lunes, 22 de mayo de 2017

Día 21: Mayo, mes de María. Reflexión: Pobre niño y pobre viejo... Era su hijo

Día 21: Mayo, mes de María. Reflexión: Pobre niño y pobre viejo... Era su hijo


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Comparte y vive la experiencia de estar 31 días con nuestra Madre amada María, reflexionando y creciendo en el amor de Dios

El mes de mayo es un mes dedicado a la Santísima Virgen María. Durante este mes te animo a hacer una peregrinación a un santuario mariano cercano, rezar el Santo rosario con frecuencia o explorar la riqueza de otras devociones marianas que existen.
Esta costumbre cristiana de dedicar el mes de mayo a la Santísima Virgen surgió a finales del siglo XIII. En el siglo XVI, muchos libros aparecieron y fomentaron esta devoción a María
La práctica llegó a ser especialmente popular entre los miembros de la Orden de los Jesuitas y un poco más tarde se practicó públicamente en la Iglesia en Roma. De allí se extendió a toda la Iglesia.
Experimentar el amor maternal de María es la mejor manera de entender cómo encaja en nuestra relación con Jesús, y cómo nos ayuda a acercarnos a él.

1.- Háblale a Jesús sobre María

Jesús mío, me gusta orar a María, tu Santa Madre, ella me enseña con su manera de vivir, a ser dócil a tu Palabra, a tomarla en serio, y a dejarse guiar por ella; pero también María se presenta como una servidora, como una que sale a ayudar a su prima Isabel, cuando esta la necesita.
Así quiero ser yo, mi Señor y mi Dios, quiero ser uno que es dócil a tu Palabra y que sale de sí a servir a los hermanos que tanto necesitan de Ti.
Gracias por darme la oportunidad de ver a María y de aprender de ella, gracias por su amor de Madre y por todas las bendiciones que a través de ella, nos has dado a nosotros que la amamos y la descubrimos como modelo de discípulo que Tú nos has llamado a seguir.
Confío en tu compañía y en tu Bendición Señor, gracias por todo lo bueno que me das por ayudarme a ser cada día un mejor ser humanos.
Cómo mi madre María, me uno a sus eternas palabras de entrega que hacen y harán eco en nuestra historia de salvación: Hágase en mí según tu Palabra.
Amén

2.- Oración inicial

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
  • "No tienen vino": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
  • "Hágan lo que Él les diga": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
  • "He aquí la esclava del Señor": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.

3.- Reflexión para el día 21: Pobre niño y pobre viejo... Era su hijo

En 1808 el ejército napoleónico entró en la pequeña localidad de Guadix. Alarcón relata algunos sucesos ocurridos en su pueblo. Éste entre otros:
"El general recibe noticias de boca del jefe de la expedición.
- ¿Cuántos prisioneros traen? - Le pregunta -. ¡Necesitamos ahorcarlos para que escarmienten los demás pueblos del partido!
- Sólo traigo dos: un viejo y un muchacho. En toda la villa no encontré más enemigos, responde el jefe bajando los ojos.
Entonces el general no puede menos de admirar la actitud verdaderamente antigua, clásica, espartana de aquellos montañeses. Pero con todo, insiste en que sean ahorcados los dos débiles prisioneros...
Nuestros padres nos han referido muchas veces de aquella ejecución... Pero nosotros la contaremos rápidamente ... Son de índole demasiado feroz para que la pluma se detenga en su relato.
Ataron una soga al cuello del niño, y lo arrojaron desde un mirador de la casa del ayuntamiento a la plaza mayor del pueblo. Se rompió la soga, que sin duda era vieja, y el niño cayó contra el empedrado. Anudaron la parte rota, subieron a la pobre criatura, lo colgaron de nuevo, y la soga se volvió a romper.
El niño quedó en el suelo sin poder moverse. No había muerto pero todas sus costillas se habían roto. Entonces un oficial de dragones, conmovido al mirar que se pensaba en colgarlo por tercera vez, se acercó al "infeliz" y le deshizo la cabeza de un pistoletazo.
Saciada de este modo, al menos por aquel día, la ferocidad de los vencedores, se "dignaron" en perdonar al anciano enfermo, el cual había presenciado toda la anterior escena acurrucado al pie de una columna, esperando a que le llegara el momento de ser ahorcado.
Le dieron entonces libertad, y el pobre viejo salió de la plaza corriendo y tambaleándose, y tomó el camino de su pueblo, donde murió de tristeza aquella misma noche. El niño asesinado... era su hijo ¡Pobre niño y pobre viejo! Quizá nos podamos haber acostumbrado al drama de la cruz ¡Pobre Jesucristo y pobre María!
Madre mía, que no me acostumbre a ver crucifijos; que no me acostumbre a vivir la Misa como si allí no ocurriese nada, como si nadie sufriese en ella.
Ayúdame a ser generoso e ir a Misa con toda la frecuencia que me sea posible: ¡que necesite la Misa!

4.- Oración final

Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.
Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.
Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.
Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí.
Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús.
Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador".
Amén

Reflexión: Padre José Pedro Manglano | Diálogos y oraciones: Qriswell J. Quero | Publicado originalmente en: PildorasdeFe.net

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