Beatos Jorge Nichols, Ricardo Yaxley, Tomás Belson y Hunfredo Pritchard, mártires
fecha: 5 de julio
†: 1589 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Juan Pablo II 22 nov 1987
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
†: 1589 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Juan Pablo II 22 nov 1987
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Oxford, ciudad de Inglaterra, beatos
Jorge Nichols y Ricardo Yaxley, presbíteros, Tomás Belson, que se preparaba
para el sacerdocio, y Hunfredo Pritchard, todos los cuales, también en tiempo
de la misma reina Isabel I, por haber entrado el primero en Inglaterra como
sacerdote, y los otros por colaborar con él, fueron condenados a muerte y
sufrieron el suplicio en el patíbulo.

El día 5 de julio de 1589 en la ciudad de
Oxford fueron martirizados a causa de su fe católica dos sacerdotes, condenados
a muerte por serlo, y dos seglares, condenados por haber ayudado a los
sacerdotes. Los cuatro habían sido localizados juntos en la misma casa, una
fonda propiedad de una viuda católica. Fueron arrestados, llevados a la cárcel,
encadenados, juzgados y condenados como traidores. Según la práctica haabitual,
fueron ahorcados, luego destripados y descuartizados.
Jorge Nichols era natural de
Oxford y se sabe que estudió en el Brasenose College, y que en 1581, deseando
ser sacerdote, marchó a Reims en cuyo colegio inglés hizo los estudios y fue
ordenado sacerdote por el cardenal Guisa, el 24 de septiembre de 1583. Un año
más tarde volvía a Inglaterra y se le asignaba, como sitio de apostolado, su
propia ciudad de Oxford y sus entornos. Pudo hacer, a lo largo de seis años, un
sustancioso apostolado, logrando reconciliar muchas personas con la Iglesia.
Era hombre de mucha virtud, agrado y cultura, cualidades que puso al servicio
de la misión católica.
Ricardo Yaxley o Jaxly pertenecía
a una familia del Suffolk. Había nacido en Boston, Lincolnshire, probablemente
el año 1560. Marchó a estudiar a Reims, donde se ordenó sacerdote el 21 de
septiembre de 1585 y cuatro meses después volvía a Inglaterra con otros tres
sacerdotes. Se unió a su antiguo compañero de estudios, Roberto Dibdale, y
posteriormente se asoció al P. Nichols en su misión de Oxford, aunque no se ha
determinado la fecha asociaron su apostolado, o quizás el motivo de estar con
él en la misma posada era que había ido a verle por asuntos de dirección
espiritual.
Tomás Belson era natural de
Brill, junto a Ayslebury. Había sido seminarista en Reims, cuyo colegio dejó el
año 1584. Estaba en la posada de Oxford para ver al P. Nichols, que era su
confesor.
Hunfredo Pritchard era galés y
vivía en Oxford; era criado de Catalina Welsh, la viuda católica dueña de la
fonda en donde los cuatro fueron arrestados. Era un alma simple y honesta que
durante doce años había prestado los más eficaces servicios a los católicos
perseguidos.
El arresto se produjo a media noche, sin
duda porque alguien avisó a la autoridad de la presencia de varios sacerdotes.
Los tres huéspedes y el criado fueron arrestados -también lo fue la dueña del
hostal pero no fue sometida a juicio- y llevados ante el vicecanciller, ante
quien reconocieron que eran católicos. Él preguntó si había algún sacerdote
entre ellos. El P. Nichols se presentó como tal y tuvo lugar seguidamente una
discusión religiosa con el vicecanciller hasta que éste, dialécticamente
acorralado, prefirió concluir. Enviados los sacerdotes a una cárcel y los seglares
a otra y encadenados en ellas, un grupo de teólogos protestantes vino a
dialogar con ellos e intentar su paso al protestantismo. La controversia, que
se basó sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía, tuvo lugar en
público, delante de mucha gente, y el P. Nichols mostró sus dotes como
polemista, y pareció más adecuado concluirla. El vicecanciller los interrogó de
nuevo y quiso sacar de ellos con quiénes habían tratado. Pero mantuvieron su
confesión católica con firmeza y no delataron a nadie.
Fueron llevados a Londres y presentados a
Walsingham, quien les dijo que no sólo eran traidores sino perturbadores del
orden público en el país, a lo que ellos replicaron que difundir el evangelio
no podía ser calificado de desorden ni sedición. Fueron torturados con la
intención de averiguar los nombres de las otras personas católicas, pero
ninguno de ellos dijo nada. Entonces, fueron reenviados a Oxford para ser
juzgados y condenados. Les acompañó sir Francis Knolly, del Consejo Privado,
para intimidar con su presencia al jurado. El juicio tuvo lugar en el castillo
de Oxford. Los cuatro, al oír la sentencia de muerte, dieron gracias a Dios y
se abrazaron entre sí. Un ministro protestante le dijo a Hunfredo que era un
pobre ignorante y que no sabía qué era ser católico. El dijo que sí lo sabía
aunque no fuera capaz de explicarlo.
Para la ejecución pública concurrió mucha
gente. Escarmentados de la capacidad del P. Nichols para explicar su fe
católica, no se le dio permiso para hablar antes de ser ejecutado. Lo fue en
primer lugar. Una vez ahorcado lo bajaron y el P. Yaxley se dirigió hacia el
cadáver, lo abrazó y le dio gracias en público por haberlo guiado en el
ministerio y haber sido para él un verdadero padre espiritual, y se encomendó a
él en aquella hora tremenda. La conducta del joven sacerdote impresionó
vivamente a la multitud. Seguidamente fue ahorcado, y al ser bajado, el
siguiente mártir besó su cuerpo y se encomendó a él. Era Belson, que mostró en
aquella hora una gran fortaleza y serenidad. Por último subió al patíbulo
Pritchard con rostro sonriente y dijo a los presentes que los ponía como
testigos de que no moría por otra cosa que por su fe católica. Las cabezas de
los cuatro mártires fueron expuestas en el castillo de Oxford, mostrando serenidad
y compostura en sus rostros, tanto que se mandó fueran expuestas en sitio menos
público. Fueron beatificados el 22 de noviembre de 1987.
Bula de beatificación en AAS 79 (1987),
pág. 607ss.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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