Para Venezuela celebrar los 500 años de evangelización es mostrar nuestro compromiso por seguir en este camino de llevar adelante la tierra de gracia.
Por: Padre Marcelo Rivas Sánchez | Fuente: Catholic.net
”Vivíamos en una tierra preñada de leche y miel,
vivíamos sin conocer a otros,
éramos un puñado de hombres casi desnudos
que en una mañana fuimos sorprendidos por una visita:
un navío gigante lleno de mucha gente
se quedó atrapado y maravillado por la belleza del paisaje,
nosotros nos escondimos. ¡Acaso miedo, asombro, silencio...!
sus vestidos, sus lanzas, sus palabras, todo era nuevo, muy nuevo
para que en un instante, llegados a tierra, nos dieran su mano y su fe"
Para Venezuela celebrar los 500 años de Evangelización es mirar al Estado Sucre como punto de encuentro y entrada de esa fe que nos descubrió para que hoy sea motivo de mucha alegría y de grandes celebraciones. Nos quedamos mirando a un pueblecito que no es menos importante, MACURO, sino que es la fuerza de tradición, la puerta de encuentro y lugar de la fe en Venezuela 500 años de fe.
No podemos dejar a un lado lo hermoso de la historia y su enseñanza: la costa firme del Continente fue descubierta por Cristóbal Colón durante su tercer viaje, iniciado el 30 de mayo de 1498, partiendo de San Lucas de Barrameda con seis naves en la protección de la Santísima Trinidad. Al tocar la isla la Gomera, divide la expedición. Tres con Alonso de Carvajal parten hacia la isla la española y Colón sigue con los otros tres rumbos al sur, luego se desvía al oeste, descubriendo el 31 de julio la isla que llamó Trinidad, para que a partir del 1 de agosto divisara la región de Paria. Pasa por la boca de Serpientes y al llegar a esa inmensa tierra la llama isla de Gracia, sin saber que se había encontrado con todo un Continente. El Admirante tenía frente de sí toda la costa meridional de lo que hoy se llama la Península de Paria y hacia el sur, todos los caños y ríos en la desembocadura del Orinoco. Era tan hermoso que le hizo pensar en el paraíso terrenal. Fue Macuro donde el Admirante tomó posesión en su nombre y el de los Reyes de España.
No podemos dejar a un lado lo que vino después. Esta tierra llamó la atención a muchos aventureros y marinos que atraídos por la belleza y la riqueza se lanzan a explorar. Recordamos a Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa, Américo Vespucio remontaron la costa de Paria y Araya, desembarcando en Margarita y llegando incluso hasta Cumaná, Santa Fe, Guanta, y Puerto la Cruz. DE aquí se deriva el nombre de Venezuela, por la pequeña Venecia y la vista de los palafitos del Lago de Maracaibo.
Luego vino Pedro Alonso Niño quien desembarcó en la costa de Paria, penetrando al golfo de Cariaco para que al regreso tocaran las costas de Cumaná y reconocieron la región llamada HARAIA, hoy llamada Araya. Más tarde Cristóbal Guerra y su hermano Luis llegaron directamente a Cumaná. Apareció Vicente Yáñez Pinzón aquí se completa el descubrimiento total de la costa oriental del Continente, desde Paria hasta la desembocadura del Amazonas. Y una última la iniciaron Ojeda, Juan de Vergara y García de Ocampo llegados a Paria y recorren toda la costa hasta llegar a Cumaná, Macarapana o Curiana. Esta expediciones estuvieron marcadas por la brutalidad, la explotación de las perlas, el comercio de esclavos, atrocidades cometidas contra los indígenas a la vez que los habitantes se defendían de todos estos males.
Este descubrimiento o encuentro trae la necesidad de defender esta tierra y asegurarla para el reino de España. Desde Sano Domingo y por disposiciones reales salen las leyes de conquistar y poblar. La voz de los Misioneros se hizo escuchar ante la situación de esclavitud y explotación en que se encontraban los indígenas en 1511 Fray Antonio de Montesinos predica un sermón criticando el sistema de explotación y solicita un mejor trato. Debemos destacar que para 1513 se prohíbe a los españoles hacer contacto con los poblados indígenas establecidos sin autorización de los religiosos. A partir de esta fecha Dominicos y Franciscanos se deciden a la evangelización y colonización de tierra firme. Los primeros en partir son los dominicos al frente Fray Pedro de Córdoba, Antonio de Montesinos, Francisco de Córdoba y Juan Garcés. Esta primera misión fracasa ya que los indígenas estaban siendo maltratados por los esclavistas. Luego los franciscanos desembarcaron en las costas de Cumaná y fundan un convento y los dominicos se fueron hasta Chichiriviche y que designaron como Santa Fe. Las dos misiones Cumaná y santa Fe progresaron en la enseñanza del evangelio y el cultivo de la tierra. Para 1516 había nueve frailes, una escuela con 50 alumnos. Ya para 1520 regresa Fray Bartolomé de las Casas y consigue una capitulación desde Paria hasta Santa Marta, en la Nueva Granada. Todo este tiempo las costas de Paria fueron signadas por la explotación y la esclavitud y los misioneros fervientes luchadores en favor de los derechos humanos de los indígenas. Entre saqueos, esclavistas, aventureros, fenómenos naturales y la furia de los indígenas esta tierra pasó muchas vicisitudes con un desarrollo lento. Recordemos que al oriente le llegó muy tarde la encomienda, su data nos señala el año de 1658 al iniciarse las misiones de Cumaná con los primeros Capuchinos: Francisco de Pamplona, Lorenzo de Magallón, Antonio de Monegrillo, José de Carabantes, Francisco de Tauste Agustín de Frías, Juan de la Puente, Simón de Torreslosnegros. Los cuales se enfrentan a los encomenderos pidiendo justicia y buen trato para con los indígenas.
