San Veríssimo | |
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Santos Veríssimo, Máxima y Julia
Testimonio del cristianismo, que poco se sabe, el culto a estos mártires porqué está envuelto en la nebulosa, que sólo nos permite observar estrictamente la durabilidad de una memoria cultivada en Lisboa, aunque se extiende a Coimbra, Braga y Oporto. En la diócesis de Porto, S. Verissimo, como patrono de las parroquias Paranhos, Valbona, Nevolgilde, Lagares (Felgueiras) y São Veríssimo, Amarante.
El Padre Miguel de Oliveira considera que "los santos mártires de Lisboa están inscrito en los calendarios de unos 200 años después de su martirio." Una de las primeras referencias relativas a los mártires de Lisboa llega en Martyrologium de Usuardo que en 858, se ejecuta a través de varias ciudades en busca de las reliquias de los hispanos. Testimonios litúrgico se multiplican en los siglos X y XI, siendo convergentes, la cuarta el 1 de octubre a la memoria de tres hermanos. El curso de la vida de estos mártires, es imposible determinar con exactitud, se describe en un códice decimoquinto Biblioteca Pública de Évora, (código CV/1-23d). Según la "Leyenda", Veríssimo, Máxima y Julia, durante la persecución de Diocleciano (emperador romano desde 284 hasta 305 dC), se presentaron espontáneamente a la albacea de los edictos imperiales, confesando la fe cristiana.
Él trató de disuadirlos, con promesas y amenazas y, como no desistieron los hizo arrestar. Aplicó el juez varios tormentos, látigos, clavos, láminas de hierro en el fuego. Cómo resistieron, tuvo que arrastrarlos a través de las calles y finalmente fueron decapitado el 1 Octubre, 303 o 304.
El juez no contento con lo que había hecho, ordenó que los cadáveres quedaron insepultos, para servir de pasto para los perros y aves. Como los animales los respetaban, envió arrojarlos al mar con pesadas piedras. Los marineros no habían regresado a la playa y los restos santos se encontraban allí.
Los cristianos piadosos los enterraron en el lugar donde posteriormente se construyó una iglesia.
En 1529, Ana de Mendonça, puso las reliquias en cofre de plata en el lado derecho del altar, con el siguiente epitafio: "tumba de los mártires santos S. Veríssimo, Santa Máxima y Julia, hijos del senador zumbido de Roma, que llegó a esta ciudad para recibir el martirio, aquí están los cuerpos santos, a quien hace 1350 años llegaron a esta casa". La leyenda se refleja en la iconografía: los tres mártires se presentan en el vestido y el hábito de peregrinos, con palos largos en las manos, como se puede ver es un hermoso conjunto de tres imágenes del siglo. XVII, expuesta a la veneración en la Iglesia del monasterio de Santos-o-Novo, en Lisboa, que alberga las reliquias de los mártires. |
San Dionisio Areopagita | |
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San Dionisio Areopagita, santo del NT
Conmemoración de san Dionisio Areopagita, que se adhirió a Cristo al escuchar al apóstol san Pablo hablando ante el Areópago, y fue primer obispo de Atenas.
Cuenta Hechos de los Apóstoles (17,34) que, después del discurso de San Pablo en el Areópago (o Consejo) de Atenas, «algunos hombres se adhirieron a él y creyeron, entre ellos Dionisio Areopagita, una mujer llamada Damaris y algunos otros con ellos». Es evidente por la redacción que este Dionisio es alguien conocido para la comunidad a la que se dirige Hechos, asimismo el apelativo de «Areopagita» hace pensar en que podría haber sido él mismo un miembro del Consejo de la ciudad, aunque también puede ser que simplemente la comunidad cristiana lo identificara así por ser el discurso en el Areópago la ocasión de su conversión.
Eusebio de Cesarea (Hist. Ecl. III,4,10) cuenta que Dionisio de Corinto afirma que este Dionisio Areopagita fue el primer obispo de Atenas. Así lo recoge el Martirologio más antiguo, y lo ha restaurado el actual. A su vez san Sofronio de Jerusalén y otros afirman que fue mártir, pero este dato parece menos probable, y de hecho no se lo venera como tal en la actualidad.
Durante siglos hubo confusión entre este Dionisio nombrado en el NT y otros santos homónimos posteriores; en particular, al menos desde el siglo IX al XV se identificó al Areopagita con san Dionisio de París, mártir en el año 270. Esta identificación no es correcta, pero en muchos santorales, incluso actuales, figura.
Además de la importancia que tienen para los inicios de nuestra fe todos los personajes nombrados en el NT, y en especial, naturalmente, los santos, Dionisio Areopagita ganó -sin haberlo pretendido- un lugar en la teología cristiana, ya que un autor anónimo muy posterior, posiblemente del siglo V o VI, de Siria o Egipto, escribió varios tratados de teología y algunas cartas, donde utilizó para sí mismo el nombre de Dionisio Areaopagita, por el procedimiento, harto común en la antigüedad, de la pseudoepigrafía, es decir, de firmar con el nombre de una autoridad, generalmente para resaltar el valor del escrito, o para incluirlo en una tradición o escuela determinada. El hecho de que este autor anónimo haya firmado como el Areopagita dio durante siglos valor casi apostólico a los escritos, por la (supuesta) estrecha vinculación con san Pablo. La simulación se sospechó casi desde el primer momento, y desde hace siglos que está fuera de toda duda, pero de todos modos los cuatro tratados místicos -en particular el dedicado a los nombres divinos- de este teólogo, al que a falta de mejor nombre se conoce como «Pseudo Dionisio Areopagita», ejercieron una influencia de primer orden en la teología medieval, y aun en la del siglo XX han sido de nuevo valorados y difundidos.
La fuente sobre el auténtico Dionisio Areopagita es, fuera del NT, casi exclusivamente Eusebio de Cesarea, en el pasaje citado. Lo demás que se refiere a Dionisio Areopagita tiene relación con el problema de la pseudoepigrafía, y por tanto con el Pseudo Dionisio, o con la identificación con san Dionisio de París. El santo tiene bastante iconografía en Oriente, pero naturalmente que sobre el supuesto de que es el autor místico. Hay una hermosa catequesis de Benedicto XVI en su serie dedicada a los padres y teólogos de la antigüedad cristiana, pero se refiere, como es lógico, al Pseudo Dionisio, no al que rememoramos hoy
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Santa Cándida de Roma | |
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En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, santa Cándida, mártir.
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