viernes, 22 de enero de 2016

Beata María Mancini, religiosa - Beato Antonio della Chiesa, religioso presbítero 22012016

Beata María Mancini, religiosa
fecha: 22 de enero
fecha en el calendario anterior: 28 de enero
n.: 1355 - †: 1431 - país: Italia
otras formas del nombre: María de Pisa
canonización: 
Conf. Culto: Pío IX 2 ago 1855
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En la ciudad de Pisa, en la Toscana, beata María Mancini, quien, después de enviudar dos veces y perder a todos sus hijos, estableció, siguiendo las indicaciones de santa Catalina de Siena, la vida común en el monasterio de Santo Domingo, que presidió durante diez años.
refieren a este santo: Beata Clara Gambacorti
La vida de esta beata es una prueba de que la santidad depende muy poco de las circunstancias externas. Prácticamente no existe ningún estado de vida que el espíritu interior no pueda santificar. En la beata María de Pisa encontramos el ejemplo de una sierva de Dios que se casó dos veces y tuvo muchos hijos, vivió varios años en el mundo como viuda y luego ingresó en un convento relajado; lo reformó, y por último, fundó una comunidad de observancia religiosa excepcional, en la que murió a edad muy avanzada, en olor de santidad. La familia Mancini era una de las más distinguidas de Pisa, en una época muy agitada por las facciones políticas que prevalecían en las ciudades de Italia. Se cuenta que Catalina (María fue el nombre que tomó en religión) tuvo a los cinco años una experiencia mística extraordinaria: en un éxtasis o visión, presenció la tortura en el potro de Pedro Gambacorta, que había sido acusado de conspirar y condenado a la horca por sus enemigos. La leyenda añade que Catalina oró con tal fervor al presenciar el suplicio, que la cuerda de la horca se rompió y los jueces conmutaron la pena de muerte. Después de esto, la Virgen se apareció a Catalina y le ordenó que dijese todos los días siete Padrenuestros y siete Avemarias, porque la bondad de Dios iba a sostenerla en los peligros. Catalina se casó a los doce años y tuvo dos hijos. Su primer esposo murió cuando la beata tenía dieciséis años. Cediendo a la presión de su familia, Catalina se casó por segunda vez. El nuevo matrimonio duró ocho años y de él nacieron cinco hijos. Catalina cuidó a su esposo durante su última enfermedad, que duró un año. Todos los hijos de la beata parecen haber muerto jóvenes.
La familia de Catalina intentó casarla por tercera vez, pero ella se opuso resueltamente y se entregó en alma y cuerpo a las obras de piedad y caridad. Convirtió su casa en hospital. Se cuenta que acostumbraba beber el vino con el que lavaba las llagas de los enfermos y que, en cierta ocasión experimentó tal dulzura al beber ese vino, haciendo fuerza a su naturaleza, que llegó a convencerse en su fuero interno de que el misterioso enfermo al que había atendido no era otro que el Salvador. En aquella época de su vida, Catalina estaba bajo la dirección de los dominicos, en cuya tercera orden había ingresado. Probablemente dichos religiosos le pusieron en contacto con santa Catalina de Siena, y todavía se conserva una carta que esta santa escribió a «Monna Catarina e Monna Orsola ed altre donne di Pisa». En algunas ocasiones la beata tenía éxtasis en la calle. Sorprendida, una vez, por uno de tales éxtasis inesperados, fue coceada por una muía. Más tarde ingresó Catalina en el relajado convento dominicano de Santa Croce, con el objeto de restablecer en él la estricta observancia. Se cuenta que la beata consiguió reformarlo, pero que todavía aspiraba a una vida de mayor perfección. Así pues, junto con la beata Clara Gambacorta, partió de Santa Croce a fundar otra comunidad en un convento, construido con esa mira por el padre de Clara, el mismo Pedro Gambacorta por quien Sor María había orado. Dios bendijo la nueva fundación, que se convirtió en un modelo de vida religiosa, famoso en toda Italia. Allí murió la beata María Mancini, el 22 de diciembre de 1431. Su culto fue aprobado en 1855.
Ver M. C. de Ganay, Les Bienheureuses Dominicaines (1913), pp. 237-250; y Procter, Dominican Saints, pp. 342-345.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=282



Beato Antonio della Chiesa, religioso presbítero

fecha: 22 de enero
fecha en el calendario anterior: 28 de julio
n.: 1394 - †: 1459 - país: Italia
canonización: 
Conf. Culto: Pío VII 15 may 1819 
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Como, ciudad de Lombardía, beato Antonio della Chiesa, presbítero de la Orden de Predicadores, que restableció la vida cenobítica en algunos conventos de la Orden, mostrando indulgencia con la debilidad humana pero corrigiéndola con firmeza.
Antonio nació en 1395 en San Germano, cerca de Vercelli. Era miembro de la noble familia della Chiesa di Roddi, que había de dar siglos más tarde a la Iglesia al papa Benedicto XV (Giacomo della Chiesa). Sus padres se opusieron a que entrase al convento, de suerte que tenía ya veintidós años cuando tomó el hábito de Santo Domingo en Vercelli. Fue un gran predicador y director de almas y, durante varios años, acompañó a san Bernardino de Siena en sus misiones.
Cuando fue superior del convento de Como, reformó completamente las costumbres y la vida religiosa de la ciudad. Más tarde, gobernó los conventos de Savona, Florencia y Bolonia y, en todos restableció la exacta observancia. El beato se alegraba profundamente cuando terminaba cada uno de sus períodos de superiorato y se entristecía cuando le reelegían, diciendo que ni siquiera era capaz de manejar con destreza un remo. De 1440 a 1444, el antipapa Amadeo de Saboya (no confundir con el beato Amadeo de Saboya, su nieto), quien se daba el nombre de Félix V y tenía muchos partidarios en Saboya y en Suiza, perturbó la paz de la Iglesia. El beato Antonio se le opuso vigorosamente y consiguió ganarse a muchos de sus partidarios. También predicó con gran energía contra la usura, repitiendo incansablemente la historia del usurero que, con la muerte, no sólo perdió el alma sino también el cuerpo, ya que los demonios le transportaron corporalmente al infierno, de suerte que sus familiares tuvieron que enterrar un féretro vacío. Los predicadores de la Edad Media solían emplear ese tipo de leyendas, algunas de las cuales son divertidas, otras conmovedoras y otras totalmente absurdas.
Los corsarios se apoderaron del barco en que viajaba el beato con un compañero, entre Savona y Génova. Normalmente, ello hubiera significado la muerte o la esclavitud, pero la conducta de los dos religiosos impresionó tanto a los piratas, que los dejaron libres sin exigirles rescate. El beato Antonio poseía el don de milagros y de discernimiento de espíritus. Predijo su propia muerte, que tuvo lugar en Como, el 22 de enero de 1459. El 28 de julio de 1810 se llevó a cabo la translación de sus reliquias a su ciudad natal, y su culto fue aprobado en 1819.
Véase Procter, Lives of the Dominican Saints, pp. 210-213; Pellazza, Elogio storico del B. Antonio (1863); Taurisano, Catalogus Hagiographicus O. P., p. 40; y L. Ferretti, Vita del B. Antonio (1919).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=283



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