Ver a la Santisima Virgen María como nuestra madre, una madre que nos lleva a su Hijo, nuestro Señor, es importante que lo entendamos, que comprendamos su rol en la historia de la salvación y su rol de madre.
En el Evangelio de Juan, en la escena de la crucifixión de nuestro Señor, leemos:
"Cuando vio a su madre y al discípulo a quien amaba, le dijo a su madre: "Mujer, he aquí tu hijo". Y luego, dijo al discípulo: "Hijo, he aquí tu madre" Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa". (Juan 19,26-27)
En ese momento, Jesús hizo de María la madre de la Iglesia y por eso es la madre espiritual de cada uno de nosotros.
El Papa Francisco también nos ha hablado mucho sobre la maternidad de María, y al respecto dijo:
"María es la buena mamá, una buena mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones definitivas con libertad".
María es la reina de nuestra familia católica, y con sus oraciones y su ejemplo Siempre nos guían más cerca de su Hijo. Confíate a los brazos de María, no te verás desamparado
1.- Háblale a Jesús sobre María
Jesús mío, me gusta orar a María, tu Santa Madre, ella me enseña con su manera de vivir, a ser dócil a tu Palabra, a tomarla en serio, y a dejarse guiar por ella; pero también María se presenta como una servidora, como una que sale a ayudar a su prima Isabel, cuando esta la necesita.
Así quiero ser yo, mi Señor y mi Dios, quiero ser uno que es dócil a tu Palabra y que sale de sí a servir a los hermanos que tanto necesitan de Ti.
Gracias por darme la oportunidad de ver a María y de aprender de ella, gracias por su amor de Madre y por todas las bendiciones que a través de ella, nos has dado a nosotros que la amamos y la descubrimos como modelo de discípulo que Tú nos has llamado a seguir.
Confío en tu compañía y en tu Bendición Señor, gracias por todo lo bueno que me das por ayudarme a ser cada día un mejor ser humanos.
Cómo mi madre María, me uno a sus eternas palabras de entrega que hacen y harán eco en nuestra historia de salvación: Hágase en mí según tu Palabra.
Amén
2.- Oración inicial
Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
- "No tienen vino": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
- "Hágan lo que Él les diga": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
- "He aquí la esclava del Señor": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.
3.- Reflexión para el día 20: Qué fácil es convencer a María
En septiembre de 1980, la madre Teresa de Calcuta fue a visitar el Hogar Infantil de Calcula. Un niño se estaba muriendo y una de las Hermanas se lo dijo a la madre Teresa, la cual tomó al niño en sus brazos y se puso a rezar un Padrenuestro y un Avemaría.
El capellán bendijo al niño y la madre Teresa se lo devolvió a la Hermana. Aquella misma tarde el niño comenzó a mejorar y al día siguiente estaba fuera de peligro. El poder de la oración había obrado el prodigio.
Santa María, ¡lo que eres capaz de hacer por nosotros, sólo por un Avemaría! Por rezar un Avemaría, ¡cuánto puedo conseguir!
4.- Oración final
Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.
Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.
Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.
Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí.
Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús.
Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador".
Amén
Reflexión: Padre José Pedro Manglano | Diálogos y oraciones: Qriswell J. Quero | Publicado originalmente en: PildorasdeFe.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario