los cuatro Evangelios, pero solamente Lucas ha puesto en relación directa esta lucha por el poder con la celebración de la Cena de pascua y del pan y el vino. ¿Fue así en la realidad histórica? Según este Lucas, pudo ser.

 

Pero existe otro curioso dato que no me puedo callar. Los Evangelistas Marcos (14,17-31) y Mateo (26,20-35), entre el anuncio de la traición de Judas y anuncio de las negaciones de Pedro, nos cuenta la cena última de Jesús. En cambio, el Evangelio de Juan (13,21-38) nos cuenta entre ambos anuncios el único mandamiento de Jesús, amaos unos a otros (13,35). Y en Lucas (22,21-34) entre ambos anuncios nos cuenta que “el mayor es el que sirve, no el que manda”.

 

Cuando medito en esto sin tiempo acabo por decirme que este ‘servicio’ del que escribe Lucas es tan igual como el ‘amaos unos a otros’ de Juan y tan igual al ‘pan y vino’ del que escriben Marcos y Mateo. Así, ‘servir-amar-comerybeber’ es comulgar a Jesús de Nazaret y con él hacer memoria de su buena noticia. La misa del sacerdocio, en rito de Trento, es otra distinta cosa. Y, por fin, las palabras puestas en boca de Jesús por este Evangelista (22,35-38) sobre la cuestión de tener o comprar espadas nunca lo he comprendido y por eso, sólo lo cito y me callo.     

Carmelo Bueno Heras. En Madrid, 28.10.2018. Y también en Madrid, 02.11.2025.

02 de noviembre: Nuestra Señora de Emminont

 

02 de noviembre: Nuestra Señora de Emminont

El santuario de Nuestra Señora de Emminont o Notre -Dame D' Emminont, se encuentra cerca de Abbeville , en Francia. Es muy visitado por los peregrinos marianos.

Las reliquias de San Wulfram (también deletreado Wulfran o Vulfran) de Sens, que murió en 656, fueron llevados a la ermita en el año 1058. Hasta ese momento, la iglesia había sido conocida como la Colegiata de Nuestra Señora en Abbeville, pero después de las reliquias de San Wulfram fueron enterrados allí, el templo fue dedicado de nuevo en honor de San Wulfram. La iglesia conserva ese nombre hasta hoy .

Hermanos franciscanos se dedicaron al cuidado de la ermita. Ellos fueron consultados en 1510 sobre el trabajo en la catedral de Amiens. La nave fue construida entre los años 1488 a 1539 , y el pequeño coro entre 1661 y 1663. La construcción fue financiada por el rey de Francia , y el conde de Ponthieu, y los fieles de Abbeville. La iglesia es mucho menor de lo que inicialmente estaba destinado a ser ya que el plan inicial para la iglesia nunca fue terminado.

Durante la Revolución Francesa, la Iglesia de San Wulfram fue profanada y se le dio el nombre de "Templo de la Razón " por los revolucionarios que buscaban destruir a Dios mediante la demolición de los monumentos de incalculable valor y artefactos, y sí, la gloria de su propia historia .

La ciudad de Abbeville fue duramente bombardeada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial , por lo que gran parte de lo que se ve ahí hoy en día es de origen bastante moderno . La iglesia también fue dañada, pero se hicieron esfuerzos para restaurar la iglesia a su antigua grandeza .

La lista de los favores concedidos por la Virgen de Emminont es realmente innumerables. Incluye las curaciones milagrosas, favores espirituales y temporales sorprendentes y arroyos de gracias y bendiciones .

traducido por mallinista
((fuente: www.roman-catholic-saints.com)

sábado, 1 de noviembre de 2025

Santos del día 1 de noviembre

                                                    Santos del día 1 de noviembre


   Todos los Santos - Solemnidad litúrgica   
Solemnidad de Todos los Santos que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad.

En Tarracina, en la costa del Lacio, san Cesáreo, mártir. († s. inc.)
En Dijón, en la Galia Lugdunense, san Benigno, venerado como presbítero y mártir. († s. inc.)
En Auvernia, de Aquitania, san Austremonio, obispo, que, según la tradición, predicó en esta ciudad la palabra de la salvación. († s. inc.)
En París, en la Galia Lugdunense, san Marcelo, obispo. († c. 410)
En el territorio de Bourges, en Aquitania, san Rómulo, presbítero y abad. († s. V)
En Tívoli, en el Lacio, san Severino, monje. († c. s. VI)
En Milán, de la Lombardía, san Magno, obispo. († s. VI)
En Bayeux, en la Galia Lugdunense, san Vigor, obispo, discípulo de san Vedasto. († c. 538)
En Angers, en Neustria, san Licinio, obispo, a quien el papa san Gregorio I Magno encomendó los monjes que se dirigían a Inglaterra. († c. 606)
En Larchant, ciudad del Gatinais Aquitano, san Maturino, presbítero. († c. s. VII)
En el territorio de Théouranne, en Flandes, san Audomaro, que, siendo discípulo de san Eustasio, abad de Luxeuil, fue elegido obispo de los Marinos y renovó allí la fe cristiana. († c. 670)
En Borgo Sansepolcro, lugar de Umbría, beato Rainiero Aretino, de la Orden de los Hermanos Menores, que brilló por su humildad, pobreza y paciencia. († 1304)
En Shimabara, lugar de Japón, beatos Pedro Pablo Navarro, presbítero, Dionisio Fujishima y Pedro Onizuka Sandayu, religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús, y Clemente Kyuemon, mártires, que fueron sometidos al tormento del fuego por quienes odiaban la fe. († 1622)
En la ciudad de Hai Duong, en Tonquín, santos mártires Jerónimo Hermosilla y Valentín de Berriochoa, obispos, y Pedro Almató Ribeira, presbítero de la Orden de Predicadores, que fueron decapitados por orden del emperador Tu Duc. († 1861)
En La Pobla de Claramunt, Barcelona, beato Eudald d'Igualada (Lluís Estruch Vives), capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. († 1936)
En Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Ruperto Mayer, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que fue celosísimo maestro de los fieles, ayuda para los pobres y obreros, y predicador de la palabra de Dios. Sufrió persecución bajo el nefasto régimen nazi, durante el cual le deportaron primero a un campo de concentración y después fue recluido en un monasterio, totalmente incomunicado con sus fieles. († 1945)
En la ciudad de Mukacevo, en Ucrania, beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir, que, por mantener su fidelidad infatigable a la Iglesia en tiempo de persecución de la fe, mereció alcanzar la palma gloriosa. († 1947)