San Guillermo de Eskyll, abad
fecha: 6 de abril
n.: 1125 - †: 1203 - país: Dinamarca
otras formas del nombre: llamado también de Aebelhold, de Aebelholt, de Ebelholt, de Eskhill, de Roskilde, de Ise Fjord, de Paris, o del Paráclito
canonización: C: Honorio III 21 ene 1224
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: 1125 - †: 1203 - país: Dinamarca
otras formas del nombre: llamado también de Aebelhold, de Aebelholt, de Ebelholt, de Eskhill, de Roskilde, de Ise Fjord, de Paris, o del Paráclito
canonización: C: Honorio III 21 ene 1224
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En la isla de Eskyll, cerca de Roskilde,
en Dinamarca, san Guillermo, abad, que pasó de un cenobio de canónigos
regulares de París a Dinamarca, instaurando la disciplina regular en medio de
grandes dificultades, y al amanecer del domingo de Pascua partió de esta vida.

Guillermo nació en 1125, en Saint-Germain,
Crépy-en-Valois. Fue nombrado canónigo de la colegiata de Santa Genoveva de
París. En 1148, Sugerio, abad de Saint-Denis, para cumplir el deseo del papa
Eugenio II, estableció a los canónigos regulares en dicha iglesia y Guillermo
fue uno de los que aceptaron con más entusiasmo la austera vida regular. La
fama de su santidad y disciplina canónica llegó hasta Dinamarca, ya que, hacia
1170, recibió la visita de un joven danés, llamado Saxo Grammaticus, que había
de distinguirse como historiador. Saxo había ido a invitar a Guillermo, de
parte del obispo Absalón o Axel de Roskilde, a restaurar la disciplina de los
monasterios de su diócesis. Guillermo aceptó y empezó su tarea con los
canónigos regulares de Eskilsoe, en el fiordo de Ise. El éxito coronó los
esfuerzos del santo, pero no sin dificultad. Los canónigos regulares de la
región no tenían reglas ni disciplina alguna y no observaban la clausura. San
Guillermo tuvo que expulsar a dos de ellos, pero a base de paciencia fue
logrando que los otros entrasen por el camino recto. El clima riguroso, las
persecuciones de los nobles y las pruebas interiores hicieron todavía más arduo
el trabajo del santo; sin embargo, en los treinta años que desempeñó el cargo,
tuvo el consuelo de ver que la mayoría de sus hermanos seguían sus pasos.
Tras fundar el monasterio de Santo Tomás
en Seelandia, Guillermo emprendió la reforma de otras casas religiosas. El
obispo Absalón, que era ya arzobispo de Lund, le sostuvo en todas las
dificultades. En sus últimos años, el santo se vio envuelto en algunos asuntos
semipolíticos y tuvo que salir de Dinamarca por un tiempo; finalmente volvió a
su abadía, donde murió apaciblemente el 6 de abril de 1203. San Guillermo fue
canonizado en 1224. Su fiesta se celebra en la actual diócesis de Copenhague,
que sustituyó en 1952 al antiguo vicariato apostólico de Dinamarca, con ocasión
del octavo centenario de la reorganización eclesiçastica llevada al cabo por
Nicolás Breakspear.
Había en el antiguo santoral otro santo
danés llamado Guillermo de Roskilde, cuya fiesta se celebraba el 2 de
septiembre, cuya vida se basaba en crónicas que, al decir del P. Thurston, eran
«poco dignas de crédito», y al que confundía con Guillermo de Eskyll. En el
Martirologio actual, el tal Guillermo ha dejado de mencionarse, y el elogio de
nuestro Guillermo dice «en la isla de Eskyll, cerca de Roskilde»; ahora bien,
Eskyll corresponde a las ruinas de Hillerod, que no quedan propiamente cerca de
Roskilde, aunque sí puede decirse que están cerca del fiordo del mismo nombre,
en cuyo extremo está la ciudad de Roskilde; esta imprecisión geográfica hace
pensar que se ha querido zanjar la cuestión identificando de una vez a los dos
Guillermos.
La biografía de Guillermo, escrita por uno
de sus canónigos poco después de su muerte, se halla en Acta Sanctorum, abril,
vol. I; pero es mejor la edición de C. Gertz en Vitae Sanctorum Danorum (1910).
Según parece, el autor embelleció mucho los hechos. Sobre los escritos que se
atribuyen a san Guillermo, ver Migne, PL., vol. CCIX, cc. 655.746. Noticia
extraida del Butler, excepto el tercer párrafo, referido a la cuestión
geográfica, que el Butler no aborda.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente
enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1129
San Pedro de Verona, presbítero
y mártir
fecha: 6 de abril
fecha en el calendario anterior: 29 de abril
n.: c. 1205 - †: 1252 - país: Italia
canonización: C: Inocencio IV 9 mar 1253
hagiografía: Orden de Predicadores
fecha en el calendario anterior: 29 de abril
n.: c. 1205 - †: 1252 - país: Italia
canonización: C: Inocencio IV 9 mar 1253
hagiografía: Orden de Predicadores
En Milán, de
Lombardía, pasión de san Pedro de Verona, presbítero de la Orden de
Predicadores y mártir, el cual, nacido de padres seguidores del maniqueísmo,
todavía niño abrazó la fe católica y, siendo aún adolescente, recibió del mismo
santo Domingo el hábito. Dedicado a combatir la herejía, de camino hacia Como
cayó víctima de los enemigos, proclamando hasta en el último momento el símbolo
de la fe.
patronazgo: patrono de las parturientas, protector del crecimiento de los
cultivos, y contra los dolores de cabeza, los relámpagos, truenos y tormentas.

