viernes, 23 de octubre de 2015

Beato Leonardo Olivera Buera - Beatos Ambrosio León Lorente Vicente y dos compañeros - San Guido María Conforti 23102015

Beato Leonardo Olivera Buera

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Beato Leonardo Olivera Buera, presbítero y mártir
En la localidad de El Saler, de la provincia de Valencia, también en España, beato Leonardo Olivera Buera, presbítero y mártir, que en la misma persecución religiosa alcanzó el premio eterno al imitar la pasión de Cristo.
Nació en Campo, Huesca, el 6 de marzo de 1889. Fue ordenado sacerdote el 17 de junio de 1916 y nombrado Párroco de Movera, en Puente Gallego, Zaragoza. Desde los primeros años de su ministerio sacerdotal, entró en contacto con los Hermanos de La Salle. Por esta razón, fue designado Capellán del Colegio de la Bonanova. Los hermanos que lo conocieron afirman que era un sacerdote estudioso, prudente y sabio. De palabra convincente y fervorosa, trabajó esmeradamente con los jóvenes que manifestaban ideales de vida religiosa. Cuando el 9 de julio el colegio fue tomado por los milicianos, se encontraba en su habitación. Al abrir la puerta, en vez de un joven, como era costumbre, se encontró frente a un grupo de revolucionarios. Al verle vestido con su sotana, uno de los milicianos le disparó un tiro de pistola, hiriéndole en el brazo. Estuvo unos días en el hospital y cuando fue dado de alta, se dirigió a Valencia, donde tenía una hermana. Sin embargo, el 22 de septiembre de 1936 fue identificado como sacerdote, arrestado y trasladado a la localidad de Saler, en donde fue fusilado el 23 de octubre. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001, en la ceremonia de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia.
fuente: Hermanos de las Escuelas Cristianas - La Salle


Leonardo Olivera Buera, Beato
Leonardo Olivera Buera, Beato

Mártir, 23 Octubre


Por: Joaquín Abarca Olivera | Fuente: Aceasesores.es/sagradafamilia/ 



Es en brevedad la vida de un hombre que vivió siempre al servicio de los demás. Sacerdote ejemplar, dedicado íntegramente a su ministerio, pasó por esta vida haciendo el bien y esto lo atestigua uno de sus beneficiarios, yo, hijo de una hermana suya, que al quedar huérfano de padre, nos acogió en su casa a mi madre y a mi. A los cuatro años fallece mi madre, al poco tiempo mi abuela materna que vivía con nosotros y quedé solo con él.

Diez años viví en su compañía siendo testigo de su grandeza de alma, de su bondad para con todos, de su vida austera y de su trabajo intenso, de su labor callada como apóstol del Evangelio.

Se levantaba todavía de noche para rezar sus oraciones diarias, luego permanecía en su despacho hasta la hora de la Santa Misa y de las Confesiones. Por la tarde permanecía asiduamente en su despacho recibiendo visitas de alumnos, ex alumnos, hermanos de la comunidad, siendo raro el día que no terminase su labor a las 10 u 11 de la noche.

Mi máxima ilusión consistía en poder salir a pasear con él por el paseo de la Bonanova en los días de fiesta y dialogar con él. Cierta tarde me dijo en uno de estos paseos (yo tendría aproximadamente nueve años): "Mira Joaquín... ¿Sabes cuál sería mi máxima ilusión en esta vida? , pues sería la de darla por Jesucristo, siendo mártir, dando la vida por El".

Aquellas palabras quedaron grabadas en mi corazón y fueron como una premonición de lo que ocurriría año y pico más tarde.

En la tarde del 23 de Octubre de 1.936, llegan a casa de su hermana Aurelia en Valencia (donde nos habíamos refugiado mi tío y yo), tres hombres con fusil. Preguntan por él y se manifiesta sacerdote de Jesucristo elevando sus ojos al cielo. Se lo llevan y entre mofas e insultos es asesinado a tiros camino del Saler. Su cuerpo y su rostro quedan acribillados a balazos, pero su alma Santa sube al cielo para ocupar un puesto junto a Jesucristo al que tanto había amado en vida.

Ha sido beatificado en Roma y si yo como testigo de su vida, tuviera nuevamente de manifestar quién fue él; diría que fue un alma que pasó por este mundo haciendo el bien, viviendo humildemente, siendo el paño de lágrimas de toda la familia y de cuantos necesitaron de su consejo.

En fin, fue un sacerdote católico que vivió para el Evangelio y para ser testigo de Jesucristo aquí en la tierra.

Estoy convencido que desde el cielo intercederá por nosotros y que se cumplirá lo que un día dijo Tertuliano: "La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos".



