5
EL MIEDO SE APRENDE
La felicidad no
tiene contrapuesto porque nunca se pierde. Puede estar oscurecida, pero nunca
se va porque tú eres felicidad. La felicidad es tu esencia, tu estado natural
y, por ello, cuando algo se interpone, la oscurece, y sufres por miedo a
perderla. Te sientes mal, porque ansías aquello que eres. Es el apego a las
cosas que crees que te proporcionan felicidad lo que te hace sufrir. No has de
apegarte a ninguna cosa, ni a ninguna persona, ni aun a tu madre, porque el
apego es miedo, y el miedo es un impedimento para amar. El responsable de tus
enfados eres tú, pues aunque el otro haya provocado el conflicto, el apego y no
el conflicto es lo que te hace sufrir. Es el miedo a la imagen que el otro haya
podido hacer de ti, miedo a perder su amor, miedo a tener que reconocer que es
una imagen la que dices amar, y miedo a que la imagen de ti, la que tú sueñas
que él tenga de ti, se rompa. Todo miedo es un impedimento para que el amor
surja. Y el miedo no es algo innato, sino aprendido.
El miedo es
provocado por lo no existente. Tienes miedo porque te sientes amenazado por
algo que ha registrado la memoria. Todo hecho que has vivido con angustia, por
unas ideas que te metieron, queda registrado dentro de ti, y sale como alarma
en cada situación que te lo recuerda. No es la nueva situación la que te llena
de inseguridad, sino el recuerdo de otras situaciones que te contaron o que has
vivido anteriormente con una angustia que no has sabido resolver. Si
despiertas a esto, y puedes observarlo claramente, recordando su origen, el
miedo no se volverá a producir, porque eliminarás el recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario