Beato Antonio Chevrier | |
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Beato Antonio Chevrier, presbítero y fundador
En Lyon, en Francia, beato Antonio Chevrier, presbítero, que instituyó la Obra de la Providencia del Prado, para preparar sacerdotes destinados a enseñar la doctrina cristiana a jóvenes pobres.
Apóstol, esto es lo que quiso ser el padre Chevrier cuando se preparaba al sacerdocio. «Jesucristo es el Enviado del Padre; el sacerdote es el enviado de Jesucristo». Los pobres mismos avivaron en el padre Chevrier el deseo de evangelizarlos. Pero fue Jesucristo quien lo «captó». La meditación ante el belén en la Navidad de 1856 lo transformó de una manera especial. Desde entonces tratará siempre de conocerle mejor, de ser su discípulo, de conformarse a Él, para mejor anunciarlo a los pobres. Él revive especialmente la experiencia del Apóstol Pablo, cuyo testimonio acabáis de oír: «Pero lo que tenía por ganancia lo considero ahora por Cristo como pérdida, y aun todo lo tengo por pérdida a causa del sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor» (Flp 3,7-8). ¡Qué radicalismo en estas palabras! He aquí lo que caracteriza al apóstol. En Cristo, «participando en sus sufrimientos» y «experimentando la fuerza de su resurrección», él encuentra la «justicia divina ofrecida a la humanidad pecadora, ofrecida a cada hombre como don de la justificación y de la reconciliación con el Dios infinitamente santo».
El apóstol es, pues, un hombre «captado por Cristo Jesús».
El apóstol tiene la confianza absoluta de que, «conformándose a Cristo en su muerte, podrá llegar él también a resucitar de entre los muertos» (cf. Flp 3,11).
Él es también el hombre de una esperanza escatológica que se traduce en la esperanza de cada día, en un programa de vida cotidiana, a través del ministerio de salvación que él ejerce para los demás.
El padre Chevrier trata de alcanzar con todas sus fuerzas este conocimiento de Jesucristo, para mejor captar a Cristo, como él había sido captado por Él. Medita sin cesar el Evangelio; escribe miles de páginas de comentarios para ayudar a sus amigos a ser ellos mismos verdaderos discípulos. Él mismo trata de reproducir la vida de Cristo en su propia vida. «Nosotros debemos representar a Jesucristo pobre en su pesebre, Jesucristo sufriente en su pasión, Jesucristo que se deja comer en la santa Eucaristía» (Le veritable disciple [=V.D.], Lión 1968, pág. 101). Y más aún: «El conocimiento de Jesucristo es la clave de todo. Conocer a Dios y a su Cristo eso lo es todo para el hombre, todo para el sacerdote, todo para el santo» (Carta a sus seminaristas, 1875). He aquí la oración que culmina su meditación: «¡Oh Verbo! ¡Oh Cristo! ¡Qué bello sois! ¡Qué grande eres!... Haz que yo te conozca y te ame, Tú eres mi Señor, y mi solo y único Maestro» (V.D., pág. 108). Tal conocimiento es una gracia del Espíritu Santo.
Desde ese momento el padre Chevrier está completamente disponible para la obra de Cristo: «Conocer a Jesucristo, trabajar por Jesucristo, morir por Jesucristo» (Cartas, pág. 89). «Señor, si tenéis necesidad de un pobre..., de un loco, aquí estoy..., para hacer vuestra voluntad. Estoy contigo. Tuus sum ego» (V.D., pág. 122).
Datos biográficos (tomados de franciscanos.org):
El P. Antoine Chevrier nació en 1826 de una familia humilde. Entró en el seminario de Lión y fue ordenado sacerdote en 1850. Inmediatamente fue destinado como vicario de Saint-André de la Guillotière, barriada de Lión. En Navidad de 1856, año de las catastróficas inundaciones de Lión, el P. Chevrier sintió la llamada a compartir la situación de los desheredados. En 1857 se hizo capellán de la «Ciudad del Niño Jesús», fundada por el seglar Camille Rambaud, ministerio que ejerce en la mayor pobreza junto con diversos colaboradores. En 1860 alquila un salón de baile de mala fama, llamado del Prado, donde establece la «Providencia del Prado», alojamiento para niños y adolescentes pobres, que reciben asistencia material y educación cristiana. En 1867 es nombrado párroco de Moulin-à-Vent, a 3 kilómetros de Prado, pero sigue viviendo en Prado. Exonerado de la parroquia en 1871, se ocupa de la formación de sacerdotes pobres, que se dedicarán a evangelizar a los pobres. Los cuatro primeros que terminaron sus estudios en Roma, recibieron la ordenación sacerdotal en 1877, regresaron a Prado y formaron el primer núcleo del futuro Instituto. El P. Chevrier murió en Prado el 2 de octubre de 1879. Pocos meses antes había presentado su dimisión y el P. Duret había pasado a ser el nuevo superior del Prado. Actualmente la familia del Prado está constituida por sacerdotes (más de mil en 1986), religiosas, hermanos y seglares.