Beato Ambrosio León Lorente Vicente

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Beatos Ambrosio León Lorente Vicente y dos compañeros, religiosos mártires
En la aldea de Benimaclet, también en la región valenciana, en España, beatos Ambrosio León (Pedro) Lorente Vicente, Florencio Martín (Álvaro) Ibáñez Lázaro y Honorato (Andrés) Zorraquino Herrero, religiosos del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y mártires, que durante la misma persecución derramaron su sangre por Cristo.
Ambrosio León (Pedro Lorente Vicente) nació en Ojos Negros, Teruel, el 7 de enero de 1914. Fue bautizado el día 11 del mismo mes. Entró primero en el Aspirantado de Monreal del Campo y luego, el 7 de noviembre del 1925 en el Aspirantado de Cambrils. Tomó el hábito el primero de febrero del 1930. Destinado en 1932 a la escuela de Nuestra Señora del Carmelo de Bonanova, demostró ser un profesor competente, amado y estimado por los alumnos. En el 1936 los milicianos irrumpieron en la escuela y lo obligaron, junto con sus cohermanos, a abandonar la comunidad. Habiéndose refugiado en Valencia con los Hermanos Honorato Andrés y Florencio Martín, fue descubierto como religioso, encarcelado, luego procesado sumariamente y ajusticiado.Florencio Martín (Álvaro Ibáñez Lázaro) nació en Godos, Teruel el 12 de junio de 1913. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizado. Entró en el Aspirantado de Cambrils el 10 de noviembre del 1927. Tomó el Hábito en el Noviciado en la misma casa el 14 de agosto del 1929. Inició su apostolado en la escuela de la Barceloneta, en febrero del 1932. En el verano de 1933, pasó a la comunidad de la Bonanova, donde lo sorprendió la persecución religiosa. Bueno y optimista por naturaleza, de carácter simpático y cordial. A esas cualidades se unían dotes para el arte y el canto. En julio de 1936, cuando la comunidad se dispersó, en compañía de los Hermanos Honorato Andrés y Ambrosio León, primeramente recorrieron diversos lugares en Barcelona, luego decidieron regresar a su tierra natal. Durante el viaje, en una parada en Valencia, fue capturado y ajusticiado.Honorato (Andrés Zorraquino Herrero) nació en Bañón, Teruel, el 18 de abril de 1908. El 27 de julio entró al Aspirantado de Cambrils y el 15 de agosto del 1924 tomó el hábito en el Noviciado de Hosarlets de Llers. Terminada su formación pedagógica y religiosa en el Escolasticado de Cambrils, inició su apostolado en Tortosa y sucesivamente en Gracia y en el Colegio de Nuestra Señora de la Bonanova en Barcelona. De carácter serio y reflexivo, se mostró siempre amable con sus Hermanos y alumnos, sencillo y competente en su trabajo de educador. En julio de 1936, el Hermano Honorato sufrió la misma suerte de la comunidad: el 19 de abril tuvo que abandonarla y refugiarse donde pudo. Con los Hermanos Florencio Martín y Ambrosio León, se puso de acuerdo para volver a su tierra: Aragón. Ello significaba pasar por Valencia. Iniciaron el viaje a pie y a la llegada a Valencia se dieron cuenta que no era posible continuar hacia Aragón. Se hospedaron en casa de una caritativa señora. Después de algunos días, fueron descubiertos y reconocidos como religiosos. Esto fue suficiente para decretar su condena a muerte.

Fueron beatificados por SS Juan Pablo II, el 11 de marzo de 2001, en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia. La memoria se celebra, en la Concregación, el 22 de septiembre, junto con los beatos hermanos Bertrán Francisco, y Elías Julián.

De «Santos, beatos y venerables lasalianos de ayer y de mañana», págs 45-47, pdf publicado en el web de la Congregación.
fuente: Hermanos de las Escuelas Cristianas - La Salle

San Guido María Conforti

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En Parma, de Italia, San  Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier.
El Beato Guido María Conforti nació el 30 de Marzo de 1865 en Ravadase, pueblecito de la provincia de Parma (Italia). Siendo aún muy joven, contemplando la imagen de un Crucifijo, descubrió el Amor de Dios y la necesidad de comunicarlo a todos. Más tarde, leyendo la vida de S. Francisco Javier, sintió que en el misionero navarro estaba resumido el ideal de vida que había descubierto en el rostro de Cristo en la Cruz.

Decidió así dedicar toda su vida a "la más noble de las causas": anunciar, como Javier, el Evangelio hasta los confines de la tierra . El 3 de Diciembre de 1895, Guido fundó una familia misionera: los Misioneros Javerianos, dedicados exclusivamente a llevar la noticia del amor de Dios a quienes aún no lo conocen.

Llamado a ser obispo, Conforti trabajó para que toda la Iglesia viviese la urgencia de la Misión.

Quiso que su diócesis fuese misionera, fue Obispo de Parma y misionero del mundo. El 5 de Noviembre de 1931, Guido María Conforti entregó su vida de pastor y misionero en las manos del Padre. El 17 de marzo de 1996 el Santo Padre, Juan Pablo II, declaró beato a Guido María Conforti, "modelo de pastor y misionero".

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