San Juan Nepomuceno, presbítero y mártir
fecha: 20 de marzo
fecha en el calendario anterior: 16 de mayo
n.: 1330 - †: 1393 - país: República Checa
otras formas del nombre: Jan Nepomuk
canonización: B: Inocencio XIII 1721 - C: Benedicto XIII 1729
hagiografía: Abel Della Costa
fecha en el calendario anterior: 16 de mayo
n.: 1330 - †: 1393 - país: República Checa
otras formas del nombre: Jan Nepomuk
canonización: B: Inocencio XIII 1721 - C: Benedicto XIII 1729
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En Praga, en Bohemia, san Juan Nepomuceno, presbítero y mártir, que
por defender la Iglesia sufrió muchas injurias por parte del rey Venceslao IV,
y sometido a tormentos y torturas, todavía con vida fue arrojado al río
Moldava.
Patronazgos: patrono de la República Checa, y en especial de la región de Bohemia,
de los sacerdotes confesores, los marineros, los constructores de puentes, los
molineros; se lo invoca para tener una buena confesión; protector de la
confidencialidad y frente a los peligros del agua.
Oración: Oh Dios, que por el invencible
silencio sacramental del bienaventurado Juan Nepomuceno adornaste a tu iglesia
con una nueva corona del martirio; concédenos, por su intercesión y ejemplo,
que moderemos nuestra lengua y cumplamos nuestros compromisos religiosos de
manera inquebrantable. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

San Juan de Pomuk es conocido
universalmente como «el santo del secreto de confesión». La historia,
suscintamente evocada, cuenta que, siendo sacerdote en Praga -en ese momento
capital del reino de Bohemia- fue nombrado predicador de la corte del rey Wenceslao
IV, conocido por su carácter violento; a su vez la reina -una mujer muy
piadosa- escogió a Juan como su confesor. El rey Wenceslao concibió la sospecha
de que su mujer lo engañaba, y quiso conseguir de Juan un relato de lo que ella
le revelara en confesión, pero el santo rehusó, hasta costarle esta orden del
rey la vida, que perdió en 1393, al ser arrojado al río Moldava desde el puente
Karl (Karlsbrück).
Esto nos viene aludido por primera vez
(aunque sin detalles), en una crónica del siglo siguiente, escrita por Thomas
Ebendorfer en 1459. En 1471 otro autor, Paul Zidek, cuenta el detalle de que el
rey pidió al santo que revelara el amante de su esposa, pero no lo entiende
como celos imaginarios, sino como que verdaderamente la primera esposa del rey,
Juana, le había revelado al santo el nombre de su amante, que es el secreto que
Juan guardó con su vida. Este mismo autor adelanta el martirio de Juan a diez
años antes. Posteriormente, en la transmisión ejemplar de la historia, la
esposa resultó ser una mujer muy piadosa, y por lo tanto los celos del rey,
imaginarios, aunque posiblemente esta derivación del asunto se deba al deseo de
unir hagiografía y ejemplaridad moral.
Ahora bien, aunque este relato es casi
contemporáneo -como vemos, la primera aparición del tema es de sólo 60 o 70
años después del martirio-, no es la versión más antigua del martirio: el
arzobispo de Praga, y tres fuentes más dan una versión enteramente distinta de
los hechos. Según esta versión -que es anterior a la mencionada de Thomas Ebendorfer-
Juan no murió por nada que tenga que ver con el secreto de confesión. Era
Vicario General del Arzobispo, y el rey Wenceslao, para favorecer a uno de sus
cortesanos, deseaba convertir el territorio de una abadía en un nuevo título
episcopal, por lo que había prohibido que los monjes eligieran nuevo abad a la
muerte del que la regía en ese momento. Juan, que además de vicario era Doctor
en Derecho Canónico, se opuso con firmeza a esta violación de la jurisdicción
eclesiástica, y a la muerte del abad promovió la elección del nuevo,
apresurándose a convalidarlo canónicamente, saltando, por lo tanto, por sobre
la orden del rey. Enterado el rey, reaccionó con violencia encarcelando a Juan
y a otros tres eclesiásticos implicados, y sometiéndolos a crueles torturas.
