miércoles, 10 de septiembre de 2014

Evidente (La oración de la rana de Anthony de Mello)

 
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Subió un hombre a un autobús y tomó asiento junto a un joven que tenía todo el aspecto de ser un “hippy”. El joven llevaba un solo zapato.

“Ya veo, joven, que ha perdido usted un zapato...”.

“No, señor”, respondió el aludido. “He encontrado uno”.

Es evidente para mí; lo cual no significa que sea cierto.

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Un vaquero iba cabalgando por el desierto. De pronto se encontró con un indio tendido sobre la carretera, con la oreja pegada al suelo.

“¿Qué pasa, jefe?”, dijo el vaquero.

“Gran rostro pálido con cabellera roja conducir Mercedes-Benz verde oscuro con pastor alemán dentro y matrícula SDT965 rumbo oeste”.

“¡Caramba, jefe! ¿Quieres decir que puedes oír todo eso con sólo escuchar el suelo?”.

“Yo no escuchar suelo. Hijo de puta atropellarme”
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