MI MUERTE
¿Uno puede ser
completamente humano sin experimentar la tragedia? La única tragedia que hay en
el mundo es la ignorancia; todo el mal viene de ella. La única tragedia que hay
en el mundo es estar dormidos o no ser conscientes. De ellos viene el miedo, y
del miedo viene todo lo demás, pero la muerte no es una tragedia. Morir es
maravilloso; es horrible sólo para las personas que nunca comprendieron la
vida. Solamente cuando se le tiene miedo a la vida se le tiene miedo a la
muerte. Solamente los muertos temen a la muerte. Quienes están vivos no temen a
la muerte. Un autor estadounidense lo expresa muy bien. Dice que el despertar
es la muerte de la creencia en la injusticia y la tragedia. El fin del mundo
para una oruga es una mariposa para el maestro. La muerte es la resurrección.
No estamos hablando de una resurrección que sucederá, sino de una que está
sucediendo ahora mismo. Si usted muriera al pasado, si usted muriera cada
minuto, sería una persona plenamente viva, porque una persona plenamente viva
es alguien lleno de muerte. Siempre estamos muriendo a las cosas. Siempre
estamos desembarazándonos de todo para ser plenamente vivos y para resucitar a
cada momento. Los místicos, los santos y otras personas hacen grandes esfuerzos
por despertar a la gente, Si no despierta, siempre va a tener esos pequeños
malestares como el hambre, las guerras y la violencia. El mayor de los males es
la gente dormida, la gente ignorante.
Una vez un
jesuita le escribió al padre Arrupe, su superior general, preguntándole cuál
era el valor relativo del comunismo, el socialismo y el capitalismo. El padre
Arrupe le dio una bella respuesta. Le dijo: "Un sistema es tan bueno o tan
malo como la gente que lo utiliza". Gente con corazones de oro harían que
el capitalismo o el comunismo o el socialismo funcionaran bellamente.
No le pida al
mundo que cambie - cambie usted primero. Entonces podrá mirar bien al mundo de
manera que podrá cambiar lo que piense que se debe cambiar. Quite la catarata
de su propio ojo. Si no lo hace, ha perdido el derecho de cambiar a alguien o
algo. Usted no tiene derecho a inmiscuirse en los asuntos de otros o del mundo
hasta que sea consciente de usted mismo. El peligro de intentar cambiar a los
demás o cambiar las cosas cuando uno no es consciente es que puede estar
cambiando las cosas para su propia conveniencia, su orgullo, sus convicciones y
creencias dogmáticas, o sencillamente para aliviar sus sentimientos negativos.
Yo tengo sentimientos negativos, así que cambie usted de tal manera que yo me
sienta bien. Primero, ocúpese de sus sentimientos negativos de manera que
cuando vaya a cambiar a otros no actúe por odio o negatividad sino por amor.
Puede parecer extraño que la gente pueda ser muy dura con los demás y, sin
embargo, amar mucho. El cirujano puede ser muy duro con el paciente y, sin
embargo amar mucho. El amor puede ser muy duro, ciertamente.
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