167
Algunas personas
le tienen miedo a la generosidad. Sienten que serán explotados u oprimidos.
Cuando estamos cultivando la generosidad sólo estamos oprimiendo a nuestra
codicia y a nuestro apego. Esto permite que nuestra verdadera naturaleza se
exprese por sí misma y se vuelva más clara y más libre.
168
Si usted toma un
tizón encendido en la casa de su vecino, el fuego lo quemará. Si usted se
acerca al tizón encendido en su propia casa, ese fuego, también lo quemará. Por
lo tanto, no se aferre a nada que pueda quemarlo, no importa qué sea o dónde
esté.
169
La gente de
afuera puede decir que estamos locos por vivir así en el bosque, sentados como
estatuas. ¿Pero cómo viven ellos? Se ríen, lloran, y están tan cercados por la
codicia y el odio que de vez en cuando se matan a ellos mismos y unos a otros.
Ahora bien, ¿quiénes son los que están locos?
170
Más que
simplemente enseñar a la gente, Ajahn Chah los entrenaba a través de la
creación de un ambiente general y
situaciones específicas en las que ellos pudieran aprender sobre sí mismos. Él
hubiera dicho cosas como: "De lo que yo le enseño, usted entiende, quizás,
el quince por ciento" ó "Él ha sido monje durante cinco años, así que
entiende un cinco por ciento." En respuesta a esto último, un joven monje
le dijo: "Entonces yo debo tener un uno por ciento ya que he estado aquí
desde hace un año." "No", fue la respuesta de Ajahn Chah,
"los primeros cuatro años no tienes porcentaje, pero el quinto año tienes
el cinco por ciento."
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