San Máel Rúain, abad y obispo
En Tallaght, en Irlanda, san Máel Rúain, obispo y abad, que renovó con gran empeño la celebración de la sagrada liturgia, el culto de los santos y la disciplina monástica.
Fundador y primer abad del Tamalcht (Tallacht), en el Condado de Dublin, Irlanda. Nada parece que se pueda conocer dde san Maelruan antes de la fundación del monasterio, que tuvo lugar en el 769. La iglesia, que fue dedicada a San Miguel, fue erigida en una tierra donada por FDonnchadh, rey de Leinster. A este monasterio vino san Oengus Cúldeo cuando era abad Maelruan, y ocultando su nombre, trabajó algún tiempo en simples tareas manuales. Su identidad, sin embargo, quedó de manifiesto por la ayuda que prestó a un estudiante retrasado; san Maelruan entonces fue a buscarlo, le reprochó suavemente el haberse ocultado, y le dio un lugar de honor en la comunidad.
Los dos santos son coautores de la «Regla de Célidhé Dé», de la cual se conserva un ejemplar en la biblioteca de la Real Academia Irlandesa. «Contiene» -según afirma O'Curry- «una minuciosa serie de reglas para regular la vida de los 'Célidhé Dé' -culdeos o ermitaños-, sus oraciones, prédicas, conversaciones, confesiones, comuniones, abluciones, ayunos, abstinencias, descansos, sueño, celebración de la misa, etc.»
San Maelruan es llamado también «obispo y soldado de Cristo» en los Anales del Ulster, donde su muerte es colocada en el año 791; en los Anales de los Cuatro maestros, sin embargo, donde también es llamado «obispo», su muerte se inscribe, posiblemente de manera incorrecta, en el año 787. Debe notarse que el Martirologio actual acepta esta inscripción como obispo.
Traducido, con escasos cambios, de un artículo de Leslie Toke. La imagen muestra la llamada «pila de San Maelruan», en las ruinas del monasterio; se creyó durante un tiempo que había sido la primitiva pila bautismal, sin embargo en la actualidad se identifica más bien con una pila donde la comunidad amasaba.
fuente: Catholic Encyclopedia
San Odón de Urgel
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San Odón de Urgel, obispo
En Urgel, ciudad de Cataluña, en el reino de Aragón, san Odón, que, elegido obispo por aclamación popular cuando era aún seglar, confirmado seguidamente defendió a los más humildes y fue bondadoso para con todos.
San Odón nació, según parece, en la Villa de Sort, de noble familia, hijo de Artal, Conde de Pallás y de su mujer Lucía (o Luciana); en una escritura es llamado por el Conde de Urgel, Ermengol V, "frater meus domnus Odo Urgellensis Episcopus", sin embargo parece que este título de "hermano mío" no debe tomarse literalmente, sino sólo como un cierto grado de parentesco no especificado, o simplemente como muestra de benevolencia de parte del Conde. Ascendió a la sede urgeliense, de grandísima importancia en la época, a la muerte de su antecesor Guillermo, en 1095, y la gobernó hasta su propia muerte, en 1122.
Hay muchas tradiciones populares en torno a este obispo, y una de ellas es precisamente la de su condición de seglar antes de la elección y su aclamación popular como obispo, tal como narra el elogio del Martirologio Romano; sin embargo, tal como parece firme por los documentos, si bien en un principio abrazó la carrera de las armas, pero luego pasó al estado clerical, como Arcediano de la iglesia de Urgel, de donde llegó a ser elevado como obispo.
Instituyó en el 1100 una hermandad penitencial "in valle Lilitense" (posiblemente La Pobla de Lillet), «cuyos individuos -cito ahora a Villalba-
se reuniesen todos los años en la fiesta del titular , y para celebrar la vigilia de su altar cada uno diese una candela : y para la limosna y comida, que se llamaba caridad fraternal, la cual debian comer todos juntos, contribuyese cada uno con un sextario de trigo y otro de cebada, y con una medida de vino que debian cannada, de donde aun en vulgar se llaman canadellas los vasitos en que se sirve el vino y agua en el Santo Sacrificio . Mándales ademas que hagan cantar una misa por todos los fieles difuntos, y que despues de haber comido juntos vuelva cada uno á su casa : y que si algun cofrade muriese acudan todos á su sepultura, y hagan cantar una misa por su alma y ofrezcan por él oblaciones. A los que se alistaron en esta hermandad perdona la mitad de la penitencia que ya estuvieren haciendo por sus culpas pequeñas : y aun de los ocho vicios capitales, cuya penitencia no recibieron, les perdona la mitad.» El documento de institución de dicha Hermandad se conserva hasta hoy. Parece que no fue ésta la única preocupaciónd el obispo por la salud penitencial de su rebaño, sino que donde y cuando pudo instituyó maneras de satisfacer, con obras de piedad y caridad, los pecados del pueblo. Muy acertadamente afirma Villafañe que este modo de realizar penitencia en comunión unos con otros, en el contexto de una comida fraterna es «una reliquia de los Agapes primitivos, sin otra diferencia mas que aquí hacia la esperanza del perdon é indulgencia canónica, lo que allá obraba el fervor de la caridad.»