Al tener suficiente conocimientos pasaban a ser pueblo de Doctrina para que luego pasaran a la categoría de Parroquia dependiendo directamente de la jurisdicción eclesiástica del Obispado de Puerto Rico, Obispos Alonso Manso, Fernández Lobo. A los pueblos así constituidos se les llamaba Corregimientos. Los Misioneros se preocupaban para que los indígenas tuvieran tierras suficientes para el desarrollo de su agricultura y ganadería. Durante 150 años fueron muchos los misioneros que se establecieron en el oriente, se calcula unos 250, en su mayoría capuchinos aragoneses, también catalanes, de Navarra y de Castilla. Muchos pagaron con sus vidas esa gran tarea misional de sembrar el evangelio y acompañar a los indígenas en el proceso de enseñanza en una tierra de Gracia pero sedienta de libertad y justicia. De seguro, el primer gran misionero, Cristo Jesús, les guío por el difícil camino de la cruz en la renuncia y la abnegación. A ellos nuestros agradecimientos y en estos 500 años de fe nuestra oración y nuestro compromiso por seguir adelante en este camino de llevar adelante la tierra de gracia.
“Nuestra tierra bañada por el sol
donde corría libremente la arena blanca
y las olas rompían contra las rocas,
de un momento a otro se vio rodeada de visitantes:
diferentes a los nativos,
con lenguaje y costumbres que no entendíamos.
Ellos, hace 500 años, por la sed en la aventura y la explotación de perlas
se encontraron con nosotros y en ese intercambio conocimos la fe para que en las páginas del Evangelio aprendiéramos a amar a Dios y a saber que a pesar de todo, somos hermanos”
Por: Padre Marcelo Rivas Sánchez | Fuente: Catholic.net

”Vivíamos en una tierra preñada de leche y miel,
vivíamos sin conocer a otros,
éramos un puñado de hombres casi desnudos
que en una mañana fuimos sorprendidos por una visita:
un navío gigante lleno de mucha gente
se quedó atrapado y maravillado por la belleza del paisaje,
nosotros nos escondimos. ¡Acaso miedo, asombro, silencio...!
sus vestidos, sus lanzas, sus palabras, todo era nuevo, muy nuevo
para que en un instante, llegados a tierra, nos dieran su mano y su fe"
Para Venezuela celebrar los 500 años de Evangelización es mirar al Estado Sucre como punto de encuentro y entrada de esa fe que nos descubrió para que hoy sea motivo de mucha alegría y de grandes celebraciones. Nos quedamos mirando a un pueblecito que no es menos importante, MACURO, sino que es la fuerza de tradición, la puerta de encuentro y lugar de la fe en Venezuela 500 años de fe.
No podemos dejar a un lado lo hermoso de la historia y su enseñanza: la costa firme del Continente fue descubierta por Cristóbal Colón durante su tercer viaje, iniciado el 30 de mayo de 1498, partiendo de San Lucas de Barrameda con seis naves en la protección de la Santísima Trinidad. Al tocar la isla la Gomera, divide la expedición. Tres con Alonso de Carvajal parten hacia la isla la española y Colón sigue con los otros tres rumbos al sur, luego se desvía al oeste, descubriendo el 31 de julio la isla que llamó Trinidad, para que a partir del 1 de agosto divisara la región de Paria. Pasa por la boca de Serpientes y al llegar a esa inmensa tierra la llama isla de Gracia, sin saber que se había encontrado con todo un Continente. El Admirante tenía frente de sí toda la costa meridional de lo que hoy se llama la Península de Paria y hacia el sur, todos los caños y ríos en la desembocadura del Orinoco. Era tan hermoso que le hizo pensar en el paraíso terrenal. Fue Macuro donde el Admirante tomó posesión en su nombre y el de los Reyes de España.
No podemos dejar a un lado lo que vino después. Esta tierra llamó la atención a muchos aventureros y marinos que atraídos por la belleza y la riqueza se lanzan a explorar. Recordamos a Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa, Américo Vespucio remontaron la costa de Paria y Araya, desembarcando en Margarita y llegando incluso hasta Cumaná, Santa Fe, Guanta, y Puerto la Cruz. DE aquí se deriva el nombre de Venezuela, por la pequeña Venecia y la vista de los palafitos del Lago de Maracaibo.
