viernes, 19 de diciembre de 2014

Darío, Santo - Bernardo de Teramo, Santo 19122014



Darío, Santo
Mártir, 19 de diciembre


Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net



19 de diciembre
Etimológicamente significa “represor”. Viene de la lengua griega.

Felipe dice a Jesús: “ Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le dice: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.

Darío fue un mártir de los primeros siglos.
Hoy predomina en el calendario del Santoral, el gran rey de los Persas.

Su sombra aparece incluso en la Biblia y se proyecta en la antigua Grecia.

Junto a este personaje hay una santa de nombre Daría, una de las más célebres de la historia de la Iglesia..

NO fue mujer de Crisante. Era egipcia, de a Alejandría, y su marido era de Atenas.

Los dos eran cristianos en su matrimonio vivido en la continencia más absoluta.

Los dos murieron en Roma bajo el imperio e Numeriano.

Crisante sufrió el asalto a su castidad por parte de cinco chicas que querían hacerle caer en el pecado sexual.

Al contrario de este matrimonio, la vida de san Darío, festejado hoy, es muy sencilla.
Su nombre aparece juntamente con un grupo de mártires.

No hay datos seguros de su martirio.
Probablemente fue en la ciudad de Nicea, en Bitinia

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“La oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto” (Siro).


Bernardo de Teramo, Santo
Obispo, 19 de diciembre


Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net



Diciembre 19
Obispo


Etimológicamente significa “fuerte como el oso”. Viene de la lengua alemana.

Hijo de condes poderosos en tierras y buenos en santidad, tuvo una hermana, santa Paloma y un hermano llamado Rinaldo.

Cerca del castillo de los padres había una abadía benedictina. Y fue en ella en donde le vino la vocación a Berardo.

Una vez que se ordenó de sacerdote, soñaba aún más por lograr la perfección.

Por eso le pidió a sus superiores que lo enviaran al monasterio de san Juan. En él, parece ser, había un mayor recogimiento.

Al final del 1115, murió el obispo de la diócesis. Todo el mundo pensó que el digno sucesor era Bernardo.

Y, desde luego, no se equivocaron lo más mínimo.

Como obispo se caracterizó por su celo pastoral, su amor a la reforma, un príncipe feudal honrado y prudente – cosa difícil en aquella época.

Una vez que hubo desempeñado su trabajo episcopal con suma sencillez, una profunda piedad religiosa y una caridad desbordada hacia los pobres – la clave evangélica por excelencia para medir el grado de santidad -,

Murió en el año 1123 tal día como hoy.
La Iglesia de su diócesis sigue celebrando su fiesta en este día con mucho fervor.
Se conservan dos relicarios, su cabeza y un brazo, con el que bendecía a los fieles desde la escalera de la catedral. Hoy hace el obispo exactamente igual.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“La prueba del buen predicador es que salga de su púlpito no diciendo “qué hermoso sermón”, sino “voy a hacer algo” ( San Francisco de Sales).


No hay comentarios:

Publicar un comentario