San Anatolio de Milán, obispo
fecha: 24 de septiembre
†: s. II - país: Italia
otras formas del nombre: Anatalone
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
†: s. II - país: Italia
otras formas del nombre: Anatalone
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Milán, ciudad de la región
Transpadana, san Anatolio, considerado primer obispo de esta ciudad.

La archidiócesis de Milán es
universalmente conocida como la «Iglesia Ambrosiana», así llamada por su gran
obispo y doctor de la Iglesia san Ambrosio, que la rigió en la segunda mitad
del siglo IV. Lo que sin embargo pocos saben es que la diócesis venera como primer
obispo a san Anatalio, personaje de cierto carácter legendario, que forma junto
con Ambrosio y Carlos Borromeo, de un grupo de unos 143 obispos, entre ellos 38
santos y 2 beatos, que han gobernado a lo largo de diecisiete siglos la sede
episcopal de la antigua Mediolanum.
A finales del siglo VIII, Pablo el Diácono
escribió la «Gesta episcoporum Mettensium», En la que sostenía que Anatolio
había sido discípulo de Pedro, quien lo había enviado a Milán como el primer
obispo. El antiguo Martirologio Romano y otros catálogos sostenían en cambio
que la cátedra de Milán fue establecida por el apóstol Bernabé, quien, después
de siete años, nombró a Anatolio como su sucesor. De acuerdo con la «Datiana
historia ecclesiae mediolanensis», una obra anónima que data del siglo XI, un
cierto «Anatelon» habría sido obispo de Milán y Brescia del 50 al 63. De hecho,
la cronología de estas tradiciones se ha establecido específicamente en el
siglo XI, en relación a la polémica de Milán con Roma sobre la herejía de los
Patarinos, o tal vez por la reforma establecida por el Papa Gregorio VII,
retrotrayendo la historia de la diócesis con el fin de establecer una igual
antigüedad que la Iglesia de Roma, lo que la hubiera eximido de su sujeción.
Los historiadores afirman que san Bernabé nunca fue a Milán, y que en cambio
fue martirizado en Oriente. Siempre según la leyenda, Anatolpo habría
construido una iglesia dedicada al Salvador, sobre el anterior templo del dios
Mercurio y Apolo, en el lugar donde está hoy la iglesia del Palazzo San
Giorgio.
Más allá de estas y otras leyendas sobre
el personaje, el «Beroldo Nuovo», calendario litúrgico milanés de 1263, afirma
que Anatalio estaría enterrado en la iglesia de San Florián en Brescia, una
ciudad donde, como hemos visto, algunas leyendas lo quieren también como primer
obispo. En 1472 algunas de sus reliquias fueron efectivamente encontradas en
esa iglesia, y solemnemente trasladadas a la catedral de la ciudad, donde
actualmente son objeto de veneración.
Extractado y traducido para ETF de un
artículo de Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beati
accedida 567 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3466
San Gerardo Sagredo, obispo y mártir
fecha: 24 de septiembre
n.: c. 980 - †: 1046 - país: Hungría
otras formas del nombre: Gerardo de Csanad
canonización: C: Gregorio VII 1083
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 980 - †: 1046 - país: Hungría
otras formas del nombre: Gerardo de Csanad
canonización: C: Gregorio VII 1083
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Panonia, san Gerardo Sagredo, obispo de la sede de Morisena
(Csanad) y mártir, que fue preceptor de san Emerico, príncipe adolescente hijo
del rey san Esteban, y en una sedición de húngaros paganos murió apedreado
cerca del río Danubio.
Patronazgos: patrono de Budapest y de los educadores.
refieren a este santo: San Emerico, San Ladislao

San Gerardo, algunas veces llamado
Sagredo, fue el apóstol de un vasto distrito de Hungría. Era originario de
Venecia, donde nació a principios del siglo once. Desde muy joven, se consagró
al servicio de Dios en el monasterio benedictino de San Giorgio Maggiore en
Venecia, pero al cabo de algún tiempo, abandonó el convento para hacer una
peregrinación a Jerusalén. Al pasar por Hungría, conoció al rey San Esteban, a
quien impresionaron tanto las cualidades de Gerardo, que lo retuvo para que
fuese el tutor de su hijo, el Beato Emeric. Al tiempo que ejercía sus funciones
de educador, el santo predicó la palabra de Dios con mucho éxito. Cuando San
Esteban fundó la sede episcopal de Csanad, nombró a Gerardo como su primer obispo.
