Sacerdote y Mártir, 23 de julio
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Nació el día 24 de junio de 1888 en Pons, provincia de Lérida y diócesis de Seo de Urgel. Sus padres -Jacinto y Josefa- eran profundamente cristianos. Don José era el mayor de los doce hijos con que Dios quiso bendecir aquel matrimonio.
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Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano: En la ciudad de Toledo, España, beatos mártires Pedro Ruiz de los Paños y José Sala Picó, presbíteros de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, asesinados durante la persecución a la fe en tierras españolas († 1936).
Fecha de beatificación: 1 de octubre de 1995 por S.S. Juan Pablo II
Breve Biografía
Nació el día 24 de junio de 1888 en Pons, provincia de Lérida y diócesis de Seo de Urgel. Sus padres -Jacinto y Josefa- eran profundamente cristianos. Don José era el mayor de los doce hijos con que Dios quiso bendecir aquel matrimonio.
Una de las pocas cosas de las que presumía y se gloriaba el siervo de Dios era de su familia. «Siempre le oí hablar encomiásticamente de su familia muy cristiana. Gloriábase de que cuatro de los hijos con que Dios había favorecido el matrimonio de sus padres se hubiesen consagrado a Dios: él en el sacerdocio y tres hermanas en la vida religiosa».
Tanto su hermano Ramón como su hermana sor Teresa de Jesús afirman que siempre fue muy dócil y obediente. Jamás tuvieron que reprenderlo por nada. Y es que don José fue formal desde siempre. «El rasgo más destacado de don José fue su gravedad, su formalidad en todo».
A los nueve años de edad se fue a vivir con su tío sacerdote, párroco de Ordino, en Andorra. Dice su hermano Ramón: «Mi tío procuró darle a él, lo mismo que a mí también, una educación muy esmerada y piadosa, haciendo las veces de un verdadero padre con nosotros»
A los nueve años de edad se fue a vivir con su tío sacerdote, párroco de Ordino, en Andorra. Dice su hermano Ramón: «Mi tío procuró darle a él, lo mismo que a mí también, una educación muy esmerada y piadosa, haciendo las veces de un verdadero padre con nosotros»
Sus hermanos declaran que desde muy pronto observaron en él una decidida inclinación al sacerdocio y que siempre se sintió llamado por Dios. Con su tío estudió los años de Latín y Humanidades en Andorra. La Filosofía y Teología las cursó, como alumno interno, en el Seminario de Seo de Urgel, donde terminó los estudios para el sacerdocio y recibió la ordenación sacerdotal el 15 de abril de 1911.
El primer cargo que desempeñó fue el de vicario de Guissona, donde estuvo poco tiempo; después fue nombrado capellán de la granja de Liñola, llamada 'San Vicente'. En este cargo no solamente tenía que atender a la cura de almas con las familias de los colonos, sino también a la administración de la finca. Él confesaría que así como le agradaba mucho emplearse en los ministerios sacerdotales de catequesis, visitas de enfermos, confesonario, etcétera, le desagradaba tenerse que ocupar de los asuntos temporales de la administración, y por esta razón pidió al señor obispo que le relevara de aquel cargo.
Fue coadjutor de Pallas, Balaguer y Bergamuy. Desde este último cargo marchó a la Hermandad de Operarios Diocesanos, donde fue admitido como probando el día 12 de agosto de 1914.
Le llevó a la Hermandad la facilidad que ésta le proporcionaba para corresponder a la gracia de su vocación con aquella generosidad que su corazón le exigía... estimaba grandemente su vocación a la Hermandad por cuanto ésta tiene como misión especial la formación de sacerdotes.
Emitió sus votos trienales el día 12 de agosto de los años 1915, 1918 y 1921. También el 12 de agosto del año 1924 sus votos indefinidos.
En la Hermandad En ella, se desempeñó como prefecto de disciplina y ecónomo en el seminario de Segovia, y después en el de Toledo como prefecto en el Colegio Vocacional, y más tarde como Rector del Seminario Menor.
