MÁS PALABRAS
Mark Twain lo
dijo muy bien: "Estaba haciendo tanto frío que si el termómetro hubiera
tenido una pulgada más de largo, nos hubiéramos muerto de frío". Nos
morimos de frío con las palabras. No es el frío del ambiente lo que interesa,
sino el termómetro. no es la realidad la que importa, sino lo que usted se dice
a usted mismo sobre ella. Me contaron una bella historia sobre un campesino de
Finlandia. cuando estaban trazando el límite entre Rusia y Finlandia, el
campesino tuvo que decidir si quería quedar en Rusia o en Finlandia. Después de
un largo tiempo dijo que deseaba estar en Finlandia, pero que no quería ofender
a los funcionarios Rusos. Éstos fueron a hablar con él y le preguntaron por qué
quería quedar en Finlandia. El campesino respondió: "Siempre deseé vivir
en la madre Rusia, pero a mi edad no podría sobrevivir otro invierno
ruso". Rusia y Finlandia son sólo palabras, conceptos, pero no para los
humanos, no para los locos humanos. Casi nunca miramos la realidad. Una vez un
gurú estaba tratando de explicarle a una muchedumbre cómo reaccionan los seres
humanos a las palabras, cómo se alimentan de ellas, cómo viven en ellas, en
lugar de vivir en la realidad. Un hombre se puso de pie y protestó:
- No estoy de
acuerdo con eso de que las palabras produzcan tanto efecto en nosotros.
El gurú le
contestó:
- Siéntese,
hijo de perra.
El hombre
palideció de la ira y expresó:
- Usted afirma
que es una persona consciente, un gurú, un maestro y debería avergonzarse.
Entonces el
gurú le dijo:
Perdóneme,
señor, perdí los estribos. Realmente, le ruego que me perdone; fue un error, lo
siento.
Finalmente el
hombre se calmó. Entonces el gurú le dijo:
- Se
necesitaron unas pocas palabras para que surgiera en usted toda una tempestad;
y se necesitaron sólo unas pocas para calmarlo, ¿no es así?
Palabras,
palabras, palabras, palabras ¡Cómo aprisionan si no se usan correctamente!.
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