EL VUELO DEL QUETZAL
Espiritualidad en Centroamérica
Pedro Casaldáliga, 1988
A los veinte años
de Medellín
(1968).
A los veinte años
de los Delegados
de la Palabra
en Nicaragua (mayo 1968)
A los diez años
de los mártires
de la masacre de
Panzós, Guatemala
(29 de mayo
1978)
A los cinco años
de la caída del P. Guadalupe Carney
en Honduras (19 septiembre 1983)
PRESENTACIÓN
Propiamente hablando,
éste no es un libro "escrito" por Pedro Casaldáliga. Porque, en
realidad, este libro no ha sido escrito, sino dicho, predicado, pronunciado,
conversado, declarado por Pedro Casaldáliga en multitud de charlas, encuentros,
homilías, retiros, meditaciones, visitas "pastorales", talleres de
espiritualidad, cartas abiertas; declaraciones y entrevistas concedidas a los
medios de comunicación social. No es un libro de laboratorio o de escritorio,
sino un libro vivido, viajado, peregrinado, predicado, dado a luz sobre la
marcha, hecho vida, visita, encuentro, comunicación y fe compartida por las
veredas del Pueblo de Dios en Centroamérica, bajo "el vuelo del
Quetzal" de Fuego y Libertad...
Ello es lo que explica
el carácter vivencial y experiencial de su contenido (ajeno a unas tesis
argumentadas racionalmente), las huellas orales del texto (expresamente
mantenidas en su frescura original), su variedad interna (que obedece a
momentos, destinatarios y contextos diversos) y, sobre todo, el viento del
Espíritu de Jesús que palpita sus páginas agitado por "el vuelo del
Quetzal".
Se trata pues de un
libro coloquial, hecho de sugerencias, luces sobre el camino, palabras de
compañero, como un silbido en medio de la noche, como una luz de aurora
presentida. Podrá ser
leído de principio a fin, o en otro orden. Se podrá volver a él en una
segunda lectura, más reposada, o escogida al azar, como libro-compañero de
oración, como libro-compañero que estimula siempre la reflexión, o como un
texto-base sobre el que trabajar en grupos.
Indómito y rebelde,
hecho Quetzal centroamericano, incapaz de soportar la cautividad, el Espíritu
de Jesús, "Pater pauperum", Padre de los pobres, agita nuevamente su
vuelo derramado sobre el Pueblo de Dios que trabajosamente camina por las
veredas de Centroamérica. Y del vuelo de este Quetzal centroamericano de Fuego
y Libertad nos da testimonio este libro de Pedro Casaldáliga.
José María Vigil
Centroamérica,
Pentecostés de 1988
Este libro ha sido
publicado en papel en las siguientes ediciones:
El vuelo del Quetzal.
Espiritualidad en Centroamérica, Coordinadora Regional Centroamericana Oscar
Romero, Managua 11988, 21989, 195 pp
El vuelo del Quetzal.
Espiritualidad en Centroamérica, Maíz nuestro, Bogotá 1989, 195 pp
El vuelo del Quetzal.
Espiritualidad en Centroamérica, Iglesia de Cuenca, Cuenca (Ecuador) 1989,
195 pp
El vuelo del Quetzal.
Espiritualidad en Centroamérica, Centro Ecuménico de Estudios y Secretariado
Internacional de Solidaridad Mons. Romero, México 1989, 195 pp
El vuelo del Quetzal.
Espiritualidad en Centroamérica, Acción Ecuménica / Misioneros Maryknoll /
Misioneros Claretianos, Caracas 1989, 195 pp
Il volo del Quetzal.
Spiritualità in Centroamérica, La Piccola Editrice, Celleno (Italia) 11989, 21990,
234 pp
El libro está puesto a disposición pública en
internet, en la biblioteca de los Servicios Koinonía:
http://servicioskoinonia.org/biblioteca
1
POR LAS VEREDAS
DEL PUEBLO DE DIOS
EN CENTROAMÉRICA
refugiados en su
propia tierra
Los refugiados
guatemaltecos en México son indígenas en su inmensa mayoría. Hablando con ellos
de nuestra pastoral indígena en Brasil -de esa obsesión indígena que uno tiene-
yo veía cómo vibraban aquellos ojos...