En una época en la que los territorios de las distintas sedes episcopales significaban no solamente la soberanía espiritual sobre más o menos almas, sino un dominio efectivo sobre prebendas y beneficios, defendió con celo los derechos de la sede de Urgel, que con el pretexto de quitar posibilidades a los moros, eran arrebatadas en beneficio de la nueva sede de Barbastro, creada en 1101; estas reclamaciones le valieron reprensiones por parte del papa Urbano II y luego de Pascual II, ya que según parece, desde Roma no llegaban a ver claro la jhusticia de tal reclamo, y lo entendieron como una ambición desmedida por parte de nuestro santo.
Además de su tarea como obispo, consta que en 1122 ejerció como abad sustituto en el monasterio de Santa María de Gerri, donde le llegó la muerte, el 7 de julio. Se le atribuyen muchos milagros obtenidos por su intercesión, y el culto del santo, aunque no formalmente canonizado (lo que es normal para santos de esta época), está sólidamente atestiguado a lo largo del tiempo.
Basado en los datos registrados en el «Viage literario a las Iglesias de España», tomo XI, Madrid, 1850, pág 26-40, ademmás de los documentos aportados en el importante apéndice documental. La imagen meusra la tumba del santo en el monasterio de Santa María de Gerri.
-Abel Della Costa
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San Oddino Barotti
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Beato Oddino Barotti, presbítero
En Fossano, en el Piamonte, beato Oddino Barotti, presbítero, párroco pobre y austero, que consumió su vida entregándose día y noche al cuidado de enfermos y moribundos durante el transcurso de una peste contagiosa.
La vida de un sacerdote diocesano en una parroquia se presta para seguir el camino de la santidad, pero es generalmente muy poco espectacular. Lo mismo sucedía en la Edad Media, cuando vivieron y murieron en la oscuridad numerosos párrocos de virtud heroica, y su nombre se perdió con ellos. Sólo en unos cuantos casos el culto local perpetuó su memoria, pero no los detalles de su vida, ya que generalmente sólo se conservaba una especie de «catálogo» de sus virtudes. El beato Oddino Barotti constituye un caso excepcional por la multiplicidad de sus actividades, a pesar de que no pasó de ser un humilde párroco y vivió totalmente ajeno a la política, tanto eclesiástica como secular.
Hacia el año 1360, Oddino fue nombrado párroco de San Juan Bautista, en su pueblo natal de Fossano, en el Piamonte. Era tan abnegado, que el obispo de Turín tuvo pronto que darle la orden de comer un poco de carne, a pesar de todos los votos que pudiese haber hecho en sentido contrario, y de guardar lo necesario para su mantenimiento, pues el buen párroco gastaba todas las rentas de la parroquia en socorrer a los pobres y se estaba arruinando la salud. En 1374, fue nombrado preboste del capítulo de la colegiata de Fossano (que actualmente es catedral) y párroco de ella. Pero cuatro años más tarde, renunció a ambos beneficios para dirigir una cofradía religiosa que se lo había pedido. Después, ingresó en la Tercera Orden de San Francisco y convirtió su casa en una especie de refugio de todos los miserables. En 1381 hizo una peregrinación a Tierra Santa. A su retorno, fue nombrado director de la cofradía de la Cruz, que se dedicaba a cuidar a los enfermos y a ofrecer asilo a los peregrinos. El beato construyó un hospital gratuito y, junto a él, una hospedería en la que los pobres y los peregrinos podían permanecer todo el tiempo que quisiesen. La hospedería siguió funcionando hasta el siglo XIX.
Viendo la capacidad de organización de Oddino, su sucesor en el capítulo le pidió que se encargase de la construcción de la nueva colegiata. Así lo hizo el beato y empleó en ello todos sus recursos naturales y sobrenaturales. En cierta ocasión, los obreros transportaban una pesada viga en una carreta tirada por bueyes; la carreta se atascó en el barro y era imposible moverla; entonces el beato, tomando la puya, exclamó: «En el nombre de Dios y de san Juvenal, ¡adelante!» Y la carreta avanzó (san Juvenal era el patrono de Fossano). En otra ocasión, mientras Odino se hallaba orando en la iglesia, uno de los obreros cayó de la torre y se mató. El beato tomó la mano del cadáver y le dijo: «Levántate y vuelve a trabajar». El hombre se levantó al punto, perfectamente sano. En 1396, los canónigos rogaron a Oddino que aceptase de nuevo el cargo de preboste; así lo hizo para poder trabajar en una parroquia en la que era tan conocido y tan querido. Cuatro años más tarde, la peste hizo enormes estragos en la región. El beato Oddino se dedicó a atender día y noche a los enfermos y moribundos, hasta que él contrajo también la enfermedad y murió el 7 de julio de 1400. Fue un fin verdaderamente digno de quien había vivido entregado toda su vida al cuidado de sus prójimos. Su recuerdo sigue todavía vivo en Fossano. El culto del beato fue confirmado en 1808.
