Evangelio del día: Cuando amas sientes la necesidad de la
oración
Evangelio del día. AUDIO. Lucas 7,1-10 - XXIV semana tiempo
ordinario: No soy digno de que entres en mi casa. La necesidad de la oración
Evangelio del día: Lucas 7,1-10
Evangelio del día: (La
sanación por fe a través de un Centurión): En aquel tiempo, Cuando Jesús
terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún. Había allí un
centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba
mucho. Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para
rogarle que viniera a curar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le
suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este
favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga". Jesús
fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir
por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres
en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta
que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo, que no soy más que
un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes, cuando digo a uno:
"Ve", él va; y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi
sirviente: "¡Tienes que hacer esto!", él lo hace". Al oír estas
palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía,
dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta
fe". Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente
completamente sano". Palabra
del Señor
Reflexión del Papa Francisco
En el Evangelio según San Lucas, hemos visto a un gobernante que
reza: este centurión es un gobernante y tenía un problema con un siervo
enfermo. Pero hay una frase aquí que llama la atención: "Ama a nuestro
pueblo". Por lo tanto, está el gobernante que ama a un pueblo incluso
siendo extranjero. Y amaba a su siervo: porque amaba, se preocupaba y porque se
preocupaba fue a buscar la solución para resolver este problema de la
enfermedad. Y acudió a Jesús y rezó.
Este hombre sintió la necesidad de la oración, pero, ¿por qué?.
Porque amaba, ciertamente. Pero también porque tenía la conciencia de no ser el
dueño de todo, de no ser la última instancia.
San Lucas reporta las palabras del centurión romano:
"porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis
órdenes". Son palabras que expresan la conciencia del gobernante que sabe
que sobre él hay otro que manda. Y esto lo lleva a rezar.
El gobernante que tiene esta conciencia, reza por lo demás, si
no reza, se cierra en la propia autorreferencia o en aquella de su partido, en
ese círculo del que no puede salir: es un hombre cerrado en sí mismo.
Pero cuando ve los problemas reales y tiene esta conciencia de
subalterno, un gobernante reza porque tiene la conciencia de que hay otro que
tiene más poder que él.
Claro, quisiera preguntarles: ¿quién tienen más poder que un
gobernante?, y la respuesta es el pueblo que le ha dado el poder y Dios, de
quien viene el poder a través del pueblo.
Es muy importante la oración del gobernante, tan importante
porque es la oración por
el bien común del pueblo que le ha sido confiado. Y
precisamente a este propósito, confió. Recuerdo un vez, hace tiempo, que un
gobernante me dijo esto:
"Yo todos los
días me tomo dos horas de silencio delante de Dios". Yo pensé: "Pero
este gobernante está atareado, tantas cosas...".
Pero realmente es importante pedir la gracia de poder gobernar
bien. Y así, cuando Dios pide a Salomón: "¿Qué quieres: oro, plata,
riquezas, poder, qué?", ¿cuál fue la respuesta de Salomón?, "dame
sabiduría para gobernar". (Homilía en Santa Marta, 18 de septiembre de
2017)

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