jueves, 21 de abril de 2016

Beato Bartolomé Cerveri, presbítero y mártir - San Conrado Birndorfer de Parzham, religioso (21 de abril)

Beato Bartolomé Cerveri, presbítero y mártir

fecha: 21 de abril
n.: 1420 - †: 1466 - país: Italia
canonización: 
Conf. Culto: Pío IX 22 sep 1853 
hagiografía: Santi e Beati

En Cervere, cerca de Fossano, en el Piamonte, beato Bartolomé Cerveri, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que luchó por defender la fe católica y confirmó su entrega al morir alanceado por unos herejes.
La Orden de Santo Domingo, fundada para la defensa de la fe, no tuvo en menos su gloriosa misión. Entre los siglos XIV y XV el norte de Italia estaba infectado de miles de errores, pero los hijos de santo Domingo se mostraron siempre dispuestos a morir, antes que ver atacada la recta fe. El convento de Svigliano dio a la Iglesia en ese contexto tres beatos mártires: Antonio Pavoni, Pedro Cambiani, y Bartolomé Cerveri.
Bartolomé nació en 1420 en Savigliano, de noble familia; su padre era señor de Cuffia, Cervere y Rossano. Entró muy joven al convento dominicano local, y desde el principio demostró gran empeño por adquirir la ciencia sacra y ejercitar la virtud. Fue luego enviado a proseguir los estudios a la Universidad de Turín, donde el 18 de mayo de 1452 consiguió al mismo tiempo -caso único en los anales de la escuela- la licencia, el doctorado, y el nombramiento docente. Por dos veces fue elegido prior del convento de Savigliano, donde hizo ampliar la iglesia. Fue además director de los monasterios femeninos de Savigliano y de Revello.
En 1451 fue nombrado inquisidor de la fe para el Piamonte y la Liguria; encargo peligroso dado el elevado número de herejes, pero de los cuales buenos frutos, más por la palabra y el ejemplo de santidad, que por los métodos «fuertes» en uso en aquel tiempo. Pero su actividad no tardó en atraerle el odio de los herejes, y parece que fue advertido sobrenaturalmente de que daría la vida por la fe. El 21 de abril de 1466 se encaminaba a Cervere con sus cohermanos Juan Boscato y Pedro Riccardi para el acostumbrado trabajo apostólico. Hizo una completa confesión con uno de los hermanos y después, casi como bromeando, le dijo que ésa sería la primera y última vez que iría a Cervere: «me llamo Bartolomé de Cervere, y nunca he estado allí, hoy voy a ir como inquisidor para dejarme la vida». Cuando dejaron Bra, a cerca de un kilómetro de Cervere, en una hondonada, conocida luego como «Pozo de la muerte», los tres religiosos fueron rodeados por cinco herejes, que hirieron gravemente a uno de ellos, y atravesaron mortalmente con lanzas el vientre de Bartolomé. El tercer hermano consiguió ponerse a salvo. El mártir expiró rezando por sus asesinos.
varios documentos atestiguan unánimemente los hechos milagrosos que sucedieron a su muerte. Su cuerpo fue trasladado a Savigliano con grandes honores y obtuvo numerosas gracias, por lo que el mártir comenzó inmediatamente a ser venerado. En 1802, con la supresión del convento saviglianense, fue trasladado nuevamente a Cervere, donde reposa en la actualidad, bajo el altar mayor d ela iglesia parroquial. Pío IX confirmó el 22 de septiembre de 1853 su culto «ab inmemoriale».
Traducido y resumido de un artículo de Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=1325





San Conrado Birndorfer de Parzham, religioso

fecha: 21 de abril
n.: 1818 - †: 1894 - país: Alemania
canonización: 
B: Pío XI 15 jun 1930 - C: Pío XI 20 may 1934
hagiografía: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.

En Altötting, en la región de Baviera, en Alemania, san Conrado (Juan) Birndorfer de Parzham, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que durante más de cuarenta años ejerció el humilde oficio de portero, siempre generoso con los pobres, y que jamás despidió a un menesteroso sin haberle ofrecido una ayuda cristiana con sus amables palabras.
Conrado Birdorfer es el segundo alemán canonizado después de la escisión luterana, precedido por San Fidel de Sigmaringen, protomártir de la Propaganda Fide. Nació el 22 de diciembre de 1818 de una familia numerosa, propietaria de una empresa en Venushof, en el valle del Rott, en la diócesis de Passavia. Huérfano a los 16 años, se dedicó a los trabajos agrícolas, distinguiéndose por la práctica de la virtud y el espíritu de oración. Sintiéndose llamado a la vida religiosa, entró de 31 años a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y emitió la profesión el 4 de octubre de 1852. Destinado al oficio de portero en el convento-santuario de Altötting (Baja Baviera), permaneció allí 43 años, edificando a sus cohermanos y a los peregrinos mediante el ejercicio de la caridad y de una paciencia inalterable. Estaba como un centinela, dispuesto allí para dar consejos, una buena palabra que devolviera la confianza a los desalentados. Su piedad eucrística y su devoción a la Virgen eran la fuente de aquella serenidad que contagiaba a quienes se le acercaban. Solía decir: «La Cruz es mi libro, una mirada a ella me enseña cómo debo actuar en cada circunstancia».
Devoto de la Virgen y de la Eucaristía, dotado de dones extraordinarios, como el espíritu de profecía, llevó a cabo un despertar de la fe en las regiones donde se difundió la fama de su santidad. Animado por el celo apostólico también colaboró en la obra benéfica a favor de la infancia abandonada y en peligro, conocida con el nombre de Liebeswerk (Obra de Amor).
El 18 de abril de 1894, después de haber acolitado la misa fue a la portería, pero allí se sintió mal, pidió a otro hermano que lo reemplazara en el trabajo esperando recuperar las fuerzas, pero las fuerzas no le volvieron. Después de Vísperas se dijo al superior humildemente: «Padre, ya no puedo más»... Él le ordenó guardar cama en la celda llamada de la Sma. Virgen. Fray Conrado, sin dejar notar que sufría, apretando entre las manos el crucifijo y el rosario, se entregó a la oración. La mañana del 21 de abril recibió la santa comunión, la unción de los enfermos y la absolución general. La calma y la serenidad que brillaban en el rostro del piadoso religioso no dejaban ver la inminencia de la muerte. En cierto momento oyó sonar repetidamente la campanilla de la puerta, fiel a su deber hasta última hora, con gran esfuerzo se levantó e intentó salir, pero no tuvo fuerzas; pasó en aquel momento un novicio que con la ayuda de otros lo volvió a acomodar en el lecho. Pronto entró en agonía. Le rezaron las oraciones de los moribundos y a las 20 horas, al Ave María de la tarde, expiró santamente con la vista puesta en el cielo, el 21 de abril de 1894. Tenía 76 años de edad. A su muerte se agolparon muchos, sobre todo niños, a venerar sus despojos mortales. Fue beatificado por SS Pío XI en 1930, y canonizado -en tiempo record para un proceso de esta clase- por el mismo papa el 20 de mayo de 1934.
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