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Beato Francisco Carceller Galindo


Beatos Francisco Carceller Galindo e Isidoro Bover Oliver, presbíteros y mártires
En el municipio de Castellón de la Plana, en la provincia del mismo nombre de la Región Valenciana, en España, beatos Francisco Carceller Galindo, de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, e Isidoro Boyer Oliver, de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, presbíteros y mártires, que, durante la persecución religiosa, fueron fusilados junto al muro del cementerio por quienes odiaban el sacerdocio, y consumaron así su martirio.
El 2 de octubre de 1936 fueron llevados al cementerio de Castellón de la Plana, Comunidad Valenciana, estos dos mártires y allí, ante las tapias, fueron fusilados, exclusivamente por su condición de sacerdotes. Juan Pablo II los beatificó el 1 de octubre de 1995 en el grupo de 13 escolapios y 9 sacerdotes operarios diocesanos martirizados en diversos días y en varios lugares en 1936.
Francisco Carceller Galindo había nacido en Forcall, en la diócesis de Tortosa, provincia de Castellón, el 3 de octubre de 1901 en el seno de una familia muy religiosa. Dos hermanos suyos fueron religiosos agustinos, otros dos fueron escolapios y una hermana fue religiosa dominica. Desde pequeño tuvo mal una pierna y terminó quedándose rígida. Ingresó en la Orden de las Escuelas Pías, y tras hacer la profesión religiosa temporal (10 de agosto de 1919) y la perpetua (8 de diciembre de 1922), y los pertinentes estudios, fue ordenado sacerdote en septiembre de 1925. Su nombre en religión era Francisco de Nuestra Señora de Lourdes. Destinado a varios colegios escolapios de Barcelona: el de San Antón, de 1924 a 1930; y el de Nuestra Señora, de 1930 a 1936, se entregó por completo al ideal de su Orden de transmitir a los jóvenes la piedad y la cultura y fue muy estimado por los alumnos, que comprendían su gran talla como hombre y como sacerdote. Cuando llegó la revolución, estaba en Forcalla con su familia, supo que lo buscaban, se negó a esconderse y afirmó que la mayor gracia que podía Dios hacerle era la del martirio. Era el 29 de agosto y se despidió con entereza de sus padres y familiares. Llevado a la cárcel de Castellón, permaneció allí hasta el día de su martirio.
Isidoro Bover Oliver nació el 4 de mayo de 1890 en Vinarós, también en la provincia de Castellón, hijo de una familia muy religiosa. Fue hermano suyo el jesuita P. José María Bover, célebre por sus trabajos bíblicos. Isidoro pasó su infancia con su tío, el párroco de Benicasim. Ingresó con diez años en el colegio de San José, de Tortosa, y se integró en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Dlocesanos el 12 de agosto de 1910. Estudió teología en Tarragona mientras era prefecto de filósofos. Fue ordenado sacerdote en Vinarós el 8 de septiembre de 1912. Seguidamente fue destinado a México, al seminario de Cuernavaca, trasladado luego a Tacubaya. Expulsado de México, como los demás operarios, en octubre de 1924, es destinado a Tortosa, donde estuvo de prefecto hasta 1934 y luego como director espiritual hasta su muerte, escribiendo mientras tanto mucho en las revistas de su Hermandad y dirigiendo «El Correo Josefino». En 1928 se doctoro en teología. Llegada la revolución de 1936 marchó a su pueblo el 22 de julio, donde fue arrestado y llevado a la cárcel de Castellón, donde permaneció hasta el martirio.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
Beato Szilárd István Bogdánffy | |
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En Nagyenyed, beato Szilárd István Bogdánffy, obispo de Oradea Mare de los Latinos, y mártir, asesinado por odio a la fe bajo el régimen comunista.
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