San Cleofás, santo del NT
fecha: 25 de septiembre
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: Conmemoración de san Cleofás,
discípulo del Señor, al que con el otro compañero itinerante le ardía el
corazón, cuando Cristo, en la tarde de Pascua, se les apareció en el camino
explicándoles las Escrituras, y después, en la casa de Cleofás, en Emaús, al conocer
al Salvador en la fracción del pan.

Acerca de Cleofás tenemos dos referencias,
una, de la que se hace eco el elogio del Martirologio Romano, proviene del
propio texto del Evangelio (Lucas 24,13ss), mientras que la otra proviene de la
tradición posterior, de san Hegésipo,
citado por Eusebio de Cesarea (Hist. Ecl. III,11,1). La referencia del
evangelio de Lucas es muy escueta. en el bello relato de la aparición camino de
Emaús, se nos dice que Cleofás es el nombre de uno dos de los dos entristecidos
discípulos que habla con el Resucitado, sin reconocerlo aun.
En Juan 19,25 se menciona un personaje que
algunas biblias en castellano escriben también Cleofás: «Junto a la cruz de
Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de 'Cleofás'». En
realidad este Cleofás de Juan y el Cleofás de Lucas se escriben distinto en
griego. Eso no significa necesariamente que sean dos personas distintas, porque
bien puede tratarse de dos transcripciones diversas de un mismo nombre
original, arameo, por ejemplo; pero debe tenerse cuidado con una identificación
precipitada basada tan sólo en el parecido fonético. En realidad la «o» del
Cleopás de Lucas es breve, mientras que la «o» del Cloopás de Juan es larga, y
normalmente esas vocales (que en castellano transcribimos igual) no son
intercambiables.
Notemos que si el Cleopás de Lucas es el
mismo que el Cloopás de Juan, resultaría ser entonces tío político de Jesús, ya
que es esposo de la tía (también María) de Jesús. Quizás por esa precipitada
asimilación de los dos personajes, en el siglo II -que había comenzado la
enorme tarea de armonización que buscaba evitar tropiezos a los lectores de los
cuatro evangelios que veían que los datos de uno muchas veces diferían en
detalles de los de los otros tres- se asimiló este Cloopás de Juan, usando como
puente Marcos 15,40, con el padre de los «hermanos de Jesús» (entendidos, por
lo tanto, como primos), a quien también, sin que sepamos exatamente basados en
qué tradición, se lo hace hermano de José (por tanto María y José serían
parientes políticos, además de esposos). Y así Hegésipo, en sus Memorias
Eclesiásticas dirá, citado por Eusebio: «Tras el martirio de Santiago y la inmediata
toma de Jerusalén, cuenta la tradición que, viniendo de diversos sitios, se
reunieron en un mismo lugar los apóstoles y los discípulos del Señor que
todavía se hallaban con vida, y juntos con ellos también los que eran de la
familia del Señor según la carne (pues muchos aún estaban vivos). Todos ellos
deliberaron acerca de quién había de ser juzgado digno de la sucesión de
Jacobo, y por unanimidad todos pensaron que Simeon, el hijo de Clopás (a quien
también menciona el texto del Evangelio), merecía el trono de aquella región,
por ser, según se dice, primo del Salvador, pues Hegesipo cuenta que Clopás era
hermano de José.»
Todo esto, que puede sonar a galimatías,
ha dado lugar a una especie de «plataforma» de tradiciones difíciles de
fundamentar pero difíciles de criticar por lo intrincado de las relaciones que
mencionan, que nos hacen el Evangelio aparentemente más «cercano», ya que
convierten en familiares y reconocidos, a personajes que, si somos justos con
lo que leemos en el texto bíblico, apenas si son mencionados una vez y vuelven
a desdibujarse en su nube de lejana evocación. Mi conclusión personal, pero que
no corresponde imponerla a nadie, es que este Cleofás, como tantos otros
personajes del Nuevo Testamento, ha sido posiblemente alguien conocido dentro
de alguna de las tantas pequeñas iglesias que formaron las moléculas del
cristianismo inicial. Su nombre aparece mencionado porque así lo recibió la
tradición evangélica décadas después de los hechos, cuando se pusieron por
escrito, y de ninguna manera podemos darnos de un saber que no tenemos, ni
sobre él ni sobre ningún otro. Las confusiones en torno a la identidad o no
identidad entre Cleopás y Cloopás, entre los discípulos de Jesús y sus
parientes, y otras confusiones de personajes, no son sólo nuestras, sino que
así, ya mezcladas y confusas, las recibió la propia tradición que está tras la
redacción de los evangelios. Nos corresponde, creo yo, respetar estas pequeñas
evocaciones como muestra de que los escritos bíblicos se hunden en un mar de vida
de Iglesia que les ha precedido y los ha hecho posibles, y de la que
esos escritos son sólo el signo y el indicador. La vida de la
Iglesia es siempre, y lo ha sido desde el principio, mucho más que lo que
nuestras evocaciones, historias, tradiciones, memorias y crónicas pueden
sistematizar.
Abel Della Costa
accedida 3441 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3482
San
Fermín de Amiens, obispo y mártir
fecha: 25 de septiembre
fecha en el calendario anterior: 7 de julio
†: s. inc. - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
fecha en el calendario anterior: 7 de julio
†: s. inc. - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En Amiens, en la Galia Bélgica, san Fermín, venerado como obispo y
mártir.
Patronazgos: patrono de Pamplona, Picardía y Amiens, de los niños, los toneleros,
los comerciantes y panaderos, para pedir contra la fiebre, los calambres,
reumatismo, hidropesía y temblores, contra la sequía.