Guatemala es un país
particularmente prohibido e ignorado, para ser un país sumamente indígena. los
indígenas nunca tuvieron un lugar en su tierra. Casi nunca han tenido tampoco
lugar en la Iglesia. Y siguen sin espacio en su propia tierra maya. Y, en buena
parte, sin espacio también en la Iglesia.
No se sabe cuántos
refugiados guatemaltecos hay en México. (Pienso que no se sabe cuántos
refugiados hay en el mundo). Dicen que en México los refugiados guatemaltecos
quizás sean como 200.000. Unos 100.000 registrados y otros tantos sin
documentar, dispersos...
el lobo ya vino
Quien no vive en
Nicaragua piensa que se está viviendo la famosa fábula aquella de "¡que
viene el lobo!"... y el lobo no viene. Que la invasión, que ahora, que
inminente, que dentro de poco, que se está preparando... Hay algunos que
piensan que es una invención del propio gobierno sandinista para provocar, para
suscitar solidaridad.
Claro, sería
importante recordar que el lobo ya vino...
sería una ofensa
Que no canonicen nunca
a san Romero de América, porque le harían una ofensa. El es santo de un modo
muy particular. Ya está canonizado. Por el Pueblo. No hace falta nada más...
Se lo decía yo a Jon
Sobrino cuando visité el sepulcro del arzobispo mártir. Le decía: "Mira,
Jon, que a nadie se le ocurra canonizar a Romero, porque sería como pensar que
la primera canonización no sirvió"...
como si no fuera
Centroamérica
En Honduras me sentí
muy impresionado. Por varios motivos. En primer lugar porque vi que no
conocemos Honduras. Y dejamos Honduras de lado. Como si Honduras no fuera
también Centroamérica, como si Honduras no estuviera oprimida, perseguida,
hasta masacrada, con mártires (sacerdotes, agentes de pastoral, campesinos,
sindicalistas, políticos...). Recientemente fue asesinado Pavón, que era
director de la Comisión de los Derechos Humanos; asesinado por denunciar los
atropellos a los derechos humanos en Honduras.
Deberíamos pensar más
en Honduras. Es una especie de hermana dejada de lado. No nos interesamos por
ella suficientemente, no sabemos lo que pasa allí.. Ellos viven en una especie
de clandestinidad. Cualquier reunión hay que hacerla con cuidado, y mordiéndose
la lengua...
que sea canal del
Reino
Me preguntan que dónde
se ubica la Iglesia panameña ante el conflicto centroamericano... Pero ustedes
los panameños ya lo saben: en el Canal, ¿no?
Les voy a decir lo que
yo, viniendo de lejos, siento, lo que me parece que otros también dicen o
piensan. Les diré: se tiene la impresión -desde fuera al menos- de que ustedes
no se consideran Centroamérica. Se tiene la impresión de que la Iglesia
panameña -así, en general, y estoy hablando de impresiones- no se considera
Centroamérica.
Yo percibo que se
distingue bastante: por una parte Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Honduras,
que se sienten muy mal con todos los conflictos que sabemos, conflictos que
hacen que se sientan como una especie de realidad más homogénea, más global
ante los mismos desafíos. Por otra parte, Costa Rica... es Costa Rica, ya se
sabe: una democracia rica. ¿Y Panamá? "Panamá no es Centroamérica".
La impresión que se tiene es ésa.
Creo que sería bueno
que ustedes se convirtieran a Centroamérica. Que pidieran a esos hermanos, tan
golpeados, que los aceptaran en su casa, y que se sintieran y se hicieran
ustedes responsables de ellos.
