miércoles, 8 de octubre de 2014

Miscelánea VII (No Ajahn Chah).Libro de reflexiones


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Era Navidad y los monjes extranjeros habían decidido celebrarla. Invitaron a algunos laicos, así como también a Ajahn Chah, a unirse a ellos. Los laicos, en general, estaban molestos y se mostraban escépticos. ¿Por qué, preguntaron, estaban celebrando la Navidad los budistas? Entonces Ajahn Chah dio una charla sobre religión en la que dijo: "Hasta donde yo entiendo, el cristianismo le enseña a la gente a hacer el bien y a evitar el mal, así como lo hace el budismo, así que, ¿cuál es el problema? No obstante, si la gente está molesta por la idea de celebrar la Navidad, eso puede ser fácilmente subsanado. No la llamaremos Navidad. Llamémosla "Navibudadád". Cualquier cosa que nos inspire a ver lo que es verdadero y a hacer lo que es bueno es una práctica adecuada. Ustedes pueden llamarlo con cualquier nombre que les guste."

 

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Durante el tiempo en el que refugiados de Laos y Camboya estaban entrando a raudales en Tailandia, fueron muchas las organizaciones de caridad que salieron para brindar ayuda. Esto provocó que algunos monjes occidentales ordenados pensaran que no era correcto que los monjes y las monjas budistas únicamente estuviesen sentados en el bosque mientras que otras organizaciones religiosas estaban participando tan activamente en procura de aliviar las difíciles condiciones de los refugiados. De modo que se acercaron a Ajahn Chah para expresar su preocupación, y esto es lo que él les dijo: "Ayudar en los campos de refugiados es bueno. De hecho, es nuestro mutuo deber, natural y humano. Pero pasar a través de nuestra propia locura para que podamos guiar a otros a través de la suya, ésa es la única cura. Cualquiera puede distribuir ropas y erigir tiendas de campaña, pero ¿cuántos pueden internarse en el bosque y sentarse a conocer sus mentes? Hasta tanto no sepamos como "vestir" y "alimentar" las mentes de las personas, siempre habrá un problema de refugiados en alguna parte del mundo."

 

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Ajahn Chah escuchó a uno de sus discípulos recitar el Sutra del Corazón. Cuando hubo terminado, Ajahn Chah dijo, "no-vacuidad tampoco... no Bodhisatta." Entonces preguntó, "¿De dónde vino este sutra?" "Es célebre por haber sido dicho por el Buda," contestó el devoto. "No Buda," reconvino Ajahn Chah. Entonces dijo, "Este es un discurso sobre la sabiduría profunda, más allá de todas las convenciones. ¿Cómo podríamos enseñar sin ellas? Tenemos que tener nombres para las cosas, ¿no es así?"

 

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