El valor de la realidad
Jesús enseña lo que
es la vida y, por ella, cómo es el Padre, su Creador. ¿Qué colegios conocemos
nosotros que usen como texto al hombre, la comunicación, el respeto y cómo es
la vida y cómo se debe respetar a los hijos y prepararlos para que sean
felices? Comenzamos con unos medios para llegar a un fin, pero en seguida
olvidamos el fin para quedarnos enredados en los medios; al final hacemos un
fin de los medios. Absolutizamos el medio.
La espiritualidad
-como la flor-, ha de mostrar simbólicamente la realidad, cuidando que no nos
quedemos en los símbolos y matemos al Mesías. El símbolo no es lo sagrado -como
no es sagrada la flor-, lo sagrado es la realidad que descubre. Es el perro el
que mueve la cola, no podemos quedarnos fijados en la cola creyendo que es
ésta la que mueve al perro.
Dios no se
encuentra en el templo, sino en la vida. La oración se hace para que tengas
cada vez más conciencia de ti. La religión puede ser de gran ayuda mientras no
la hagas más importante que Jesucristo. "Al leer mi poesía de Dios, no te
dejes llevar por la idolatría", dice Tagore. Por esa idolatría la gente
sigue crucificando al Mesías. Dios es el Misterio.
Cuando el hombre se
hace religioso es capaz de cometer las mayores crueldades por defender un
concepto de verdad creyendo que cumple la voluntad de Dios. El comunista
adoctrinado se molesta mucho cuando se critica al comunismo. Los religiosos
adoctrinados también se molestan cuando se critica la religión. Ellos se creen
no sólo los poseedores de la verdad, sino los vengadores y justicieros de
quien no la cumple. Se sienten los guardianes de Dios, sus abogados, y en
nombre de esa fanática creencia, hay que reconocer las enormes crueldades que
se producen aun en los conventos. Se hace de forma inconsciente, creyendo que
es un servicio a Dios.
Es preciso que
despertemos a esta realidad de que la religión no existe -y puede ser muy
dañina- si en ella no está la realidad, la vida. Porque sólo la vida y la
realidad nos muestran la verdad.
También Pablo fue
cruel inconscientemente, por fanatismo, creyendo que hacía un servicio a Dios.
Era su programación la que lo guiaba, y ponía todo su entusiasmo y su fuerza
en ello. Pero él fue golpeado y despertado por la realidad que lo tiró del
caballo y le dio la luz. Es la realidad la que nos tiene que despertar. Si hay
tanta crueldad en el mundo es porque nos falta sensibilidad para despertar a
la verdad. Caernos del caballo del poder y la violencia para dar de cara
contra el suelo de la realidad y despertarnos a la luz de la verdad.
No
renuncies a nada, pero no te apegues a nada.
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