jueves, 11 de mayo de 2017

Santos Nereo y Aquileo, mártires - San Pancracio, mártir (12 de mayo)




Santos Nereo y Aquileo, mártires

fecha: 12 de mayo
†: s. III ex. - país: Italia
otras formas del nombre: Aquiles, Achilleo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: San Nereo y san Aquileo, mártires, los cuales, según refiere el papa san Dámaso, eran dos jóvenes que se habían enrolado como soldados y que, coaccionados por el miedo, estaban dispuestos a obedecer las órdenes impías del magistrado. Sin embargo, después de convertirse al Dios verdadero, abandonaron el sevicio y, arrojando sus escudos, armas y uniformes, aceptaron el sacrificio contentos de su triunfo como confesores de Cristo. Sus cuerpos fueron sepultados en este día en el cementerio de Domitila, situado en la vía Ardeatina de Roma.
refieren a este santo: Santa DomitilaSan Nicomedes
Oración: Dios todopoderoso, concédenos sentir la piadosa protección de los gloriosos mártires Nereo y Aquileo, que nos han dado en su martirio un valeroso testimonio de fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica)
El culto de los santos Nereo y Aquileo es muy antiguo, ya que data, por lo menos, del siglo IV. En la fiesta de estos santos, que se celebraba en Roma con cierta solemnidad, san Gregorio Magno predicó dos siglos más tarde, su vigésima octava homilía: «Los santos ante los que nos hallamos reunidos despreciaron al mundo y pisotearon la paz y las riquezas, y la vida que las ofrecía». La iglesia en que el santo pronunció esa homilía se hallaba en el cementerio de Domitila, en la Vía Ardeatina, sobre la tumba de los mártires. Hacia el año 800, León III construyó una nueva iglesia; el cardenal Baronio (1538-1613), que fue titular de ella, la reconstruyó y llevó de nuevo allá las reliquias de san Nereo y san Aquileo, que habían sido transladadas a la iglesia de San Adrián. Nereo y Aquileo eran soldados pretorianos, según dice la inscripción que el papa san Dámaso mandó poner sobre su tumba. Las «actas» de estos mártires, que son legendarias, dicen que eran eunucos y estaban al servicio de Flavia Domitila, a la que siguieron al destierro. Relatan también que Nereo, Aquileo y Domitila fueron desterrados a la isla de Terracina; los dos primeros fueron ahí decapitados durante el reinado de Trajano (98-117), en tanto que Domitila pereció en la hoguera por haberse negado a ofrecer sacrificios a los ídolos. Probablemente la leyenda se basa en el hecho de que los cuerpos de Nereo y Aquileo fueron quemados en un sepulcro familiar, que se hallaba en lo que fue después el cementerio de Domitila. Durante las excavaciones que llevó a cabo Rossi en 1874 en dicha catacumba, se descubrió su sepulcro vacío, en la cripta de la iglesia que el papa san Siricio construyó el año 390.
Así pues, dada la imposibilidad de dar ningún crédito a las «Actas», todo lo que podemos afirmar acerca de los santos Nereo y Aquileo es lo que se halla consignado en las inscripciones que san Dámaso mandó colocar en su sepulcro a fines del siglo IV. El texto ha llegado hasta nosotros a través de las citas de los viajeros que vieron las inscripciones cuando estaban todavía enteras; pero los fragmentos que descubrió Rossi bastan para identificarlas perfectamente. He aquí el texto, traducido al español: «Los mártires Nereo y Aquileo habían entrado voluntariamente en el ejército y desempeñaban el cruel oficio de poner en práctica las órdenes del tirano. El miedo les hacía ejecutar todos los mandatos. Pero, por milagro de Dios, los dos soldados abandonaron la violencia, se convirtieron al cristianismo y huyeron del campamento del malvado tirano, dejando tras de sí los escudos, las armaduras y las lanzas ensangrentadas. Después de confesar la fe de Cristo, se regocijan ahora al dar testimonio del triunfo del Señor. Que estas palabras de Dámaso te hagan comprender, lector, las maravillas que es capaz de hacer la gloria de Cristo.»
En la distribución y contenido que adopta el Martirologio Romano en la actualidad, la conmemoración de los santos Nereo y Aquileo se ha desvinculado por completo de la de Domitila (que ha pasado al 7 de mayo), y el elogio de los santos prácticamente resume el epitafio damascino, colocando la fecha probable del martirio a fines del siglo III.
Hay una literatura muy abundante sobre la leyenda de Nereo y Aquileo y el descubrimiento del cementerio de Domitila. Las actas pueden verse en Acta Sanctorum, mayo, vol. III. Hay innumerables ediciones y comentarios de ellas: Wirth (1890); Achelis, Texte und Untersuchungen, vol. XI, pte. 2, (1892); Schaefer, Romische Quartalschrift, vol. VIII (1894), pp. 89-119; P. Franchi de Cavalieri, Note Agiografiche, n. 3 (1909), etc. Cf. también J. P. Kirsch, Die romischen Titelkirchen (1918), pp. 90-94; Huelsen, Le Chiese di Roma nel medio evo, pp. 388-389, etc., y Delehaye, Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, p. 249. Se encontrarán abundantes referencias sobre la literatura arqueológica del cementerio de Domitila en el artículo de Leclercq en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. IV (1921), ce. 1409-1443.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_1587





