No tengáis miedo
Con la religión nos
han metido muchos miedos que están ahí y que hay que solucionar. "No
tengáis miedo", dice Jesús en el Evangelio. Todo el Evangelio está lleno
de estas advertencias: "No temáis..., no os preocupéis..., no os
aflijáis..." pero nosotros hemos hecho una religión llena de tabúes y
temores, llena de ideas falsas y de falsos ídolos.
Había una madre que
no conseguía que su hijo pequeño regresara a casa antes del anochecer, después
de jugar. Para asustarlo, le dijo que había unos espíritus que salían al camino
tan pronto se ponía el sol. Desde aquel momento, el niño ya no volvió a
retrasarse. Pero cuando creció tenía tanto miedo a la oscuridad y a los
espíritus que no había manera de que saliera de noche. Entonces su madre le dio
una medalla y lo convenció de que, mientras la llevara consigo, los espíritus
no se atreverían a atacarlo. El muchacho salió a la oscuridad bien asido a su
medalla. Su madre había conseguido que, además del miedo que tenía a la
oscuridad y a los espíritus, se le uniese el miedo a perder la medalla.
La buena religión
te enseña a liberarte de los fantasmas, y la mala a fiarte de las medallas.
No metamos a Dios en los fantasmas.
A
Dios sólo se lo puede conocer por la vida, que es su manifestación. Él está en
la verdad, y de despertar a la verdad se trata.
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