San Bretanión de Tomis, obispo y
confesor
fecha: 25 de enero
†: s. IV - país: Rumania
otras formas del nombre: Bretannion, Vetranio
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
†: s. IV - país: Rumania
otras formas del nombre: Bretannion, Vetranio
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
Conmemoración
de san Bretanión, obispo de Tomis, en Escitia, que se opuso enérgicamente al
emperador arriano Valente y se distinguió por su santidad y por su celo en
defensa de la fe católica.

San Bretanión (cuyo nombre recibe varias formas) vivió
a lo largo del siglo IV, y fue obispo de la populosa ciudad de Tomis, actual
Constanza, en Rumania, a orillas del Mar Negro, que era una de las fronteras
del Imperio con los bárbaros.
El elogio del Martirologio Romano resume muy bien lo
que sabemos de él: que se distinguió por su santidad y por su celo en defensa
de la fe católica. De ello nos habla Sozómeno en su Historia Eclesiástica,
escrita menos de cien años más tarde. Allí nos cuenta que el emperador Valente,
activo propagador del arrianismo, reunió al pueblo en la catedral de Tomis para
instarlos a abandonar la fe de Nicea, y adoptar el arrianismo. Bretanión se
opuso con tal fuerza, que el emperador decidió desterrarlo; pero el pueblo
defendió a su obispo y la ortodoxia de la fe con tal firmeza, que Valente,
temiendo una revuelta en las fronteras del imperio, siempre amenazadas por el
peligro bárbaro, repuso a Bretanión en su sede, y desistió de intentar de esa
forma la conversión del imperio al arrianismo.
Su sucesor fue el obispo Geroncio, cuya firma está ya
en el Concilio de Constantinopla del 381. No es posible saber si Bretanión
había muerto ya para esa fecha, ya que el Card. Baronio consideró que murió en
el 371 (y así estaba inscripto en el primer Martirologio Romano), pero de
escritos de Gregorio Nacianceno se puede desprender que murió en el 381. No hay
ninguna tradición en torno a sus reliquias, y la fecha elegida para celebrarlo
más bien parece ser arbitraria.
Se dice que la carta que enviaron los fieles de
Escitia a la Iglesia de Capadocia con la «Passio» de san Sabas el
Godo, y que se atribuye al presbítero Ulfitas, fue escrita por
san Bretanión.
Ver Historia eclesiástica de Sozómeno, libro VI, cap.
20. En Acta Sanctorum 25 de enero (pág. 621) se reproduce el breve texto. El
detalle de que la passio de san Sabas pudiera ser autoría de Bretanión lo tomo
de Fabio Arduino en Santi e Beati, aunque lamentablemente no menciona ninguna
fuente para esta conjetura.
Abel Della Costa
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o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=313
San Palemón, eremita
fecha: 25 de enero
fecha en el calendario anterior: 11 de enero
†: s. IV - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 11 de enero
†: s. IV - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En
Tabennesi, en la región de Tebaida, en Egipto, san Palemón, anacoreta, hombre
asiduo a la oración y de gran austeridad, que fue maestro de san Pacomio.
refieren a este santo: San Pacomio

Nos son conocidos algunos detalles concernientes a la
vida de Palemón, gracias, sobre todo, a su ilustre discípulo Pacomio.
Palemón fue uno de los primeros anacoretas de la
Tebaida. Vivía retirado en el desierto desde hacía un buen número de años,
cuando Pacomio fue a buscarle y a pedirle que le recibiera como discípulo. El
viejo ermitaño respondió que la empresa era muy ardua y que muchos no habían
podido llevarla a buen fin. Al mismo tiempo, le hizo una descripción de sus
austeridades y terminó diciendo: «No vas a poder resistir. Primero vete a
trabajar y mortifícate en un monasterio y luego volverás». Sin embargo, Pacomio
insistió y Palemón consintió en recibirlo.
Después de muchos años, el discípulo dio parte a su
viejo maestro de las empresas de fundación que Dios le inspiraba. Convinieron
en no separarse, aunque en realidad, Palemón guardó su soledad y sus
austeridades. Por otra parte, no tardó en caer enfermo. Pacomio regresó de Tabena
para asistirle y para enterrarle, después de haber visto que los ángeles
llevaban su alma al cielo. La muerte de Palemón sucedió probablemente hacia el
330.
Ver la Vida de San Pacomio y el Estudio sobre el
cenobitismo pacomiano, vol. I, (1898), de P. Ladauze.
fuente: «Vidas
de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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