Después del triunfo del Frente popular en febrero de 1936 el odio a la Iglesia se respiraba en las calles: insultos, blasfemias, amenazas, cuando pasaba un sacerdote. Es en ese clima cuando el Padre Ruiz de los Paños, Director General de la Hermandad de Sacerdotes Operarios, llegó a Toledo en la tarde del 16 de julio de 1936, acompañado de su secretario particular, don Jaime Flores Martín. Llevaba la intención de establecer en Toledo la primera casa de las Discípulas de Jesús.
El 17 y 18 pudieron constatar que casi no se podía salir a la calle, al menos con sotana. El 19 supieron que se había sublevado el ejército en África y otros lugares de la península. El ambiente callejero era de odio y guerra. El 21 Moscardó, gobernador militar de Toledo, declara a las siete de la mañana el "estado de guerra"; uniéndose a los sublevados.
D. José, con D. Pedro, D. Jaime y algún superior más que aun no había marchado de Toledo permanecieron el 22 hasta las 9 de la noche en el Seminario, (animándose para el martirio que veían ya casi seguro). Por eso se dieron la comunión en forma de viático, consu¬miendo todas las formas para evitar el sacrilegio. Luego decidieron salir del Seminario para evitar daños al edificio y a las hermanas que los atendían por parte de los milicianos, si compro¬baban que allí no había ya curas. D. Jaime pudo viajar a Madrid y se salvó. D. Pedro y D. José buscaron refugio en casa de un amigo maestro, que los aceptó, pero un vecino radical se opuso a que entraran curas en ese edificio. Entonces se refugiaron en casa del sacerdote D. Álvaro Cepeda. Durmieron allí y a las 7,30 de la ma-ñana, cuando desayunaban, entraron los milicianos en busca de D. Álvaro, llevándose a los tres al saber que los otros eran también curas.
Se los llevaron con los brazos en alto hacia la calle de Santo Tomé. Según cruzaban una ''de esas callejuelas comenzaron a discutir los milicianos si sería mejor fusilarlos allí mismo; pero un vecino, con cierta autoridad en las izquierdas se opuso para que no dejaran los cadá¬veres tirados en las puertas. Entonces se dirigieron por Santo Tomé y la calle del Ángel hacia una antigua fábrica de harinas convertida provisionalmente en prisión, que estaba en la calle de los Reyes Católicos. Allí les dijeron que aquello estaba lleno, que fueran a otra parte. Coincidió entonces que pasó un coche en el que iba el Dr. Rivera, padre del siervo de Dios José Rivera. Era médico y le llevaba en un coche un jefe miliciano para que atendiera a una parturienta en la vecina Maternidad. Paró el coche, se bajó el miliciano y dijo al conductor que llevara a la Maternidad al médico. El habló con los milicianos, se enteró de quienes eran los tres presos, avanzaron hasta la entrada del Paseo del Tránsito, y les dijo que no valía la pena seguir adelante. Allí mismo, él y los otros dispararon a quemarropa sobre los tres mártires. Eran aproximadamente las nueve de la mañana.
El papa Juan Pablo II, lo beatificó el 1 de octubre de 1995 junto a otros ocho sacerdotes de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, todos rectores y maestros en Seminarios.
La lista la encabeza el padre Pedro Ruiz de los Paños y la completan: José Sala Pico,Guillermo Plaza Hernández, Recaredo Centelles Abad, Antonio Perulles Estivill, Martín Martínez Pascual, José Pascual Carda Saporta, Isidro Bover Oliver, José Peris Polo; éste es un primer grupo de nueve beatificado, sobre un total de treinta sacerdotes de la Hermandad, absurdamente asesinados.
Bibliografía:
seminariomenortoledo.es
www.sacerdotesoperarios.org
Testigos de su sacerdocio de Juan de Andrés Hernansanz - Madrid-Salamanca 1990
Blog Victor in Vínculis en ReligionEnLibertad
seminariomenortoledo.es
www.sacerdotesoperarios.org
Testigos de su sacerdocio de Juan de Andrés Hernansanz - Madrid-Salamanca 1990
Blog Victor in Vínculis en ReligionEnLibertad
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