Beata Clara de Rimini, viuda
fecha: 10 de febrero
n.: c. 1280 - †: 1324/1329 - país: Italia
otras formas del nombre: Clara Agolanti
canonización: Conf. Culto: Pío VI 1784
hagiografía: Santi e Beati
n.: c. 1280 - †: 1324/1329 - país: Italia
otras formas del nombre: Clara Agolanti
canonización: Conf. Culto: Pío VI 1784
hagiografía: Santi e Beati
En
Rimini, en la Romagna, beata Clara, viuda, que por medio de la penitencia,
mortificación y ayunos expió la vida disoluta que había llevado antes y,
después de reunir un grupo de compañeras en un monasterio, sirvió a Dios con
humildad de espíritu.

Durante
siglos, la vida de santa María Magdalena, como libertina, convertida y
penitente, ha tenido siempre eco en aquellas almas que se han encontrado, en su
propio tiempo, casi en la misma situación; entre ellas cabe mencionar a Clara
Agolanti, o Clara de Rímini.
Nacida
en 1280, fue educada por su padre Onosdeo en el cultivo de un carácter fuerte
en el obrar, casi masculino e intolerante con cualquier sumisión. Pasó su
adolescencia entre caballos y torneos, rebelde a las prácticas religiosas que
su madre Gaudiana intentaba inculcarle. Muerta la madre, su padre volvió a
casarse y ella resultó aún más independiente. Jovencísima desposó al hijo de su
madrastra, pero quedó viuda tres años después, heredando una inmensa fortuna.
Durante ocho años continuó entregándose a fiestas, justas de caballería,
banquetes, con una vida frívola y mundana, dando lugar en la ciudad a
escándalos y pésimas habladurías. Su padre y su hermano murieron el mismo día,
mientras estaban en guerra con los Malatesta, rivalizando por el dominio en la
zona de Rimini, de modo que todas las riquezas de la familia Agolanti se
concentran en manos de la joven viuda. Fue pedida en matrimonio por un noble
que llevaba una vida disipada y ella aceptó a condición de que pudiera mantener
el mismo estilo de vida.
Un
día por curiosidad, entró en la Iglesia de los Padres Conventuales, Santa María
en Trivio, y se sintió dentro de sí por primera vez perturbada y agitada;
vuelta a casa se encerró en su habitación, donde cayó al suelo en un mar de
lágrimas de arrepentimiento, y decidió cambiar de vida. Al día siguiente fue a
la misma iglesia, donde hizo una confesión general, y a partir de ese momento
comenzó una vida de piedad, buenas obras, y penitencia, convirtiendo incluso al
marido, que murió dos años más tarde de modo cristiano. Entonces Clara no puso
límites a sus penitencias, que devinieron terribles, animada de un fuego de
expiación que la devoraba.
Con
su inmensas riquezas, comenzó a ayudar a todas las miserias materiales y
morales; dio dote y apoyo a todas las niñas pobres para el matrimonio. Algunas
mujeres de gran fervor se reunieron alrededor de ella, dispuestas a llevar una
vida de reclusión y penitencia, por lo que Clara fundó un pequeño monasterio
llamado Santa María de los Ángeles -más tarde conocido como de Santa Clara-;
obtuvo la bendición del obispo de Rímini Guido Abasi, pasando luego a la
Catedral para emitir los votos religiosos, de acuerdo con la Regla de Santa
Clara.
Vivió
una docena de años como superiora, intensificando los sacrificios y la
contemplación de la Pasión de Cristo. El Señor le concedió el don de gracias
místicas elevadísimas, con éxtasis tan profundos que ninguna fuerza humana
podía detenerlos, y sólo se recuperaba si era llevada ante el Santísimo
Sacramento. Murió hacia los 46 años, el 10 de febrero de entre 1324 a 1329,
consumida por la penitencia y la contemplación, y su cuerpo descansa en la
iglesia del monasterio. Su culto «de tiempo inmemorial» fue confirmado por el
papa Pío VI en 1784.
