domingo, 3 de abril de 2016

San Juan Brittos - Beato Diego Oddi - San Urbicio Clermont - Santa Engracia Zaragoza (3 de abril)

San Juan Brittos

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Siendo muy joven, pidió ser admitido en la Comunidad de los Padres Jesuitas. En los estudios del seminario brilló por su gran inteligencia y por su dedicación total a la preparación para el sacerdocio, y luego de su ordenación, recibió del rey y, de muy altas personalidades, la petición de quedarse en Portugal.
Sin embargo, el santo deseando imitar a San Francisco Javier pidió y obtuvo ser enviado como misionero a la India, y con 16 compañeros emprendió el larguísimo viaje por mar.    Desde 1673 hasta 1693, por veinte años estuvo misionando incansablemente en la India. Y fue tanto el entusiasmo con el cual se dedicó a las actividades misioneras que lo nombraron superior de las Misiones de la India.    Logró ganarse la simpatía de todas las clases sociales, y obtuvo notables éxitos espirituales en toda clase de personas.
Los sacerdotes paganos de estas tierras eran muy fanáticos y atacaban sin piedad a San Juan y a sus cristianos; muchas veces lo echaron a la cárcel y le hicieron padecer feroces torturas.     El 4 de febrero de 1693 un gran gentío se reunió para ver la ejecución del santo misionero, a quien se le acusaba de enseñar doctrinas que no eran las de los sacerdotes de los dioses de ese país. El gobernador estuvo varias horas demorando la sentencia porque sentía miedo de ordenar semejante crimen. Pero al fin movido por los fanáticos enemigos del cristianismo mandó que le cortaran la cabeza.






Beato Diego Oddi

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Beato Diego Oddi, religioso
En la localidad de Bellegra, en los alrededores de Roma, beato Diego (José) Oddi, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, eximio por su vida de oración y su sencillez.
Es una bella y simpática figura de humilde Hermano Menor que, en el pesado quehacer cotidiano o en la petición de limosna ejercida como una continua predicación por cerca de 48 años, dio un espléndido testimonio de fidelidad al Señor. Auténtico contemplativo itinerante, fray Diego centró su alta y sencilla espiritualidad en una robusta piedad cristológica y mariana. La misma simplicidad de sus modales escondía un vigoroso y constante encuentro con Dios a quien él supo descubrir en los hermanos, especialmente los más pobres y necesitados. Esto explica también cómo una verdadera multitud de toda clase y condición social desease encontrarse con él, y cómo de él «hombre todo de Dios», se difundieron paz y serenidad capaces de resucitar en el corazón de muchos la alegría y la esperanza.

Nacido en Vallinfreda, provincia de Roma, diócesis de Tívoli, el 6 de junio de 1839, hijo de Vicenzo Oddi y Bernardina Pasquali, pobres campesinos pero fervientes cristianos («los únicos devotos», los llamaban los campesinos), recibió en el bautismo el nombre de José. Sabía poco leer y poco escribir, pero era el primero en el estudio de la doctrina cristiana. Bien pronto sintió la vocación a la vida religiosa franciscana; pero ante la oposición de sus padres, que tenían necesidad de su único hijo varón por las penurias familiares, José renunció a entrar en el convento. En Bellegra, en 1872, finalmente, a los 33 años fue recibido como «Terciario Oblato». En 1877 los frailes fueron expulsados de su querido «Retiro» y forzados a vivir en casa de algunos bienhechores. Pero Fray José continuó ocupánddose del cuidado del huerto del convento, que había sido confiado a un amigo de los frailes. Con el regreso de los frailes a su convento (1878) y la subsiguiente reapertura del noviciado (1884), fray José fue admitido a la prueba canónica (12 de febrero de 1884), tomando también el nuevo nombre religioso de fray Diego. Hecha la primera profesión el 14 de febrero de 1886 y la solemne el 16 de mayo de 1889, permanecerá en el Retiro de Bellegra, célebre por también por otros santos, como el fundador, santo Tomás de Cori, san Teófilo de Corte, el venerable Franceschino da Ghisoni y el beato Mariano da Roccacasale. Permaneció allí hasta el día de su muerte, ocupándose primero del cuidado del bosque y del huerto y luego ejerciendo el oficio de «limosnero» hasta los últimos años de su vida. Fue verdadero ángel de consuelo para toda la vasta zona del Sublacense, del Tiburtino, del Carseolano y del Veliterno.

