jueves, 3 de noviembre de 2016

Santa Silvia, madre de familia - San Juanicio, monje (3 de noviembre)

Santa Silvia, madre de familia

fecha: 3 de noviembre
n.: c.520 - †: c. 592 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Catholic Encyclopedia

Elogio: En Roma, conmemoración de santa Silvia, madre del papa san Gregorio I Magno, de la que el mismo Pontífice dejó escrito que había alcanzado la cima de la oración y de la penitencia, siendo óptimo ejemplo para todos los demás.
Patronazgos: protectora del buen parto.

Silvia fue la madre del papa san Gregorio Magno, y nació alrededor del 515 (o quizás 525). Lamentablemente no hay una «Vida de Silvia», y todo lo que hay sobre ella son unas muy escasas noticias. Su lugar de nacimiento se ubica a veces en Sicilia, otras en Roma. Aparentemente era de una familia distinguida como la de su marido Gordiano, regionario romano, dueño de amplias propiedades en Sicilia. Tuvo, además de Gregorio, un segundo hijo.
Silvia fue notable por su gran piedad, y dió a sus hijos una excelente educación. Después de la muerte de su esposo se dedicó por entero a la religión en una «celda, junto a la puerta del bienaventurado Pablo» (cella nova juxta portam beati Pauli). El papa san Gregorio tenía un retrato en mosaico de sus padres, realizado en el monasterio de San Andrés, que es descrito minuciosamente por Juan el Diácono (PL, LXXV, 229-30). Silvia fue retratada sentada, con la cara, en la que las arrugas de la edad no pudieron extinguir la belleza, completamente visible; los ojos grandes y azules, y la expresión graciosa y animada.
Murió hacia el 592, y recibió culto desde antiguo; en el siglo IX se erigió un oratorio sobre su antigua vivienda, junto a la Basílica de San Sabas. El Papa Clemente VIII (1592 - 1605) inscribió su nombre el 3 de Noviembre en el Martirologio Romano. Es invocada por las embarazadas para un parto seguro.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Klemens Löffler para Catholic Encyclopedia (1912).
Lamentablemente el retrato «descrito minuciosamente por Juan el Diácono» no ha llegado a nosotros. Además de la imagen de Santa Silvia puede verse una foto del monasterio de San Sabas quue muestra de frente el oratorio de Santa Silvia.
accedida 1351 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4016



San Juanicio, monje

fecha: 3 de noviembre
fecha en el calendario anterior: 4 de noviembre
n.: c. 754 - †: c. 846 - país: Turquía
otras formas del nombre: Ioannikios el grande, Ioannikos, Joanicio
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En el cenobio de Antidio, en Bitinia, san Juanicio, monje, que, después de más de veinte años al servicio de las armas, vivió solitario en varias montañas del Olimpo, y solía acompañar su oración con estas palabras: «Dios es mi esperanza, Cristo mi refugio, el Espíritu Santo mi protector».

San Juanicio, que había tenido una juventud muy disoluta, alcanzó después, por la penitencia, tal grado de santidad, que los griegos le llaman «el grande», y le veneran como a uno de sus monjes más ilustres. Juanicio era originario de Bitinia, donde ejerció de niño el oficio de pastor. A los diecinueve años, pasó a formar parte de la guardia militar de Constantino Coprónimo. Se dejó llevar por la tendencia de la época y, el futuro santo apoyó a los perseguidores de las sagradas imágenes, pero un monje de gran santidad le apartó de los errores de su vida disoluta, y Juanicio llevó una existencia ejemplar durante seis años. A los cuarenta de edad, abandonó el ejército y se retiró al Monte Olimpo, en Bitinia. Allí se instruyó en los rudimentos de la vida monástica, aprendió a leer, a rezar de memoria el salterio y se ejercitó en los deberes de su nuevo estado. El santo llamaba a ese proceso «la maduración del corazón». Más tarde, se retiró a la vida eremítica y llegó a ser famoso por sus dones de profecía y milagros, así como por su prudencia en la dirección de las almas. Por uno de sus milagros, devolvió la libertad a cierto número de hombres que habían caído prisioneros de los búlgaros y, con otro prodigio, expulsó a un mal espíritu que atormentaba a san Daniel de Tasión.
San Juanicio ingresó después en el monasterio de Eraste, cerca de Brusa, donde defendió celosamente la ortodoxia contra el emperador León V y otros iconoclastas. Allí estuvo en estrecha relación con los famosos santos Teodoro el Estudita y Metodio de Constantinopla. Este último, por consejos de san Juanicio, calmó a aquellos de sus discípulos que se habían dejado llevar por un celo indiscreto y exigían que se invalidasen las órdenes conferidas por los obispos iconoclastas. Juanicio le dijo a Metodio: «Son hermanos nuestros que han caído en el error. Trátalos como tales en tanto que persisten en sus faltas, pero devuélveles sus antiguas dignidades cuando se arrepientan, a no ser que se trate claramante de herejes o perseguidores». San Juanicio se encaró con gran valentía, con el emperador Teófilo, el cual, además de prohibir las sagradas imágenes, había decretado que no se honrase a los santos con ese nombre. San Juanicio profetizó que Teófilo acabaría por restaurar las imágenes en las iglesias, pero tal vaticinio no se cumplió sino hasta el reinado de Teodora, la viuda del emperador, la cual nunca había traicionado la ortodoxia. Uno de los discípulos que tuvo san Juanicio en su ancianidad, fue san Eutimio de Tesalónica. Después de muchos años de conservar la reputación del más distinguido de los ascetas y profetas de su tiempo, san Juanicio se retiró a una ermita, donde murió el 3 de noviembre de 846. Tenía entonces noventa y dos años y había visto triunfar por dos veces a la ortodoxia sobre la herejía iconoclasta que él había practicado en su juventud y a la cual se había opuesto después tan vigorosamente.
En Acta Sanctorum, nov., vol. II, los bolandistas publicaron íntegramente dos biografías griegas muy detalladas y las tradujeron al latín. Sus autores, Pedro y Sabas, eran dos monjes griegos que habían sido discípulos de san Juanicio. Según parece, la biografía de Pedro es la más antigua, pero la de Sabas está mejor escrita y es más completa, en conjunto. Acerca de la fecha de la muerte del santo, cf, Pargoire, en Echos d'Orient, vol. IV (1900), pp. 75-80.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 702 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4019

No hay comentarios:

Publicar un comentario