Luego vino Pedro Alonso Niño quien desembarcó en la costa de Paria, penetrando al golfo de Cariaco para que al regreso tocaran las costas de Cumaná y reconocieron la región llamada HARAIA, hoy llamada Araya. Más tarde Cristóbal Guerra y su hermano Luis llegaron directamente a Cumaná. Apareció Vicente Yáñez Pinzón aquí se completa el descubrimiento total de la costa oriental del Continente, desde Paria hasta la desembocadura del Amazonas. Y una última la iniciaron Ojeda, Juan de Vergara y García de Ocampo llegados a Paria y recorren toda la costa hasta llegar a Cumaná, Macarapana o Curiana. Esta expediciones estuvieron marcadas por la brutalidad, la explotación de las perlas, el comercio de esclavos, atrocidades cometidas contra los indígenas a la vez que los habitantes se defendían de todos estos males.
Este descubrimiento o encuentro trae la necesidad de defender esta tierra y asegurarla para el reino de España. Desde Sano Domingo y por disposiciones reales salen las leyes de conquistar y poblar. La voz de los Misioneros se hizo escuchar ante la situación de esclavitud y explotación en que se encontraban los indígenas en 1511 Fray Antonio de Montesinos predica un sermón criticando el sistema de explotación y solicita un mejor trato. Debemos destacar que para 1513 se prohíbe a los españoles hacer contacto con los poblados indígenas establecidos sin autorización de los religiosos. A partir de esta fecha Dominicos y Franciscanos se deciden a la evangelización y colonización de tierra firme. Los primeros en partir son los dominicos al frente Fray Pedro de Córdoba, Antonio de Montesinos, Francisco de Córdoba y Juan Garcés. Esta primera misión fracasa ya que los indígenas estaban siendo maltratados por los esclavistas. Luego los franciscanos desembarcaron en las costas de Cumaná y fundan un convento y los dominicos se fueron hasta Chichiriviche y que designaron como Santa Fe. Las dos misiones Cumaná y santa Fe progresaron en la enseñanza del evangelio y el cultivo de la tierra. Para 1516 había nueve frailes, una escuela con 50 alumnos. Ya para 1520 regresa Fray Bartolomé de las Casas y consigue una capitulación desde Paria hasta Santa Marta, en la Nueva Granada. Todo este tiempo las costas de Paria fueron signadas por la explotación y la esclavitud y los misioneros fervientes luchadores en favor de los derechos humanos de los indígenas. Entre saqueos, esclavistas, aventureros, fenómenos naturales y la furia de los indígenas esta tierra pasó muchas vicisitudes con un desarrollo lento. Recordemos que al oriente le llegó muy tarde la encomienda, su data nos señala el año de 1658 al iniciarse las misiones de Cumaná con los primeros Capuchinos: Francisco de Pamplona, Lorenzo de Magallón, Antonio de Monegrillo, José de Carabantes, Francisco de Tauste Agustín de Frías, Juan de la Puente, Simón de Torreslosnegros. Los cuales se enfrentan a los encomenderos pidiendo justicia y buen trato para con los indígenas.
Al tener suficiente conocimientos pasaban a ser pueblo de Doctrina para que luego pasaran a la categoría de Parroquia dependiendo directamente de la jurisdicción eclesiástica del Obispado de Puerto Rico, Obispos Alonso Manso, Fernández Lobo. A los pueblos así constituidos se les llamaba Corregimientos. Los Misioneros se preocupaban para que los indígenas tuvieran tierras suficientes para el desarrollo de su agricultura y ganadería. Durante 150 años fueron muchos los misioneros que se establecieron en el oriente, se calcula unos 250, en su mayoría capuchinos aragoneses, también catalanes, de Navarra y de Castilla. Muchos pagaron con sus vidas esa gran tarea misional de sembrar el evangelio y acompañar a los indígenas en el proceso de enseñanza en una tierra de Gracia pero sedienta de libertad y justicia. De seguro, el primer gran misionero, Cristo Jesús, les guío por el difícil camino de la cruz en la renuncia y la abnegación. A ellos nuestros agradecimientos y en estos 500 años de fe nuestra oración y nuestro compromiso por seguir adelante en este camino de llevar adelante la tierra de gracia.
“Nuestra tierra bañada por el sol
donde corría libremente la arena blanca
y las olas rompían contra las rocas,
de un momento a otro se vio rodeada de visitantes:
diferentes a los nativos,
con lenguaje y costumbres que no entendíamos.
Ellos, hace 500 años, por la sed en la aventura y la explotación de perlas
se encontraron con nosotros y en ese intercambio conocimos la fe para que en las páginas del Evangelio aprendiéramos a amar a Dios y a saber que a pesar de todo, somos hermanos”
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