Hollar
"De qué cruz estamos dispuestos a hablar? Evidentemente, se trata de 'la santa cruz'. Lo escribo y me quedo un rato largo sorprendido en esta ocasión, porque se me viene a la mente todo este enorme conjunto de cruces que nombro ahora una a una por orden alfabético para que no se me denuncien las preferencias: 1. La cruz abacial - 2. La cruz ancorada - 3. La cruz de los apóstoles - 4. La cruz de los arcángeles - 5. La cruz bautismal - 6. La cruz bizantina - 7. La cruz de Calatrava - 8. La cruz de Caravaca - 9. La cruz de las catacumbas - 10. La cruz celta - 11. La cruz chakana - 12. La cruz contra el mal - 13. La cruz egipcia - 14. La cruz enmarcada - 15. La cruz esvástica - 16. La cruz de eternidad - 17. La cruz de los cuatro evangelistas - 18. La cruz de evangelización - 19. La cruz de la gloria eterna - 20. La cruz griega - 21. La cruz india - 22. La cruz de Jerusalén - 23. La cruz latina - 24. Lauburu - 25. La cruz lunel - 26. La cruz de Malta - 27. La cruz matrimonial - 28. La cruz de Montesa - 27. La cruz ortodoxa - 28. La cruz de pata de oca - 29. La cruz patriarcal - 30. La cruz de penitencia - 31. La cruz pometeada - 32. La cruz radiada - 33. La cruz recruzada - 34. La cruz de san Andrés - 35. La cruz de san Pedro - 36. La cruz de Santiago - 37. La cruz tau - 38. La cruz del Temple - 39. La cruz de la Trinidad - 40. La cruz triunfal - y 41. La cruz de la Victoria. Estos datos se los debo agradecer a Mª Dolores de Miguel y Jaime Serra por haber publicado el librito "Historia de las cruces" en la editorial B. Homo Legens de Madrid en el año 2023 y con 195 páginas."
Dicho esto, me voy a tomar la molestia de comentar algún asunto importante de estas reflexiones sobre la 'Historia de las cruces'. Y, de manera muy especial, comentaré el mensaje que este par de autores dedica a la 'cruz esvástica' (ver páginas 81-83). Y ya, desde ahora mismo, repetiré alto y claro las últimas palabras de su relato sobre esta cruz tan emblemática: "Es, para las más diversas culturas, un símbolo místico-religioso benéfico. Sin embargo, el régimen nacionalsocialista del Tercer Reich la HOLLÓ al asumirla como su signo de identidad".
Intencionadamente, he destacado la palabra 'holló' y he colocado como título de esta presentación el verbo 'hollar'. Y así invito a consultar qué dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua sobre este vocablo, su amplísimo campo semántico, sinónimos... El poder de este régimen político nos ha robado y prostituido toda la humanidad humanizadora de la historia de la tal cruz.
Nada más. Hasta el próximo domingo.
A continuación se encuentran los dos comentarios de los relatos evangélicos de este domingo día 30 de noviembre.
Carmelo Bueno Heras
Comentario primero:
Domingo 1º de Adviento A (30.11.2025): Mateo 24,37-44
¿CUÁL FUE LA RELIGIÓN DE JESÚS? Me lo pregunto CONTIGO:
Último día de noviembre de 2025. Domingo primero del año de la Iglesia y también, para ella, el primero de su tiempo del Adviento. Y también el primer domingo en que se nos leerá la Buena Noticia de un nuevo Evangelio, el llamado ‘Evangelio de Mateo’. Y para leer la primera página se nos propone el relato de Mateo 24,37-44. Una elección muy desafortunada se mire como se quiera. No empezamos bien.
Copio las primeras y las últimas palabras que oirán las gentes del pueblo en la misa de la liturgia de este domingo. Espero que nadie piense que ésta es la primera página del Evangelio de Mateo: “Como en los días de Noé, así será la venida del hijo del hombre... También vosotros estad preparados, porque en el momento en que no penséis, vendrá el hijo del hombre” (Mt 24,37.44). Este breve relato forma parte de un largo y complicado discurso que el Evangelista ha colocado en labios de su Jesús de Nazaret al que identifica aquí como ‘el hijo del hombre’.
En este relato mi atención queda atrapada por un par de referencias entre otras muchas, sin duda: el viejo relato del diluvio (como en los días de Noé) y el sueño de una nueva aparición divina (vendrá el hijo del hombre). Dos irrealidades. Dos asuntos que sólo existen en la fantasía de quienes viven aquí de forma sospechosa, porque no desean contar lo que sucede. La realidad de esta vida, ¿puede llegar a ser tan insoportable que sólo merezca la pena refugiarse en un pasado de leyenda o en un futuro que siempre está por llegar? El relato que se evoca en este texto de Mateo pertenece al libro del Génesis, capítulos sexto a noveno. Una preciosidad de mito. Una literal irrealidad que esconde una seria advertencia para todos los vivientes que conformamos en todo tiempo lo que llamamos ‘humanidad’.