En Acta Sanctorum, julio, vol. v, hay un breve esbozo biográfico, un panegírico traducido del italiano y la copia de un tosco grabado (ver imagen) que representa al beato.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Beato Rogelio Dickinson
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Beatos Rogelio Dickinson, Raúl Milner y Lorenzo Humphrey, mártires
En Winchester, en Inglaterra, beatos Rogelio Dickinson, presbítero, y el labrador y padre de familia Raúl Milner, pobre e iletrado pero firme en la fe, que en tiempo de la reina Isabel I fueron encarcelados, cruelmente atormentados y, finalmente, condenados al patíbulo. Con ellos se conmemora al beato Lorenzo Humphrey, que había abrazado la fe católica en su juventud y que murió ahorcado en fecha incierta.
EL 7 de julio de 1591, fueron ejecutados en Winchester los beatos Rogelio Dickenson y Rodolfo Milner. En cambio, la fecha exacta del martirio del beato Lorenzo Humphrey se desconoce. Fueron beatificados en 1929.
Rodolfo Milner era un campesino que había sido educado en el protestantismo. Viendo el contraste en la vida de sus vecinos católicos y protestantes, pidió ser instruido en el catolicismo y fue recibido en la Iglesia. El día mismo de su primera comunión fue encarcelado por ello. Estuvo prisionero varios años, aunque con frecuencia se le dejaba libre «bajo palabra». El beato aprovechaba esas ocasiones para conseguir limosnas y ayuda espiritual para sus compañeros de prisión y, con su conocimiento de la región, facilitaba el trabajo de los misioneros. Así conoció al P. Stanney, S.J., quien más tarde escribió su biografía eh latín. El P. Stanney arregló las cosas de suerte que el sacerdote diocesano Rogelio Dickenson pudiese ir a vivir a Winchester.
El P. Dickenson era originario de Lincoln y había hecho sus estudios en Reims; durante varios años trabajó en el distrito de Winchester, donde Rodolfo Milner le prestó su colaboración. La primera vez que el P. Dickenson fue arrestado consiguió escapar, gracias a que los guardias se embriagaron. Pero la segunda vez, hubo de comparecer ante el tribunal junto con Rodolfo Milner, quien había sido apresado con él. Los testigos acusaron al P. Dickenson de ser sacerdote y a Rodolfo Milner de haberle prestado ayuda. El juez, compadecido de Milner, quien era ya anciano y cuya mujer y ocho hijos se hallaban presentes, le aconsejó que hiciese, por pura fórmula, una visita a la parroquia protestante para salvar la vida. Pero, según Challoner, Milner contestó: «¿De suerte que vuestra señoría me aconseja que reniegue de Dios por salvar los bienes perecederos o por evitar una pena a mi mujer y a mis hijos? No, no puedo seguir un consejo tan contrario a las máximas del Evangelio». Dado que el P. Stanney afirma que Milner era iletrado, es de suponer que se trata de una paráfrasis de su respuesta.
El Beato Rogelio Dickenson y el Beato Rodolfo Milner sufrieron juntos el martirio y forman una de las parejas más conmovedoras en la galería de los mártires ingleses. El mismo tribunal condenó a muerte a siete doncellas nobles por haber permitido que el P. Dickenson celebrase la misa en sus respectivas casas; pero las siete fueron indultadas. Aunque dichas doncellas suplicaron que se les concediese la gracia de morir con su pastor, pues querían compartir el castigo como habían compartido con él la supuesta culpa, fueron nuevamente enviadas a la prisión.
Lorenzo Humphrey era un joven de buena conducta, educado en el protestantismo. El P. Stanney le convirtió a la fe católica durante una discusión. El jesuita dejó un corto escrito en el que alaba mucho las virtudes de su neófito, el celo con que instruía a los ignorantes y la solicitud con que atendió a sus compañeros de prisión. Cierta vez, Lorenzo Humphrey cayó gravemente enfermo y en su delirio decía que «la reina era una prostituta y una hereje». Cuando esto llegó a oídos de las autoridades, el beato fue encerrado en un calabozo de la prisión de Winchester, aun antes de haber recobrado del todo la salud. En el juicio confesó que era católico, pero negó haber pronunciado palabras injuriosas contra la reina. A pesar de ello, fue ahorcado, arrastrado y descuartizado. Tenía veintiún años al morir.
Ver Memoires of Missionary Priests, de Richard Challoner (ed. 1924, de J.H. Pollen), pp. 168-169, 592-596. N. de ETF: en los nombres de pila hay, como en muchos otros casos, imprecisiones: el Martirologio Romano dice Raúl Milner, en el Butler y otras fuentes dice Rafael, pero en el Acta de beatificación (Acta Apostolica Sedis 22 (1930) pág. 14) dice «Radulphus», lo que se traduce mejor como Rodolfo que como Raúl, aunque la raíz sea la misma; en la misma bula llama al sacerdote Robertus (no Rogelius) Dickenson.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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