Santa María de Mattias, virgen y
fundadora
fecha: 20 de agosto
n.: 1805 - †: 1866 - país: Italia
canonización: B: Pío XII 1 oct 1950 - C: Juan Pablo II 18 may 2003
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: 1805 - †: 1866 - país: Italia
canonización: B: Pío XII 1 oct 1950 - C: Juan Pablo II 18 may 2003
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Roma, santa María de Mattias, virgen,
fundadora de la Congregación de Adoratrices de la Sangre de Cristo.

Al fundar la
Congregación de las Adoratrices de la Preciosa Sangre, dedicada a la educación
de la juventud, María de Matías hizo frente a una de las mayores necesidades de
su época. En efecto, como lo dijo Pío XI, aquel momento histórico «necesitaba
una reforma general y los medios principales para lograrlo, eran el
mejoramiento de la instrucción y la purificación de las costumbres».
María nació en 1805. Era
la mayor de los cuatro hijos del abogado Juan de Matías y de su esposa, Octavia
de Angelis. La familia vivía en Vallecorsa, entre Lazio y Campania. Cuando
María acababa de cumplir diecisiete años, san Gaspar del
Búfalo predicó una misión en la parroquia del lugar. La
joven se sintió entonces llamada a trabajar por el prójimo. Poco después,
conoció a Juan Merlini, discípulo de san Gaspar y sucesor suyo en el gobierno
de la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre. Merlini fue desde
entonces y hasta la muerte de María su director y consejero espiritual.
En 1834, a petición de
su obispo, Mons. Lais, quien era también administrador de Anagni, María tomó a
su cargo la dirección de una escuela en Acuto, ciudad de aquella región. Estaba
decidida a fundar una congregación. Al año siguiente, se le reunió la primera
compañera, Ana Farrotti. Ambas jóvenes determinaron que la nueva congregación
se inspiraría en el espíritu de los misioneros de san Gaspar del Búfalo. Para
entonces, María había extendido ya sus actividades a las jóvenes y a las
mujeres casadas. Pronto pidieron la admisión otras seis aspirantes a la vida
religiosa. Como santa Lucía Filippini, María poseía el don de la persuasión y
lo empleó con gran éxito en la enseñanza del catecismo, de la historia sagrada
y en la organización de diversas asociaciones femeninas. En 1837, empezó a
predicar «retiros espirituales» a las mujeres casadas y la obra se hizo muy
popular. Naturalmente no faltaron quienes arguyesen que las mujeres debían
guardar silencio en la iglesia (ICor 14,34); pero Mons. Muccioli apoyó a María,
tras haber investigado el asunto. Cuando las mujeres empezaron a concurrir a
las celebraciones del mes de mayo en la escuela, el pároco se opuso, pero el
deán dio la razón a María, con gran regocijo de las mujeres. Los testimonios en
el proceso de beatificación prueban que la elocuencia de María era de buena
ley, ya que amaba el recogimiento y el silencio y «no era parlanchina».
En 1840, la santa tomó a
su cargo otra escuela en su pueblo natal de Vallecorsa, con la ayuda de los
Misioneros de la Preciosa Sangre. A ésta siguieron otras fundaciones, en todas
las cuales la actividad de las religiosas se extendía a las jóvenes y a las
mujeres casadas. Entre 1847 y 1851, se fundaron dos nuevas casas en la Ciudad
Eterna, bajo el patrocinio de la princesa Zena Volkonska; ahí se hicieron muy
amigos de la santa dos prelados ingleses: Mons. Jorge Talbot y Mons. Eduardo
Howard, quien fue más tarde cardenal. Se cuenta que María reprendió cierta vez
a una religiosa inglesa que presumía incesantemente de las buenas maneras de la
sociedad de Inglaterra, «El Calvario es nuestra escuela de buenas maneras».
Naturalmente, la rápida expansión de la Congregación de las Adoratrices de la
Preciosa Sangre no se efectuó sin dificultades y decepciones, que constituyeron
rudas pruebas para la fundadora. Sus fuerzas y su salud empezaron a debilitarse
por fin y la madre María de Matías murió en Roma, el 20 de agosto de 1866, a
los sesenta y un años de edad. Su beatificación se llevó a cabo en 1950. Para
entonces, su congregación contaba ya con más de 400 instituciones, entre las
que se contaban escuelas de todas clases, así en Europa como en América. Fue
canonizada por SS Juan Pablo II el 18 de mayo de 2003.
Don Merlini escribió la
primera biografía de la santa. La biografía oficial, muy completa, escrita por
la benedictina, señora Ma. Eugenia Pietromarchi, fue publicada en Roma en 1950.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler»,
Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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