Cuando los humanos dejamos de ser humanos todo deja de tener sentido. No merece la pena vivir. ¿Pasaba todo esto cuando vivía Jesús de Nazaret o cuando escribía de él su Evangelista Mateo en los años ochenta de los tiempos del siglo primero? El peligro de la deshumanización ocurre siempre que los humanos miramos sólo nuestro propio ombligo y desoímos los gritos del dolor de los demás vivientes. Esto pasa ahora, porque el siglo XX también nos pertenece.
¿Y lo del futuro? ¿La venida de un ‘hijo del hombre’? Otro mito que se debe de descifrar. O, al menos, intentarlo. Todos los vivientes venimos a este mundo una sola vez y de la mano de un padre y de una madre. ¿Acaso no es así o es que yo estoy muy equivocado? Nadie ha regresado una segunda vez. El judío y laico Jesús de Nazaret, tampoco. ¿Por qué nos sucede que sobre la ignorancia de lo desconocido ‘del más allá’ todas las religiones se atreven a confesar tantos dogmas y tantas imaginaciones? Lo sabemos bien, la ignorancia es atrevida.
Este brevísimo texto de Mateo debemos de leerlo siempre integrado en el contexto del quinto y último discurso que el narrador colocó en boca de su Jesús de Nazaret al contemplar la ruina y el acabamiento del Templo de Jerusalén, de su Religión, de su Sacerdocio y de sus tradiciones (Mateo 24-25). Que nadie nos engañe (Mt 24,4) y se aproveche de nuestra ignorancia. La vida no se acaba y ‘cuanto deseas que te hagan, házselo a los demás’ (Mt 7,12). Así fue su religión.
Carmelo Bueno Heras. En Madrid, 01.12.2019. Y también en Madrid, 30.11.2025.
Comentario segundo :
“Todo cuanto deseas que te hagan, házselo a los demás” (Mt 7,12)
CINCO MINUTOS para compartir el comentario
de la 1ª página del Evangelio de Mateo: 1,1-17.
Aquí empiezo Contigo los comentarios del llamado Evangelio de Mateo. Serán cincuenta y dos páginas como ésta. Una página por cada semana del año. Sueño con la oportunidad de comenzar un adviento en la iglesia con la lectura de esta primera página del libro de Mateo 1,1-17, que las Biblias suelen titular en negrita con la expresión ‘Genealogía de Jesús’: “Libro de la genealogía de Jesús, Mesías, hijo de David, hijo de Abrahán” (Mt 1,1).
De esta manera comienza también el primer libro de la Biblia y que recibe este mismo nombre de ‘Génesis’. En este libro del Génesis se hablará de los orígenes de todo cuando vemos que existe. En el Evangelio de Mateo se nos hablará de Jesús, de sus orígenes: “Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Mesías” (Mt 1,16). Y acabará su Evangelio con esta sorpresa: “Y sepan que yo estoy con vosotros todos los días hasta el acabamiento del mundo y del tiempo” (Mt 28,20). Puesto el título a su obra, el Evangelista escribe su primera página sobre ‘su’ Jesús de Nazaret. Y una vez escrita esta primera página se lo recuerda a sus lectores para que vuelvan a leer lo que han leído sobre los orígenes de ‘su Jesús de Nazaret: “Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías Cristo, catorce” (Mt 1,17).
Cuando uno se lee esta primera página unas catorce veces cae en la cuenta de que este Evangelista no contó bien las generaciones porque desde Abraham hasta David sólo nos ha escrito trece y no catorce. Y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías Jesús también hay trece generaciones y no catorce. No sé si es importante este dato o no, pero siempre me hago estas dos preguntas: ¿Quién fue el padre de Abraham?, la primera; ¿a quién engendró Jesús?, la segunda. El libro del Génesis nos dice explícitamente quién era y cómo se llamaba el padre de Abraham (Téraj, Gn 11,27). ¿Por qué no lo escribió en ésta que era su primera página? ¿Quiso sugerir a sus lectores que ‘Yavé-Dios engendró a Abraham’? No lo sé. Sólo sé hacerme preguntas como estas que sé que nunca tendrán respuesta exacta. Quizá tan solo opiniones. Y así, me pregunto también por la generación decimocuarta y última de las que nos cita Mateo: ¿a quién engendró ‘su’ Jesús? ¿Engendró a un nuevo Dios en esta historia del mundo? ¿Tuvo algún hijo?
Cuando se ha leído tantas veces esta primera página se cae en la cuenta de que en medio de la extrañeza de estos nombres judíos se descubre la presencia de cinco mujeres. Pudieron haber sido más o menos, pero el Evangelista nos habla de cinco: Tamar, Rajab, Mujer de Urías (Betsabé), Rut y María. ¿Por qué cinco como los libros de la Ley de Moisés o los cinco Libros de los Salmos? Me tendré que leer la historia de cada una de estas mujeres tan inteligentes como desobedientes, tan guapas como solidarias, tan judías como extranjeras. Todas sorprendentes. ¿Puedo pensar que por las venas del Jesús de Nazaret de Mateo corría la sangre de estas cinco mujeres tan atrevidas y tan normalmente humanizadas? Así también este Jesús de Mateo, llamado mesías o cristo, fue un hombre atrevidamente libre, humanizador, tan sorprendente.
Carmelo Bueno Heras. En Madrid, 02.12.2018. Y también en Madrid, 30.11.2025.
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