San Melquisedec, santo del AT
fecha: 26 de agosto
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Conmemoración de san Melquisedec, rey de
Salem y sacerdote del Dios altísimo, que saludó y bendijo a Abrahán cuando
volvía victorioso, ofreciendo al Señor un sacrificio santo, una víctima
inmaculada, y fue visto como prefiguración de Cristo, rey de paz y de justicia
y sacerdote eterno, aun falto de genealogía.

No es la Biblia la que es complicada para
nosotros, es algo todavía más fundamental: es la propia mentalidad bíblica, la
que está tras el texto -ese modo de pensar, ver, sentir, razonar, experimentar
la realidad de Dios y desde Dios- lo que nos es realmente ajeno. Dice Génesis
14,14-20:
«Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo, movilizó la tropa de gente nacida en su casa, en número de trescientos dieciocho, y persiguió a aquéllos hasta Dan. Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó, y los persiguió hasta Jobá, que está al norte de Damasco; recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su hacienda así como a las mujeres y a la gente.
A su regreso después de batir a Kedorlaomer y a los reyes que con él estaban, le salió al encuentro el rey de Sodoma en el valle de Savé (o sea, el valle del Rey). Entonces Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo, y le bendijo diciendo: "¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra, y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!" Y dióle Abram el diezmo de todo.»
Esos son todos los hechos de Melquisedec en la Biblia; no aparecerá más para hacer ninguna otra cosa. Será mencionado, sí, otras veces (en el salmo 110 y sobre todo en Carta a los Hebreos), pero siempre en relación a este único hecho de Génesis.
«Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo, movilizó la tropa de gente nacida en su casa, en número de trescientos dieciocho, y persiguió a aquéllos hasta Dan. Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó, y los persiguió hasta Jobá, que está al norte de Damasco; recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su hacienda así como a las mujeres y a la gente.
A su regreso después de batir a Kedorlaomer y a los reyes que con él estaban, le salió al encuentro el rey de Sodoma en el valle de Savé (o sea, el valle del Rey). Entonces Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo, y le bendijo diciendo: "¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra, y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!" Y dióle Abram el diezmo de todo.»
Esos son todos los hechos de Melquisedec en la Biblia; no aparecerá más para hacer ninguna otra cosa. Será mencionado, sí, otras veces (en el salmo 110 y sobre todo en Carta a los Hebreos), pero siempre en relación a este único hecho de Génesis.
Algunos especialistas en crítica histórica
de la Biblia señalan que este breve episodio tiene como función exaltar las
virtudes militares de Abraham, en quien la memoria vital de Israel fue
reconociendo con el tiempo todos los caracteres de un auténtico fundador, otros
ven en el tributo de Abraham al extranjero Melquisedec, «rey de Salem», el
fundamento de los posteriores reclamos de la dinastía de David, dueña de la
ciudad de Jerusalén -que no pertenecía a la cconfederación israelita-, a las
tribus de Israel. Sea como sea, para la mirada historicista la figura de
Melquisedec, surgido «de la nada» en medio del relato bíblico, sólo esconde
preguntas de tipo histórico. Pero para la mirada bíblica, de una densidad
completamente distinta a la mirada historicista, la figura de Melquisedec
esconde auténtico misterio:
- En tanto nosotros sólo vemos que narrativamente Melquisedec surge «de la nada», la mirada tipológica de Carta a los Hebreos ve en ello un paralelismo con Jesús, quien también tiene sus verdaderos orígenes ocultos; tal como Melquisedec, Jesús es «sin genealogía» (ante todo por no tener padre humano, aunque Hebreos lo acentúa aún más, 7,3).
- Eso que a nosotros se nos presenta como una inconsecuencia literaria, el hecho de que un personaje que parece destinado a tener relevancia, desaparezca sin más del horizonte de la narración y ya no vuelva a ser mencionado, la mirada de Carta a los Hebreos lo descubre como una misteriosa inmersión en la eternidad, anticipo de la eternidad sacerdotal de Jesús (id. 7,3).
- Donde la mirada histórica ve en la ofrenda de Melquisedec la pervivencia de un culto que puede contraponerse al culto fastuoso del templo, la mirada bíblica descubre en ese «pan y vino» un anticipo eucarístico (la imagen no se explota en la Biblia, pero sí en la liturgia).
- En tanto nosotros sólo vemos que narrativamente Melquisedec surge «de la nada», la mirada tipológica de Carta a los Hebreos ve en ello un paralelismo con Jesús, quien también tiene sus verdaderos orígenes ocultos; tal como Melquisedec, Jesús es «sin genealogía» (ante todo por no tener padre humano, aunque Hebreos lo acentúa aún más, 7,3).
- Eso que a nosotros se nos presenta como una inconsecuencia literaria, el hecho de que un personaje que parece destinado a tener relevancia, desaparezca sin más del horizonte de la narración y ya no vuelva a ser mencionado, la mirada de Carta a los Hebreos lo descubre como una misteriosa inmersión en la eternidad, anticipo de la eternidad sacerdotal de Jesús (id. 7,3).
- Donde la mirada histórica ve en la ofrenda de Melquisedec la pervivencia de un culto que puede contraponerse al culto fastuoso del templo, la mirada bíblica descubre en ese «pan y vino» un anticipo eucarístico (la imagen no se explota en la Biblia, pero sí en la liturgia).
De la mano de una mirada que penetra en el
misterio, las pocas líneas del Génesis han permitido descubrir en el papel de
Jesús como víctima del sacrificio, su papel como oferente de ese sacrificio, y
por tanto como sacerdote. La figura de Melquisedec, vaga pero por eso mismo
evocadora, se convirtió en una clave de comprensión de Jesús, al par que es
sólo en el hecho de Jesús donde adquiere todo su relieve el hecho aparentemente
pasajero de Melquisedec. Lo que conmemoramos hoy no es la vida de un personaje
cuyos hechos desconocemos del todo, sino -como en todo auténtico santo- la obra
de Jesús en él.
Para leer sobre el significado de
Melquisedec en el horizonte del Génesis, «El libro del Génesis», de G. von Rad,
Sígueme, pág 218; también Comentario Bíblico «San Jerónimo», Cristiandad, tomo
I, pág. 87ss. Sobre la cuestión de Melquisedec como modelo del sacerdocio
cristiano, «Sacerdotes antiguos sacerdote nuevo», de P. Vanhoye, ed. Sígueme;
sobre este mismo tema, una pequeña aproximación en mi artículo «Sacerdotes
según el orden de Melquisedec», en las Publicaciones de
ETF.
Imagen: Mosaico en uno de los muros laterales de San Vital de Ravena: Abel y Melquisedec, dos de las más importantes figuras anticipatorias de Jesús en la mirada de los Padres de la Iglesia.
Imagen: Mosaico en uno de los muros laterales de San Vital de Ravena: Abel y Melquisedec, dos de las más importantes figuras anticipatorias de Jesús en la mirada de los Padres de la Iglesia.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=3036
can.: pre-congregación
país: Italia - †: s. inc.
país: Italia - †: s. inc.
En Roma, en el
cementerio de Basila, en la vía Salaria Antigua, san Maximiliano, mártir.
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