Esos otros tres cedieron a las pretensiones del rey, e incluso uno de ellos
propuso guardar todo el asunto en secreto; pero Juan vehementemente mantuvo la
posición, hasta que el 20 de marzo de 1393 fue arrojado al Moldava desde el
Karlsbrück, habiendo sido previamente paseado por la ciudad en cadenas, con un
madero en la boca.
Esta versión parece ser la más correcta
históricamente, ya que no sólo cuenta con amplios y antiguos testimonios, sino
con el del propio arzobispo, el superior de Juan en ese momento, que narra esta
cuestión al papa Bonifacio IX apenas un mes después de ocurrida, y como parte
de un descargo contra el rey Wenceslao. Asimismo poco más tarde Juan es ya
conocido como mártir, y su culto está establecido entre el pueblo. La controversia
sobre las dos versiones comenzó en el siglo XVI y ha dado lugar a diferentes
soluciones:
-el relato popular, apoyado en el lema «el santo del secreto de confesión», pasa simplemente por encima de este problema, y elimina de hecho la primera versión.
-La solución del historiador Hajek, de mediados del siglo XVI y que es quien descubre el problema, pasa por duplicar los santos: según él habría habido dos Juan de Pomuk en la corte de Wenceslao, uno mártir de la confesión y otro de la defensa del derecho eclesiástico, los dos martirizados de la misma manera. No se puede decir que sea imposible: Juan es un nombre más que común en la cristiandad, y un rey que reacciona violentamente en un caso, podría haber reaccionado diez años más tarde con la misma violencia, y en cuanto a que suene extraño que los dos hayan sido arrojados del mismo puente, basta recorrer el siglo y medio de martirios en Inglaterra o los casi dos siglos de martirios en la antigua Roma, para ver cuán escasamente imaginativos son los poderosos a la hora de dar mártires a la Iglesia: los procedimientos se repiten una y otra vez con una monotonía exasperante. Sin embargo, el hecho de que una y otra versión se hayan sucedido en el tiempo, da la impresión de que se trata de que la de la confesión es una adaptación popular del relato de un martirio ocurrido por ccircunstancias más complejas.
-La tercera consiste en negar toda realidad al personaje y considerar que se trata de una mera invención posterior con fines propagandísticos, pero ésta debe ser descartada, ya que los testimonios, incluso los de la segunda versión, son muy cercanos a los hechos, y el culto al mártir está atestiguado de manera contemporánea.
-Parece plausible una cuarta forma de resolverlo: la de J.P. Kirsch, quien da crédito a la historia del secreto de confesión, pero esto no habría sido el motivo inmediato del martirio, sino que habría mal dispuesto el ánimo del rey hacia Juan, y cuando ocurrió, diez años más tarde, el incidente de la elección del abad, dio rienda suelta a su rencor, castigando con el martirio la doble firmeza del santo. Naturalmente, la cuestión del secreto de confesión caló más hondo en la piedad popular que la compleja y jurídica cuestión de los fueros eclesiásticos.
Llama la atención, por último, que las dos
historias tienen algo de simetría inversa: en la de la confesión Juan es
condenado por no hablar, mientras que en la otra es condenado por no callarse y
agachar la cabeza ante el rey. Posiblemente el propio rey se dio cuenta que el
problema de este Juan estaba en la boca, y procuró humillarlo aun más haciendo
que muerda un madero en el paseo hacia el patíbulo. Según se cuenta, cuando en
1719 se abrió la tumba, su lengua fue hallada incorrupta. Juan Nepomuceno fue
canonizado en 1729 por el papa Benedicto XIII.
Toda esta hagiografía está basada, aunque
con redacción libre, en el excelente artículo de
J.P. Kirsch en la Catholic Encyclopedia (1910); vale la pena leerlo, aunque no
pueda decirse lo mismo de su traducción en Aciprensa. la historia del
mantenimiento del secreto de confesión puede leerse bien contada en el artículo de Antonio Galuzzi en
Santi e Beati. La imagen reproduce una estatua de bronce actualmente emplazada
en Praga.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como
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