San Pancracio, mártir
fecha: 12 de mayo
†: s. IV in. - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: San Pancracio, mártir, que, según la tradición, murió también en Roma en plena adolescencia por su fe en Cristo, y fue sepultado en la vía Aurelia, a dos miliarios de la Urbe. El papa san Símaco levantó una célebre basílica sobre su sepulcro y el papa san Gregorio Magno convocó a menudo al pueblo en torno al mismo sepulcro, para que allí recibiera el testimonio del verdadero amor cristiano. En este día se conmemora la sepultura de este mártir romano.
Patronazgos: patrono de los niños y de los que comulgan por primera vez, de las semillas nuevas y las flores, protector contra el perjurio, el falso testimonio, para conseguir trabajo y salud, y también contra los calambres y dolores de cabeza. En España es especialmente considerado como patrono de los comercios.
Tradiciones, refranes, devociones: La tradición popular española indica que en un negocio debe ponerse una imagen de san Pancracio de espaldas a la puerta, para que esté en posición como encabezando la entrada de clientes; eso en la práctica implica que encontraremos en muchos negocios un san Pancracio de cara a la pared. Esa imagen no debe ser comprada, sino recibida como regalo... ¡o robada! (sic; las tradiciones populares son así...). A su vez en el dedo suele tener ensartadas monedas (agujereadas en el centro), y en la mano una rama de perejil.
refieren a este santo: San Pancracio de Taormina
Oración: Señor, que se alegre tu Iglesia, confiada en la protección de san Pancracio, y que por los ruegos de tu mártir se mantenga fiel a ti y se consolide en la paz verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica)
Glorioso san Pancracio, alcánzame de Dios trabajo honrado y suficiente para todas las necesidades de esta vida temporal. Te pido salud y fuerza para cumplir con mi trabajo, y a través de él espero alcanzar la vida eterna. Amén.
No poseemos datos ciertos sobre san Pancracio, cuyo martirio se celebra el día de hoy. La versión que se da ordinariamente de su vida se basa en las llamadas «Actas», compuestas mucho tiempo después de la muerte del santo y que contienen serios anacronismos. Según esas actas, san Pancracio era un huérfano de origen sirio o frigio. Un tío suyo le llevó consigo a Roma, donde ambos se convirtieron al cristianismo. Pancracio fue decapitado por la fe a los catorce años de edad, en tiempos de Diocleciano, y fue sepultado en el cementerio de Calepodio, que después tomó su nombre.
Hacia el año 500, el papa san Símaco construyó o reconstruyó una basílica sobre el sepulcro de san Pancracio. San Agustín de Canterbury le consagró la primera iglesia que erigió en esa ciudad; unos cincuenta años más tarde, el papa san Vitaliano envió a Oswy, rey de Nortumbría, una parte de las reliquias del mártir, cuya distribución ayudó a propagar su culto en Inglaterra. San Gregorio de Tours, que llamó a san Pancracio «el vengador del perjurio», afirmaba que Dios obraba el milagro perpetuo de castigar visiblemente todos los falsos juramentos que se hicieren en presencia de las reliquias de san Pancracio. La tumba del santo estaba en la Vía Aurelia, a dos kilómetros de Roma. El papa Honorio (625-638) restauró elegantemente la iglesia que había construido san Símaco; todavía se conserva la inscripción que mandó poner con ese motivo:
«Por los méritos insignes y las singulares gracias del Bienaventurado Pancracio, el obispo Honorio, siervo del Señor, para bien del pueblo de Dios, ordenó derribar el viejo edificio que amenazaba ruina y no contenía los restos del santo, debido al descuido de los antiguos, mandó construir de nueva planta otra iglesia y, dentro del altar adornado con mármoles preciosos, coloco las reliquias que antes estaban en la pared exterior del edificio»
El papa san Gregorio Magno había construido un monasterio benedictino en honor de san Pancracio; probablemente, san Agustín de Canterbury dedicó al santo la iglesia arriba mencionada, en recuerdo del convento en que había vivido en Roma. Otro cementerio muy conocido que llevaba también el nombre de san Pancracio era el de Londres, donde fueron enterrados muchos mártires católicos; el barrio y la estación del ferrocarril tomaron de esa iglesia el nombre del santo.
Existen varias recensiones de las actas, tanto en latín como en griego; pueden verse en Acta Sanctorum, mayo, vol. III. Pío Franchi de Cavalieri discute el texto griego en Studi e Testi, vol. XIX, pp. 77-120. Ver también Analecta Boüandiana, vol. IX, pp. 258-261. El texto de la inscripción del papa Honorio fue tomado de «Año Cristiano», BAC, 1966.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_1588

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