Una sociedad sin
niños es triste y gris, dijo el Papa en su catequesis

El Papa Francisco durante la audiencia
general del 18 de marzo en la Plaza de San Pedro - AFP
18/03/2015 10:09
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(RV).- En su catequesis de la audiencia general,
celebrada el tercer miércoles de marzo en una soleada Plaza de San Pedro, el Papa Francisco continuó sus reflexiones sobre la familia, refiriéndose
en esta ocasión a los niños, como un gran
don para la humanidad.
De ellos, que sonríen y lloran, algo que a menudo se
bloquea en los mayores, el Obispo de
Roma dijo que nos recuerdan que todos hemos sido totalmente
dependientes de los cuidados de otros, al igual que Jesús y tal como nos
muestra el misterio de la Navidad.
Tras destacar que en el Evangelio se elogia a los “pequeños”, a los que necesitan ayuda y de modo
especial a los niños, el Papa Bergoglio afirmó que ellos son una riqueza para la Iglesia y para nosotros puesto que nos hacen ver que todos
somos siempre hijos, necesitados de ayuda, amor y perdón. Todas
ellas – dijo – condiciones para entrar en el Reino de Dios.
El Santo Padre afirmó, además, que los niños nos
enseñan el modo de ver la realidad de manera confiada y pura porque sienten con
sencillez las cosas, sin ver en ellas únicamente algo que puede servirnos o que
podemos aprovechar.
Y concluyó recordando a los presentes que ciertamente
los niños dan vida,alegría y esperanza; así como también
preocupaciones y, a veces problemas, pero “es mejor así – dijo Francisco – que
una sociedad triste y gris porque se ha quedado sin niños”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
Resumen de la catequesis del Papa Francisco para los
fieles de nuestro idioma:
Queridos hermanos y hermanas:
De entre las figuras familiares, hoy deseo centrarme
en los niños, comogran don para la humanidad.
Ellos nos recuerdan que todos hemos sido totalmente
dependientes de los cuidados de otros. También Jesús, como nos muestra el
misterio de la Navidad. En el Evangelio se elogia a los “pequeños”, a los que
necesitan ayuda, especialmente a los niños.
Ellos son una riqueza
para la Iglesia y para nosotros: nos hacen ver quetodos
somos siempre hijos, necesitados de ayuda, necesitados de amor y
perdón, que son las condiciones para entrar en el Reino de Dios.
Los niños desmontan la idea de creernos autónomos y
autosuficientes, como si nosotros nos hubiéramos dado la vida y fuéramos los
dueños, en vez de haberla recibido.
Los niños nos enseñan también el modo de ver la
realidad de manera confiada y pura. Cómo se fían espontáneamente de papá y
mamá, cómo se ponen sin recelos en manos de Dios y de la Virgen. Sienten con
sencillez las cosas, sin ver en ellas únicamente algo que puede servirnos, que
podemos aprovechar.
Ellos sonríen y lloran, algo que a menudo se bloquea
en los mayores.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua
española, en particular a los venidos de España, México, Perú, Argentina y Uruguay.
Hermanos y hermanas, los niños dan vida, alegría, esperanza. Dan también preocupaciones y
a veces dan problemas, pero es mejor así que una sociedad triste y gris porque
se ha quedado sin niños, o no quieren niños.
Pidamos que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
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