Lo diré una vez más:
que igual que Panamá es canal del Imperio, se haga también Panamá, cada vez
más, canal del Reino. Faciliten la información, el trasiego de informaciones de
Centroamérica. Incluso el paso de hermanos, de delegados, de agentes de
pastoral, de comunidades, etc. Posibiliten encuentros centroamericanos, que muy
bien podrían realizarse aquí en Panamá, hasta con más seguridad física, con
posibilidades incluso económicas. Promuévanlo. Prestarían ustedes un gran
servicio de solidaridad, pastoral, eclesial.
Dios sigue revelándose
Recuerdo a un anciano
refugiado guatemalteco, en el primer refugio que visité en Chiapas. El ha sido
muy golpeado, y su familia también. Tiene varios mártires en la familia. Al
despedirse le decía yo: "Pues, ánimo, compañero, vamos a continuar en el
camino. El Señor nunca falla...". Y él, como muy desde dentro, me dijo:
"Es verdad, monseñor; nosotros sí fallamos muchas veces, pero Dios no
falla..."
Pienso que los
refugiados viven de un modo más experimentado y como más último que Dios, en
todo caso, no falla. A ellos ya les falló todo. No tienen siquiera el suelo
patrio bajo los pies. Pero Dios no falla.
(Yo veía a aquellas
indiecitas guatemaltecas, que ni entendían "el castilla"... En todas
las celebraciones los varios grupos mayores recibían lógicamente su traducción
en la propia lengua. Y yo me quedaba asombrado de la memoria fabulosa que tiene
el indígena. Claro, habituados a una cultura oral, devolvían traduciendo todo
lo que yo había dicho y creo que mucho más...).
Sentir a Dios así, de
un modo tan extremo, me parece que les ayuda a purificar su propia religiosidad
popular, que pudo ser también quizá "supersticiosa" (poniendo la
palabra entre muchas comillas y queriéndola entender bien). Porque allí, como
siempre que una persona humana o un pueblo vive desafiado por los retos
extremos de la vida y de la muerte, de la patria o del exilio, del destierro o
de la tierra prometida, la idea de Dios, la experiencia de Dios se purifica.
¿No es eso lo que le
pasó a Israel? ¿Cómo fue Israel descubriendo a Dios? Pues a partir del
cautiverio, a partir del destierro y de los varios exilios... ¿Por qué no vamos
a creer que nuestros refugiados están hoy en Babilonia, o en Egipto? Lo que
pasó entonces, pasa ahora, está pasando, y pasará. El mismo Dios que se reveló
ayer como el Dios vivo sigue revelándose hoy, en una Palabra inédita,
permanentemente renovada en la historia...
"centroamericanidad
"
Uno de los desafíos
más grandes que me parece debemos cultivar aquí en Centroamérica es
precisamente éste de la centroamericanidad". Miren, si el Imperio ve a
Centroamérica como una realidad única geopolíticamente hablando, me parece
importante que los centroamericanos la vean también como una realidad única, en
simultaneidad política, geopolítica, económica, humana, cultural, eclesial...
Y me parece también
muy importante que fuera de Centroamérica las demás Iglesias también veamos a
Centroamérica como una única realidad.
viajar en bus
En varias ocasiones me
han dicho: ¿cómo es que viaja usted en bus?, ¿cómo no se protege (de no sé
qué)?, ¿y cómo es que tiene usted la casa abierta? Y digo yo: bueno, ¿y el
pueblo, cómo la tiene?, ¿y el pueblo, cómo viaja?
En una ocasión Dom
Hélder Cámara se lo dijo a un Papa: "Santo Padre, salga del Vaticano,
salga; será un testimonio". Y parece que el Papa y otros de los
dicasterios le decían: "Pero, Dom Hélder, vea, el problema es de
seguridad". Dom Helder respondió: "Bueno, pues miren, asuman la
inseguridad".
Por añadidura del
"ciento por uno evangélico", a mí concretamente me ha salvado la vida
muchas veces el hecho de ir en bus, el mezclarme con el pueblo en el bus. Hay
varios obispos latinoamericanos que han sido asesinados en sus carros
particulares. En Perú cuatro últimamente: uno cada año. Hay indicios de que han
sido asesinados. Supuestos "accidentes".
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