Tradiciones, refranes, devociones: Aunque celebrado no en esta fecha sino el 7 de
julio -su inscripción más tradicional-, son famosos mundialmente los
«sanfermines» de Pamplona.
Refranes y rimas:
Pide al Santo morenazo, que no te den un cornazo.
Por San Fermín, mocicas a la fiesta, abuelos a la siesta.
Se oyó en el cielo una jota, que hizo a San Fermín llorar; se la cantaba un navarro, que el encierro no verá.
¡Como quieres que yo cante y que temple mi guitarra, si es San Fermín y estoy lejos de la Capital Navarra¡
Refranes y rimas:
Pide al Santo morenazo, que no te den un cornazo.
Por San Fermín, mocicas a la fiesta, abuelos a la siesta.
Se oyó en el cielo una jota, que hizo a San Fermín llorar; se la cantaba un navarro, que el encierro no verá.
¡Como quieres que yo cante y que temple mi guitarra, si es San Fermín y estoy lejos de la Capital Navarra¡
refieren a este santo: San Fermín de
Mende
style='font-variant-ligatures: normal;font-variant-caps: normal;orphans: 2;
widows: 2;-webkit-text-stroke-width: 0px;word-spacing:0px' v:shapes="_x0000_i1025">
Existen sobre este Fermín unas actas
tardías (del siglo X) que detallan muchos aspectos de la vida del santo, incluyendo
su pasión y muerte. Lamentablemente son muy poco confiables, por la lejanía con
los hechos que narra, y los rasgos legendarios que presenta. Sin embargo, es
muy posible que en las cuestiones fundamentales recojan una tradición firme.
Según esa tradición, Fermín era natural de
Pamplona, en Navarra, España, perteneciente a una noble familia pagana del
lugar. La predicación de Honesto y Honorato, discípulos del famoso san Saturnino de
Toulouse, trajo la fe cristiana a Pamplona, y junto a ella, a la
familia de Fermín, quien no sólo se bautizó, sino que fue nombrado obispo y
enviado como misionero a las Galias. Allí evangeliza Agen, Auvernia, Anjou,
Beauvais, para detenerse finalmente en Amiens (los auténticos obispos
misioneros solían serlo de una pequeña comarca, se nota aquí los intentos de
las Actas por hacer que su héroe abarque prácticamente todo el territorio de la
actual Francia). En Amiens recibe el martirio, y es enterrado por un piadoso
senador, cuyo hijo, también llamado Fermín, es ordenado como sucesor, y erige
una iglesia en honor de san Fermín.
La lista de obispos de Amiens registra
estos dos Fermines, el primero como mártir y el segundo como confesor, aunque
se basa en datos muy poco seguros, y es posible que los dos sean en realidad el
mismo, el que celebramos hoy. De hecho el Martirologio actual ha eliminado la
inscripción del segundo, que figuraba el 1 de septiembre.
De todo esto lo que queda como segura es
la vinculación de san Fermín con Navarra como patria de origen, y de Amiens
como sitio martirial, donde pudo haber sido un destacado obispo misionero, sin
ser necesariamente el obispo fundador de la sede, que parece haber sido
Eulogio, en el siglo IV. Es imposible saber, con los datos disponibles, cuándo
vivió y recibió el martirio san Fermín; las diversas tradiciones lo ubican
entre mediados del siglo III y comienzos del IV.
Este es el Fermín cuyo culto se extendió
por Navarra, y dio lugar a los «Sanfermines» del mes de julio. Hay un primer
documento de la veneración del santo en Pamplona en 1186, cuando el obispo
Pedro II recibe solemnemente de parte del obispo de Amiens las reliquias de san
Fermín, establece la solemnidad litúrgica, y dota un convento de canónigos en honor
del santo. Estas reliquias, guardadas en un relicario de algunos siglos más
tarde, son las que se veneran actualmente en la iglesia de San Lorenzo, en Pamplona.
La fecha de celebración fue al principio
el 10 de octubre; sin embargo, quizás por mezcla con la historia del patrono
principal de Pamplona, el mencionado san Saturnino, que murió arrastrado por un
toro, se comenzó a asociar el culto a san Fermín con los toros. Pero la fecha
de octubre quedaba fuera de los toros, y así en 1590, el obispo Bernardo de
Sandoval concede el traslado de la parte profana de la fiesta (es decir, el
encierro de toros) al 7 de julio, dejando a salvo la festividad litúrgica en su
fecha propia. Se escoge esa fecha no por ninguna relación con la vida del
santo, sino por «illud tempus esse magis commodum» («por ser este tiempo
más cómodo») para la fiesta.
Una versión de las actas legendarias, con
abundantes notas, se reproducen en Acta Sanctorum, septiembre VII, págs. 24-50;
allí mismo una buena parte del texto se dedica al desarrollo del culto en
Pamplona (pág. 46ss.). Mons. Duchesne, en Fastes Episcopaux, III, pág. 112-127
resume los puntos centrales de los datos y problemas del episcopado de san
Fermín. El P-. Thurston, en Butler's Lives... menciona una «Histoire de Saint
Fermin» de 1861, a la que no he tenido acceso. Imagen: Martirio de san Fermín,
por Vincentius Bellovacensis, en el «Speculum historiale», siglo XV, Paris.
Abel Della Costa
accedida 910 veces
ingreso o última modificación relevante: 14-7-2014
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3483
No hay comentarios:
Publicar un comentario