viernes, 8 de abril de 2016

Beato Clemente de Osimo, religioso presbítero - Beato Julián de San Agustín, religioso (8 de abril)

Beato Clemente de Osimo, religioso presbítero

fecha: 8 de abril
†: 1291 - país: Italia
canonización: 
Conf. Culto: Clemente XIII 1761
hagiografía: Santi e Beati

En Orvieto, de la Toscana, en Italia, beato Clemente de Osimo, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que dirigió y promovió la Orden con gran eficacia y adaptó sabiamente sus leyes.
refieren a este santo: Beato Agustín Novelli
Tenía todas las dotes del líder: prudencia y mesura, benevolencia paternal, solicitud, incansable laboriosidad. Así los biógrafos, afirmando éstas, han terminado por «olvidar» otros particulares no irrelevantes de su vida, como la fecha y lugar de nacimiento. De cierto sabemos solamente que el beato Clemente de Osimo nació a los inicios del siglo XIII, pero aun se discute si en San Elpidio (en el término de Ancona) en vez de en Osimo. Ni siquiera se nos han transmitido datos sobre su espiritualidad de los primeros años, y su experiencia, sólo se deja entender que había sido eremita; aunque es cierta e inequivoca la fecha en que ingresó a los Agustinos: 1256. Llega allí con un bagaje no indiferente de cultura y espiritualidad; apenas trece años después es elegido Provincial de la provincia de Ancona. Pero la «carrera» de Clemente al interior de la Orden no termina aquí: en 1271 es elegido Prior General, y como tal se desempeña por un trienio, luego del cual vuelve a la vida retirada que era su específica vocación. En 1284 resulta reelegido por unanimidad, confirmado en 1287, y aun en 1290. En el primer mandato la personalidad de Clemente no termina de expresarse por entero, porque resulta condicionada por las personalidades eclesiásticas del entorno (y especialmente del «cardenal-protector» Ricardo Annibaldi), pero en los sucesivos períodos resulta dejar una impronta tal, que los historiadores son concordes en afirmar que Clemente es indiscutuiblemente el más grande de los priores generales de los inicios de la Orden. No es casual que a él haya tocado reformular y promulgar las Constituciones de la Orden, una obra monumental a la que se dedica incansablemente, junto a su cohermano y amigo el beato Agustín Novelli.
Es un decidido y eficaz promotor de la unidad de su Orden, porque, además de promulgar las primeras Constituciones, se preocupa de dar a la formación de los novicios una clara orientación agustiniana, una única liturgia para toda la Orden y, al mismo tiempo dirigiendo a alumnos y profesores a la experiencia internacional, con la apertura de nuevas casas y estudiantados en París, Roma, Bologna, Padua y Nápoles. Con él la devoción mariana deviene una tradición de la Orden, y Clemente la promulga, tan devoto como es él mismo de la Madonna. Los biógrafos no omiten registrar hechos prodigiosos (como agua cambiada en vino), que distinguen el priorato de Clemente, como un sello de Dios sobre su obra. Murió el 8 de abril de 1291, a pocos meses del inicio de su cuarto mandato. Los hechos prodigiosos en torno a su tumba se multiplicaron, y la Orden los ha conservado en su memoria a través del tiempo, rodeándolo de veneración. Por este motivo el papa Clemente XIII confirmará el culto «ab immemoriabili» en 1761. Se festeja en la Orden junto al beato Agustín Novelli, que colaboró con él en la redacción de las Constituciones y que fue su sucesor como Prior General.
Traducido para ETF del artículo de Gianpiero Pettiti.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1156




Beato Julián de San Agustín, religioso

fecha: 8 de abril
n.: c. 1550 - †: 1606 - país: España
canonización: 
B: León XII 23 may 1825
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Alcalá de Henares, en España, beato Julián de San Agustín, religioso de la Orden de Hermanos Menores Descalzos, que, tomado por loco a causa de su exagerada penitencia, y varias veces rechazado de la vida religiosa, predicó a Cristo más con el ejemplo de su virtud que con la palabra.
EI beato Julián Martinet, descendiente de una antigua familia de caballeros franceses, nació en Medinaceli, en Castilla. Las difíciles circunstancias económicas por las que atravesaba su padre obligaron a Julián a entrar de aprendiz en un taller de sastrería. Siendo todavía muy joven, abrazó la vida religiosa en el convento de los franciscanos de su ciudad natal. Su tendencia a las prácticas de devoción extravagantes y a las penitencias exageradas hicieron pensar a sus superiores que se trataba de un desequilibrado y le despidieron del convento. Julián paso de Medinaceli a Santorcaz, donde ejerció su oficio. Allí conoció al P. Francisco de Torres, cuando éste predicaba una misión. El misionero reconoció las cualidades del joven y le convirtió en su colaborador. Durante el resto de la misión, Julián se dedico a recorrer las calles, sonando una campana para invitar a los habitantes a los sermones. El P. Torres consiguió que el convento franciscano de Nuestra Señora de Salceda abriese sus puertas al joven. Pero la historia volvió a repetirse; los superiores creyeron que Julián era un desequilibrado y le despidieron. Decepcionado, pero sin darse por vencido, Julián se retiró a practicar la austeridad en una ermita solitaria, de la que solo salía para ir con los otros mendigos a pedir un poco de pan al convento.
Al cabo de un tiempo, la fama de santidad del ermitaño movió a los franciscanos a admitirle por tercera vez. El beato hizo la profesión religiosa al fin de un año de noviciado y tomo el nombre de Julián de San Agustín. Nunca se ordenó sacerdote. Los superiores le permitieron entregarse con toda libertad a la penitencia. Julián se mortificaba con cuantos instrumentos de penitencia encontraba; solo dormía unas cuantas horas, al aire libre, o reclinado contra un muro, o en uno de los confesionarios de la iglesia. El P. Torres le empleaba, de cuando en cuando, en sus misiones. El beato poseía una elocuencia sencilla que llegaba al corazón. Su fama se extendió rápidamente, y la reina Margarita, madre de Felipe IV, manifestó el deseo de conocerle. Muy contra su voluntad, Julián tuvo que obedecer a sus superiores e ir a la corte; pero estaba tan intimidado, que no pudo pronunciar una sola palabra. En 1606, le sobrecogió una grave enfermedad a dos leguas de Alcalá de Henares; rehusándose a admitir que le transportasen en un carruaje, el beato se arrastró hasta el convento de San Diego, donde murió. El pueblo empezó inmediatamente a venerarle como santo, pero no fue oficialmente beatificado sino hasta 1825.
La fuente más fidedigna sobre la vida del beato Julián son los documentos del proceso de beatificación. Basándose en ellos, el P. José Vidal publico en 1825 una biografía popular en italiano. Ver también León, Aureole Seraphique (trad. ingl.), vol. II, pp. 47-59; y Marrara, Leggendario Francescano, vol. I (1676), pp. 518-520.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1157

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