La gran mayoría de los habitantes del lugar eran paganos, y los pocos que
llevaban el nombre de cristianos, eran ignorantes, salvajes y brutales, pero
San Gerardo trabajó entre ellos con tan buenos frutos que, en poco tiempo, el
cristianismo progresó considerablemente. Siempre que le era posible, unía
Gerardo la perfección en su desempeño de la tarea episcopal con el recogimiento
de la vida contemplativa que le fortalecía para continuar con sus funciones.
Además, Gerardo fue investigador y escritor; entre sus obras figura una
inconclusa disertación sobre el Himno de los Tres Jóvenes (Daniel III) y otros
escritos que se perdieron con el correr del tiempo.
El rey Esteban secundó el celo del buen
obispo en tanto que vivió, pero a su muerte, ocurrida en 1038, el reino quedó
en la anarquía a causa de las disputas por la sucesión al trono y, al mismo
tiempo, estalló una rebelión contra el cristianismo. Las cosas iban de mal en
peor, hasta el extremo de que, virtualmente, se declaró una abierta persecución
contra los cristianos. Por entonces, Gerardo, que celebraba la misa en la
iglesita de una aldea junto al Danubio, llamada Giod, tuvo la premonición de
que aquel mismo día habría de recibir la corona del martirio. Terminada la
visita a la aldea, el obispo y su comitiva partieron hacia la ciudad de Buda.
Ya se disponían a cruzar el río, cuando fueron detenidos por una partida de
soldados al mando de un oficial, idólatra recalcitrante y acérrimo enemigo
hasta de la memoria del rey Esteban. Sin mediar palabra, los soldados
comenzaron a lanzar piedras contra San Gerardo y sus gentes, que se hallaban
dentro de la barca, amarrada a un pilote. Algunos de ellos se metieron al agua,
volcaron la embarcación y sacaron a rastras al santo obispo. Asido a los brazos
de sus captores, se incorporó hasta ponerse de rodillas y oró en voz alta con
las palabras de San Esteban, el Protomártir: "¡Señor, no les toméis en
cuenta esta culpa!" Apenas había pronunciado estas palabras cuando le
atravesaron el pecho con una lanza. Los soldados arrastraron el cuerpo hasta el
borde de un acantilado que lleva el nombre de Blocksberg y arrojaron el cadáver
al Danubio. Era el 24 de septiembre de 1046. La muerte heroica de San Gerardo
produjo un profundo efecto entre el pueblo que, desde el primer momento,
comenzó a venerarlo como mártir. Sus reliquias fueron colocadas en un
santuario, en 1083, al mismo tiempo que las de San Esteban y las de su hijo, el
Beato Emeric. En 1333, la República de Venecia obtuvo del rey de Hungría la
concesión de trasladar la mayor parte de las reliquias de San Gerardo a la
iglesia de Nuestra Señora, en la isla de Murano, vecina a Venecia donde hasta
hoy se venera al santo como al protomártir de aquel lugar donde vino al mundo.
La fuente de información más digna de
crédito para la historia de San Gerardo, es la breve biografía impresa en Acta
Sanctorum, sept. vol. VI, pp. 722-724. Contrariamente a lo que había dado por
sentado, esta biografía no es un resumen del estudio más extenso de Endlich en
el libro Monnumenta Arpadiana (pp. 205-234), aunque tanto una como el otro
datan del siglo doce o, cuando más, de fines del siglo once. A esta conclusión
llega R. F. Kaindl en el Archiv f. Oesterreichische Geschichte, vol. XVI
(1902), pp. 1-58. Las otras biografías, todas de fechas muy posteriores, están
tomadas de las dos mencionadas anteriores y no son dignas de mayor crédito. La
vida y el episcopado de San Gerardo fueron estudiados también por C. Juhász, en
Studien und Mittheilungen O.S.B., 1929, pp. 139-145 y 1930, pp. 1-35. Ver a C.
A. Macartney, en Archivum Europae centre-orientalis, vol. IV (1938), pp.
456-490, donde figura su Vida de San Gerardo y su Medieval Hungarian,
Historians (1953).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
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