Beata Isabel Achler «la buena», virgen y reclusa
fecha: 25 de noviembre
n.: 1386 - †: 1420 - país: Alemania
canonización: Conf. Culto: Clemente XIII 19 jun 1766
hagiografía: Frate Francesco
n.: 1386 - †: 1420 - país: Alemania
canonización: Conf. Culto: Clemente XIII 19 jun 1766
hagiografía: Frate Francesco
Elogio: En Reute, de Suabia, en Germania,
beata Isabel Achler, por sobrenombre «Buena», virgen, que, viviendo como
recluida de la Tercera Orden Regular de San Francisco, cultivó en grado admirable
la humildad, la pobreza y la mortificación corporal.

Isabel «la buena» nació en Waldsee
(Alemania) el 25 de noviembre de 1386, hija del tejedor Juan Achler y de Ana,
humildes y virtuosos padres. Desde joven se distinguió por una rara piedad,
inocencia virginal y un carácter tan dulce y amable, adquirió el sobrenombre
que le duraría por siempre. El padre Conrado Kigelin, su confesor, director
espiritual y biógrafo, le aconsejó dejar el mundo para tomar el hábito de San
Francisco en la Tercera Orden. Isabel tenía entonces 14 años. Observó la regla
franciscana primero en su casa, pero luego, considerando los peligros de la
vida, que le obstaculizaban el camino de la perfección, se fue a vivir con una
piadosa terciaria franciscana. El demonio, envidioso de los progresos de Isabel
en el camino de la perfección, la atormentaba con frecuencia. Mientras aprendía
el arte de tejedora, le enredaba el hilo, le dañaba su labor, la forzaba a
perder la mitad del tiempo reparando los daños. Isabel luchó con paciencia y
perseverancia.
A los 17 años, no sin resistencia por
parte de sus familiares, el confesor, padre Conrado Kigelin, la guió hacia la
comunidad religiosa de Reute, cerca de Waldsee, donde algunas religiosas
seguían con fervor la regla franciscana de la Tercera Orden. Le encargaron el
servicio de la cocina, oficio que Isabel ejerció con dulzura y obediencia. Fue
asidua en la oración y la penitencia, y amante de la soledad: no salía del
convento sino por graves motivos, tanto que la llamaron «la reclusa». Se la
veía a menudo orando en el jardín, de rodillas, como arrebatada en
contemplación. Su conducta era tan inocente que su confesor no encontraba de
qué absolverla. El demonio siguió persiguiéndola en forma de sospechas por
parte de las compañeras, con situaciones de abatimiento, con la lepra y otras
enfermedades y pruebas, pero ella todo lo soportaba con inalterable paciencia,
con ayuda de la oración y bendiciendo a Dios. El secreto de su fortaleza estaba
en la meditación de la Pasión de Cristo, objeto de su amor y regla de su vida.
El Señor la favoreció marcando su cuerpo algunas veces con los signos de su
Pasión: heridas como de espinas en la cabeza, signos de flagelación e incluso
estigmas. Aunque aparecían sólo de vez en cuando, su dolor era continuo. Pero
ella, en medio del sufrimiento, no dejaba de exclamar: «¡Gracias, Señor, porque
me haces sentir los dolores de tu Pasión!».
También fue privilegiada con visiones de
los santos del cielo y de las almas del purgatorio, y obtuvo que que algunas de
dichas almas se aparecieran a su confesor para solicitarle los sufragios y las
aplicaciones de santas misas. Durante el concilio ecuménico de Costanza predijo
el final del gran cisma de Occidente y la elección del papa Martín V. Y tuvo el
don de ver en lo secreto del corazón humano. Sin embargo, pese a haber sido
enriquecida por tantos dones del Espíritu, Isabel conservó siempre una gran
humildad. El padre Conrado Kigelin, canónigo regular agustino, la guió y
acompañó siempre, y nos dejó también una pequeña biografía de la beata escrita
por él mismo. Murió en Reute el 25 de noviembre de 1420, a los 34 años de edad.
Su culto se hizo popular en Suecia, sobre todo después del reconocimiento de su
cuerpo en 1623, por parte del preboste de Waldsee. A consecuencia de sus
numerosos milagros pidieron a la Santa Sede el reconocimiento del culto, que
fue aprobado por Clemente XIII el 19 de junio de 1766.
fuente: Frate Francesco
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
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referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4304
can.: pre-congregación
país: África Septentrional - †: 347
país: África Septentrional - †: 347
En Numidia, san
Márculo, obispo, que, según la tradición, murió mártir en tiempo del emperador
Constante, despeñado desde una roca por un tal Macario.
can.: culto local
país: Francia - †: s. VI
país: Francia - †: s. VI
En la región de Agen,
en Aquitania, san Maurino, mártir, que, dedicado a la evangelización de la
gente del campo, fue despiadadamente destrozado por los paganos, según dicen
las crónicas.
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