Pedro
nació en Verona, en 1205. Sus padres pertenecían a la secta de los cátaros, una
herejía muy semejante a la de los albigenses, y heredera del maniqueísmo, que
negaba, entre otras cosas, que Dios hubiese creado la materia. Pedro asistió a
una escuela católica, no obstante la indignación de un tío suyo, cuando supo
que el niño, no sólo había aprendido el Símbolo de los Apóstoles, sino que
defendía el artículo «Creador del cielo y de la tierra». En la Universidad de
Bolonia Pedro tuvo que hacer frente a todas las tentaciones, pues sus
compañeros eran muy licenciosos. Pronto decidió solicitar la admisión en la
Orden de Santo Domingo y, en cuanto tomó el hábito, el joven novicio se entregó
ardientemente a las prácticas de la vida religiosa, que comprendían el estudio,
la lectura, la oración, el cuidado de los enfermos y la limpieza de la casa.
Más
tarde le encontramos dedicado a la actividad de predicar en Lombardía. Una de
sus mayores pruebas fue que se le prohibiese enseñar y se le enviase a un
remoto convento, pues había sido falsamente acusado de recibir extraños y aun
mujeres en su celda. Un día, arrodillado ante el crucifijo, exclamó: «Señor, Tú
sabes que no soy culpable. ¿Por qué permites que me calumnien?» La respuesta
del crucifijo no se hizo esperar: «¿Y qué hice yo, Pedro, para merecer la
pasión y la muerte?» Avergonzado y consolado a la vez, el fraile recuperó el
valor y, poco después, su inocencia quedó probada. A partir de entonces, su
predicación tuvo más éxito. Pedro iba de pueblo en pueblo para sacudir a los
negligentes, convertir a los pecadores y reconquistar a los que habían
abandonado la religión. A la fama de su elocuencia se añadió pronto la
reputación de sus milagros. En cuanto aparecía en público, la multitud se
apretujaba junto a él para pedirle la bendición, para presentarle a los
enfermos y para oír la Palabra de Dios.
Hacia
el año 1234, el papa Gregorio IX nombró a Pedro Inquisidor general para los
territorios milaneses. El santo desempeñó su oficio con tal celo y eficacia,
que su jurisdicción llegó a extenderse a casi todo el norte de Italia. En
Bolonia, Cremona, Ravena, Génova, Venecia y aun en la Marca de Ancona, predicó
la fe, discutió con los herejes, desenmascaró los errores y reconcilió con la
Iglesia a quienes la habían abandonado. Sin embargo, Pedro sabía perfectamente
que sus éxitos le habían ganado también muchos enemigos y, frecuentemente,
pedía a Dios la gracia del martirio. En un sermón que predicó el Domingo de
Ramos de 1252, anunció públicamente que se estaba tramando una conspiración
contra él y que su cabeza había sido puesta a precio, 40 libras milanesas.
«Dejadles tranquilos -añadió-; después de muerto seré todavía más poderoso».
Dos
semanas después, cuando viajaba de Como a Milán, dos asesinos cayeron sobre él,
en un bosque de los alrededores de Barlassina. Uno de ellos, llamado Carino, le
golpeó en la cabeza, y después se lanzó sobre su acompañante, un fraile llamado
Domingo. Aunque herido muy gravemente, el santo no perdió el conocimiento y aún
tuvo tiempo de encomendarse a sí mismo y a su asesino a Dios, usando las
palabras de san Esteban. Después, si hemos de creer a la tradición, mojó un
dedo en su propia sangre y empezó a escribir las palabras «Credo in Deum». En
ese momento, uno de los asesinos le remató con otro golpe en la cabeza. Era el
6 de abril de 1252, y el mártir acababa de cumplir cuarenta y seis años. El
hermano Domingo sólo le sobrevivió unos cuantos días. El papa Inocencio IV
canonizó a san Pedro de Verona al año siguiente de su muerte. Carino huyó a Forli,
donde se arrepintió de su crimen, abjuró de la herejía, entró en la Orden de
Santo Domingo y murió tan santamente, que el pueblo empezó a venerarle. En
1934, los restos de Carino fueron trasladados de Forli a Balsamo, su pueblo
natal, en las cercanías de Milán, donde se le tributa cierto culto.
En Acta
Sanctorum, abril, vol. III, hay varios documentos sobre san Pedro de Verona;
entre otros, la bula de canonización y una biografía escrita por su
contemporáneo Fray Tomás Agni de Lentino. Ver también Mortimer, Maitres
Généraux O.P., vol. III, pp. 140-166; Monumenta Historica O.P., vol. I, p. 236
ss. En el Catalogas Hagiographicus O.P. de Taurisano, p. 13, hay una biografía
más completa. Fra Angelico inmortalizó a San Pedro de Verona en un famoso
fresco del convento de San Marcos, en el que aparece con la cabeza herida y el
dedo sobre los labios; pero existen otras muchas representaciones del santo,
incluso del propio Fra Angelico: cf. Künstle, Ikonographie, vol. II. Ver S.
Orlandi, S. Pietro martire da Verona: Legenda di fr. Tommaso Agni... (1952), y otras
obras más recientes. El cuadro reproducido es de Lorenzo Lotto, de inicios
siglo XVI, y muestra el característico espadín curvo clavado en la cabeza, que
es la representación más habitual del santo.
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Estas biografías de
santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta
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servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta
hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente
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por José Miguel
Rodriguez Mezá (i) (189.162.91.---)
- dom , 30-ago-2015, 03:26:31
También
es patrono de las vocaciones sacerdotales y de los defensores de la fe
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