Traducido
para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Antonio Borrelli.
fuente: Santi e Beati
accedida 557 veces
ingreso
o última modificación relevante: ant 2012
Estas
biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una
fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia
completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor,
al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel)
y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=534
Beato José Sánchez del Río, mártir
fecha: 10 de febrero
n.: 1913 - †: 1928 - país: México
canonización: B: Benedicto XVI 20 nov 2005
hagiografía: Vaticano
n.: 1913 - †: 1928 - país: México
canonización: B: Benedicto XVI 20 nov 2005
hagiografía: Vaticano
En
Guadalajara, México, beato José Sánchez del Río, de catorce años, mártir, que
murió apuñalado dando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, durante
la Guerra Cristera.
Ver más información en:
Mártires mexicanos (1915-1937)
Mártires mexicanos (1915-1937)

Nació
el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Al decretarse la suspensión del
culto público, José tenía 13 años y 5 meses. Su hermano Miguel decidió tomar
las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, viendo el
valor de su hermano, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado; su
madre trató de disuadirlo pero él le dijo: «Mamá, nunca había sido tan fácil
ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión». Su madre le dio
permiso, pero le pidió que escribiera al jefe de los Cristeros de Michoacán
para ver si lo admitía. José escribió al jefe cristero y la respuesta fue
negativa. No se desanimó y volvió a insistir pidiéndole que lo admitiera, si no
como soldado activo, sí como un asistente. En el campamento se ganó el cariño
de sus compañeros que lo apodaron «Tarsicio». Su alegría endulzaba los momentos
tristes de los cristeros y todos admiraban su gallardía y su valor. Por la
noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe.
El
5 de febrero de 1928, tuvo lugar un combate, cerca de Cotija. El caballo del
general cayó muerto de un balazo, José bajó de su montura con agilidad y le
dijo: «Mi general, aquí está mi caballo, sálvese usted, aunque a mí me maten.
Yo no hago falta y usted sí» y le entregó su caballo. En combate fue hecho
prisionero y llevado ante el general callista quien le reprendió por combatir
contra el Gobierno y, al ver su decisión y arrojo, le dijo: «Eres un valiente,
muchacho. Vente con nosotros y te irá mejor que con esos cristeros». «¡Jamás,
jamás! ¡Primero muerto! ¡Yo no quiero unirme con los enemigos de Cristo Rey!
¡Yo soy su enemigo! ¡Fusíleme!»
El
general lo mandó encerrar en la cárcel de Cotija, en un calabozo oscuro y
maloliente. José pidió tinta y papel y escribió una carta a su madre en la que
le decía: «Cotija, 6 de febrero de 1928. Mi querida mamá: Fui hecho prisionero
en combate en este día. Creo que voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate
a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte... haz la voluntad de Dios,
ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre...»
El
10 de febrero de 1928, como a las 6 de la tarde, lo sacaron del templo y lo
llevaron al cuartel del Refugio. A las 11 de la noche llegó la hora suprema. Le
desollaron los pies con un cuchillo, lo sacaron del mesón y lo hicieron caminar
a golpes hasta el cementerio. Los soldados querían hacerlo apostatar a fuerza
de crueldad, pero no lo lograron. Dios le dio fortaleza para caminar, gritando
vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe. Ya en el panteón, preguntó
cuál era su sepultura, y con un rasgo admirable de heroísmo, se puso de pie al
borde de la propia fosa, para evitar a los verdugos el trabajo de transportar
su cuerpo. Acto seguido, los esbirros se abalanzaron sobre él y comenzaron a
apuñalarlo. A cada puñalada gritaba de nuevo: «¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la
Virgen de Guadalupe!». En medio del tormento, el capitán jefe de la escolta le
preguntó, no por compasión, sino por crueldad, qué les mandaba decir a sus
padres, a lo que respondió José: «Que nos veremos en el cielo. ¡Viva Cristo
Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!». Mientras salían de su boca estas
exclamaciones, el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de
la tumba, bañado en sangre, y su alma volaba al cielo. Era el 10 de febrero de
1928. Sin ataúd y sin mortaja recibió directamente las paladas de tierra y su
cuerpo quedó sepultado, hasta que años después, sus restos fueron inhumados en
las catacumbas del templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús. Actualmente
reposan en el templo parroquial de Santiago Apóstol, en Sahuayo, Michoacán. Fue
beatificado por SS Benedicto XVI el 20 de noviembre de 2005.
fuente: Vaticano
accedida 1215 veces
ingreso
o última modificación relevante: ant 2012
Estas
biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una
fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia
completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor,
al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel)
y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=4845
No hay comentarios:
Publicar un comentario