| Los cinco minutos del Espíritu Santo | |||||||||||
No a la violencia interior y sí a la paz del corazón | |||||||||||
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Muchas veces sufrimos por la agresividad que llevamos dentro.
Algunas personas reaccionan mal, con agresiones o ironías; otras se callan, pero se aíslan resentidas. Hay muchas tensiones interiores que nos llevan a sentirnos mal con las demás personas. A veces hay cosas que nos molestan y no sabemos bien por qué; otras veces sentimos rechazo por cosas que no son tan importantes. Es necesario llevar calma y armonía a ese mundo interior, para que no desgastemos tantas energías inútilmente. El Espíritu Santo puede sanar nuestro interior para que nos liberemos de muchas tensiones innecesarias, para que renunciemos a la guerra con los demás, para que dejemos de resistirnos ante las cosas que nos irritan y aprendamos a aceptarlas como parte de la vida. Si dejamos que el Espíritu Santo nos serene en un momento de oración, podemos decirle no a la violencia interior y optar sinceramente por la paz del corazón. Esto no significa que no luchemos o que no discutamos cuando es necesario. Sólo significa que aprendamos a hacerlo sin perder la calma interior. Con la gracia del Espíritu Santo podemos lograrlo, porque él es el dulce maestro interior. | |||||||||||




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