Sospecha
A un viajero que preguntaba como
podría distinguir entre un maestro verdadero y uno falso, le respondió
lacónicamente el Maestro: Si tú mismo no eres engañoso, no serás engañado.
Más tarde les dijo el Maestro a los
discipulados: ¿Por qué será que los que buscan dan por supuesto que ellos son
sinceros y que lo único que necesitan es el modo de detectar el fraude en los
Maestros?.
Proporción
A un visitante que había acudido
esperando encontrarse con algo fuera de lo normal le defraudaron las triviales
palabras que el Maestro le había dirigido.
Había venido aquí buscando a un
Maestro, le dijo a un discípulo, y todo lo que he encontrado ha sido un ser
humano que no se diferencia de los demás.
Y el discípulo le replicó: El Maestro
es un zapatero con unas infinitas provisiones de cuero. Pero lo corta y lo cose
de acuerdo con las dimensiones de tu pie.
Exhibición
Cuando uno de los discípulos anunció su propósito
de enseñar a otros la Verdad, el Maestro le propuso una prueba: Pronuncia un
discurso en mi presencia para que yo pueda juzgar si estas preparado.
El discurso fue realmente inspirado, y
al acabar se acercó un mendigo al orador, que se puso en pie y regaló su capa
al mendigo para edificación de la asamblea.
Más tarde le dijo el Maestro: Tus palabras
estuvieron llenas de unción, hijo mío, pero aún no estás preparado.
¿Por qué?, preguntó desilusionado el discípulo.
Por dos razones: porque no has dado al
mendigo la oportunidad de expresar sus necesidades y porque no has superado el
deseo de impresionar a los demás con tu virtud.
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