Los animales se reunieron en asamblea y comenzaron a quejarse de que los humanos no hacían-. más que quitarles cosas. «Se llevan mi leche», dijo la vaca. «Se llevan mis huevos», dijo la gallina. «Se llevan mi carne y mi tocino», dijo el cerdo. «Me persiguen para llevarse mi grasa», dijo la ballena.
Y así sucesivamente.
Por fin habló el caracol: «Yo tengo algo que les gustaría tener más que cualquier otra cosa. Algo que ciertamente me arrebatarían si pudieran: TIEMPO».
Tienes todo el tiempo del mundo. Sólo hace falta que quieras tomártelo. ¿Qué te detiene?
HOFETZ CHAIM
En el siglo pasado, un turista de los Estados Unidos visitó al famoso rabino polaco Hofetz Chaim.
Y se quedó asombrado al ver que la casa del rabino consistía sencillamente
en una habitación atestada de libros. El único mobiliario lo constituían una mesa y una banqueta.
«Rabino, ¿dónde están tus muebles?» preguntó el turista.
«¿Dónde están los tuyos?», replicó Hofetz.
«¿Los míos? Pero si yo sólo soy un visitante... Estoy aquí de paso... », dijo el americano.
«Lo mismo que yo», dijo el rabino.
Cuando alguien comienza a vivir más y más profundamente, vive también más sencillamente.
Por desgracia, la vida sencilla no siempre conlleva profundidad.
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