Apóstol del buen ejemplo y verdadero testigo de la caridad de Cristo, rodeado de universal fama de santidad. Digno sucesor de los santos que habitaron el sacro Retiro de Bellegra, fray Diego fue perfecto imitador del Seráfico Padre particularmente en la penitencia, en la humildad y en el espíritu de oración, al cual consagraba muchas horas del día y de la noche. Cantando las alabanzas a María y en espíritu de obediencia al Guardián, fray Diego se durmió en la paz de los justos el 3 de junio de 1919. Entre los admiradores de fray Diego y de su estupenda simplicidad podemos enumerar al Papa Juan XXIII quien fue a visitar el Retiro y los recuerdos de fray Diego en 1959 y, feliz coincidencia, pasó a la patria eterna el mismo día que nuestrpo beato: el 3 de junio de 1963. Los restos mortales del querido apóstol «itinerante» son guardados con viva piedad en su querido Retiro de Bellegra, meta de numerosas peregrinaciones. Beatificado por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 1999.
fuente: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.


Oremos

Proclamamos, Señor, tu poder y humildemente te pedimos que, así como concediste a San Juan Brittos ser fiel imitador de la pasión de Cristo, así nos otorgues a nosotros que la fortaleza que manifestó en su martirio sea sostén de nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.






San Urbicio Clermont

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San Urbicio, obispo de Clermont, Auvernia, s. I.




Santa Engracia Zaragoza

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En el tiempo de Cristo, Zaragoza era una rica villa romana. Después de la tolerancia con que trataban a los cristianos durante el mandato de Galileo (202A.D.), su sucesor, el emperador Diocleciano (285-305A.D.), en sucesivos decretos, ordenó persecuciones generales contra ellos en todo el mundo romano.


En España los mártires comenzaron a caer en Gerona y terminaron en Zaragoza. El historiador Prudencio recogió muchos de sus nombres poco antes del 400 A.D.
    En Zaragoza murieron por Jesucristo Santa Engracia y sus dieciocho compañeros: Lupercio (su tío), Optato, Suceso, Marcial, Urbano, Julio, Quintiliano, Publio, Frontonio, Félix, Ceciliano, Evencio, Primitivo, Apodemio, Matutino, Casiano, Fausto y Januario.

La Roma que se jactaba de ser la creadora del derecho y la defensora de la justicia se mancha con sangre inocente. 
Además de Santa Engracia y sus compañeros, los mártires aquí enterrados incluyen a Luperto y Lamberto cerca de sus urnas se conservan las "Santas Masas" para designar a una multitud de mártires cuyos nombres se desconocen.

Santa Engracia -patrona de Zaragoza- y sus compañeros fueron al martirio en el año 303. Era ella una noble joven que visitaba a Zaragoza procedente de otras tierras. Por su fidelidad a Cristo sufrió grandes torturas. La azotaron asida a una columna, fue arrastrada por la ciudad atada a la cola de un caballo y por fin le hincaron un garfio de hierro en la frente. El cuerpo de la Santa fue sepultado honrosamente en una urna de mármol y los dieciocho compañeros fueron puestos en un sepulcro contiguo.

Junto a la basílica que se construyó en este lugar para honrar a los mártires, se fundó un monasterio en el 592 A.D.  Aquí estudió San Eugenio y San Braulio fundó su "escuela episcopal".

El rey de Aragón, Juan II agradeció a la santa por su exitosa operación de cataratas y como agradecimiento construyó el Monasterio de Santa María de las Santas Masas.

Esta es la segunda iglesia de Zaragoza, después de la Basílica del Pilar.  En ella se conservó el culto a pesar de la dominación musulmana.  En 1389, al excavar una zanja, se descubrieron nuevamente  los sagrados enterramientos con los restos de los santos mencionados y muchos otros.

Los ejércitos de Napoleón invadieron desde Francia causando la destrucción del monasterio pero no pudo destruir la veneración a los mártires que siguen victoriosos su misión de ser testigos ejemplares de la vida cristiana. La actual iglesia sobre la cripta es del 1899.





Estos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya no los molestará el sol ni el calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos. Ap 7, 14-17



Oración
Padre todopoderoso, por gracia tuya la fuerza se realiza en la debilidad; por eso te pedimos que a cuantos celebramos el triunfo de tus mártires, Santa Engracia y sus compañeros, nos concedas el don de fortaleza con el que ellos salieron victoriosos en el martirio, y que como ellos seamos tus testigos ante el mundo. Amén.



Calendario de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de Sichem (474)

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