Beato Guillermo Andleby | |||||||||||||
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Beatos Guillermo Andleby, Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp,mártires
En York, también en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Andleby, presbítero, y Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp, seglares, que durante la misma persecución fueron condenados a la pena capital por su fidelidad a la Iglesia católica y, tras pasar por crueles suplicios, volaron al Cielo, donde recibieron el premio eterno.
El 4 DE de julio de 1597 fueron ejecutados en York el sacerdote diocesano Guillermo Andleby y los laicos Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthrop. Guillermo Andleby (o Anlaby) nació en Eaton, cerca de Beverley. Fue educado en el protestantismo, en el Colegio de San Juan de la Universidad de Cambridge. Hacia los veinticinco años de edad, cuando se dirigía a Flandes a luchar contra los españoles, se entrevistó en Douai con el doctor Alien, rector del seminario. En cuarenta y ocho horas, las palabras y exhortaciones del doctor Alien produjeron tan honda impresión en el joven que hasta entonces era el adversario de la Iglesia católica, que no sólo se convirtió sino que ingresó en el seminario de Douai. Ahí fue ordenado sacerdote en 1577. Volvió a Inglaterra y durante veinte años trabajó en Yorkshire y Lincolnshire. Junto con el Venerable Tomás Atkinson, se las arregló para superar todas las dificultades, enfrentar los peligros y atender a los prisioneros católicos en el castillo de Hull.
Finalmente, fue arrestado y se le condenó a morir ahorcado, con arrastre y descuartizamiento, por ser sacerdote. La misma pena se aplicó a Eduardo Fulthrop, originario de Yorkshire, por haberse reconciliado con la iglesia. Tomás Warcop fue condenado a la horca por haber hospedado al P. Guillermo. Enrique Abbot, nativo de Holden, fue condenado a la misma pena por proselitismo. Un pastor protestante, que estaba preso en el castillo de York por algún delito, fingió que quería abjurar de la herejía para congraciarse con los otros prisioneros católicos, quienes le dijeron que Enrique Abbot podría indicarle el sitio de residencia de algún sacerdote católico. En efecto, a petición del pastor, Enrique Abbot trató de ponerle en comunicación con algún sacerdote. Entonces el traidor, para congraciarse con las autoridades, denunció a Abbot y a sus antiguos compañeros de prisión, los beatos Jorge Errington, Guillermo Knight y Guillermo Gibson quienes fueron finalmente ejecutados el 29 de noviembre anterior al de los mártires que nos ocupan.
Véase Challoner, Memoirs of Missionary Priest, pp. 231-232.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Beato Pedro Kibe Kasui![]()
En Edo (Tokio), beato Pedro Kibe Kasui, presbítero de la Compañía de Jesús, mártir.
Constan con precisión los datos más importantes de la vida de este mártir japonés, que encabeza la lista de los 188 mártires de la evangelización del Japón beatificados junto con él en Nagasaki, el 24 de noviembre de 2008.
De joven era catequista y, con un grupo de catequistas también japoneses, acompañó en el exilio a los jesuitas hacia Macao, cuando estos fueron desterrados (1614). Debido a las circunstancias del momento, y a la opinión de algunos misioneros, no se permitía ordenar sacerdotes a jóvenes japoneses. Los catequistas se fueron dispersando: algunos volvieron al Japón para continuar como catequistas; cinco de ellos ya han sido beatificados como mártires de Nagasaki; otros marcharon a Manila para ingresar en los dominicos o en los agustinos.
Pedro, que en 1606 había hecho el voto privado de ingresar en la Compañía, por amor a su vocación y junto con otros compañeros, todos aconsejados por algunos superiores, emprendió el viaje a Roma, en medio de grandes dificultades, siguiendo la ruta de la seda, por Persia, Goa, Jerusalén. En Roma estudió teología, se ordenó sacerdote y entró en la Compañía como novicio. Continuó el noviciado en Portugal, donde hizo la profesión religiosa. Reemprendió el viaje, con otros veintitrés misioneros, hacia el Japón, viaje que duró seis años, en medio de dificultades, enfermedades, naufragios, para entrar en su patria el año 1630. Misionó en la clandestinidad primero en Nagasaki, hasta 1633, y luego pasó a las regiones del norte, Oshu y Dewa.
En 1638 fue apresado, con algunos de sus catequistas, en el reino de Sendai y luego llevado a Edo (Tokio) donde fue interrogado por el gran perseguidor, el shôgun Tokugawa Yemitsu, quien cerraría las puertas del Japón al resto del mundo. Un apóstata, el padre Ferreira, intentó hacerles apostatar, pero Pedro animó a todos a la perseverancia en la fe. Después de diversos tormentos, fue martirizado en la «horca y fosa» y quemado a fuego lento, en Edo, en julio de 1639, juntamente con dos de sus catequistas, a quienes el padre Pedro exhortó a perseverar en la fe, hasta que a él, para reducirlo al silencio, le acabaron de matar; tenía cincuenta y dos años.
Fragmento de la presentación realizada por monseñor Juan Esquerda Bifet, OR, edición en lengua española, 28 de noviembre de 2008, p. 10.
fuente: «L`Osservatore Romano»
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sábado, 4 de julio de 2015
Beatos Guillermo Andleby, Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo - Beato Pedro Kibe Kasui - San Antonio Daniel - Beata Catalina Jarrige 04072015
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