Beato Pio Alberto Del Corona, obispo y fundador
fecha: 15 de agosto
n.: 1837 - †: 1912 - país: Italia
canonización: B: Francisco 18 sep 2015
hagiografía: Orden de Predicadores
n.: 1837 - †: 1912 - país: Italia
canonización: B: Francisco 18 sep 2015
hagiografía: Orden de Predicadores
Elogio: En Florencia, beato Alberto del
Corona, en religión Pío, religioso dominico, obispo de San Miniato, fundador de
la congregación de las Hermanas Dominicas del Espíritu Santo.

Nació en la importante ciudad portuaria de Livorno, distante unos 30 km. de
Pisa, el 5 de julio de 1837. Recibió el bautismo el 8 de julio. Sus padres se
llamaron Giuseppe Del Corona y Ester Bucalossi, comerciantes en calzado. Quedó
huérfano de madre cuando apenas contaba dos años de edad.
Todavía adolescente, se inscribió en las
Conferencias de San Vicente de Paúl, para ayudar a las familias pobres y
enseñar el catecismo. Conoció personalmente en Livorno al beato Federico
Ozanam, fundador de esta asociación. Evocó más tarde la
impresión que le produjo la visita a Livorno de aquel amigo de los desdichados.
Para él Ozanam era un hombre de claro y elevado entendimiento, a quien el Señor
había dotado de una sensibilidad exquisita y del don de la elocuencia.
En Livorno se relacionó Pío Alberto con
los dominicos, que regentaban por entonces la parroquia de Santa Catalina de
Siena, mientras él estudiaba en un colegio de religiosos barnabitas. El 4 de
diciembre de 1854 tomó el camino de Florencia para pedir el ingreso en la Orden
dominicana. Vistió, en efecto, el hábito y comenzó su noviciado en el convento
de San Marcos, el 1º de febrero de 1855. A su término emprendió los estudios de
filosofía y teología. Entre sus profesores destacaba fray Manuel Alemany,
nacido en Vic (Barcelona), hermano del arzobispo de San Francisco de California
fray José Sadoc Alemany, padre este en el Concilio Vaticano I y miembro de su
Comisión doctrinal.
Por las llamadas leyes «leopoldinas» para
el Gran Ducado de Toscana no realizó la profesión religiosa hasta el 3 de
noviembre de 1859. Comenzaba entonces el segundo año de teología. Recibió el
presbiterado el 5 de febrero de 1860. Continuó sus estudios y obtuvo el grado de
Lector el 20 de noviembre de 1862, tras un examen de «universa philosophia et
theologia» y la presentación de una tesis escrita sobre el Eutiquianismo, o
doctrina que no admite la doble naturaleza, divina y humana, en Cristo.
Permaneció en el convento de San Marcos y
se dedicó a la enseñanza y al ejercicio pastoral en su iglesia. Pronto
consiguió una importante fama de predicador, confesor y profesor de filosofía y
teología dogmática, también en el Seminario diocesano de la archidiócesis de
Florencia. El 8 de junio de 1872 lo eligieron prior conventual.
Por entonces había presentado ya al
Maestro de la Orden, Padre Vicente Alejandro Jandel, un proyecto fundacional,
inspirado en otra institución que realizó San Jerónimo en la colina romana del
Aventino. En este caso se trataba de una fundación dominicana de hermanas
terciarias regulares, dedicadas al estudio de la Sagrada Escritura y a la
educación gratuita de las clases populares. A la cabeza de la empresa estuvo
desde el comienzo Elena Buonaguidi, persona de especial virtud y formación. Los
dos hablaron personalmente con el Maestro de la Orden en Roma y, a
continuación, con el Papa, Beato Pío IX. La obra dio comienzo en la diócesis de
Fiésole el 11 de noviembre de 1872.
En noviembre de 1874 fue nombrado obispo
titular de Draso y coadjutor del de San Miniato, Pío Alberto con plena
responsabilidad en la diócesis. Recibió la ordenación episcopal el 3 de enero
de 1875 en la iglesia romana de San Apolinar. Llegado a la diócesis y, desde su
residencia en el convento de Santo Domingo, se dedicó intensamente a procurar
la renovación espiritual de sus fieles, reabrió el seminario y hasta impartió
en él clases de filosofía, teología tomista y hebreo.
Visitaba las parroquias, se dedicaba en
especial a la predicación, a veces en forma de «misiones populares», y a la
administración de los sacramentos de la confirmación y penitencia, sin
descuidar la visita a enfermos, en los hospitales y en sus hogares, y asimismo
a los encarcelados. «¡Yo soy para los pobres, por lo mismo debo estar entre los
pobres!», exclamaba. —A sus predicaciones acudía de ordinario un numeroso
auditorio que llenaba las iglesias. Decía que encontraba fuerzas ante el
Sagrario y que allí, en ocasiones, «gritaba con fervor», a la vez que ofrecía a
Cristo un sacrificio perenne. Hallaba consuelo en la Eucaristía. Estaba seguro
que Dios bendecía sus obras amasadas en el sufrimiento. En el mismo año de su
ingresó en la diócesis la consagró al Sagrado Corazón de Jesús. —Animaba a los
sacerdotes a trabajar por conseguir una intensa comunión entre sí y con el
obispo: «Caminemos juntos de la mano de Cristo —les pedía— y ofrezcamos ante
los hombres y los ángeles una verdadera armonía divina».
Ejercitó también el ministerio mediante la
palabra escrita, ocupación que inició ya en el mencionado convento de San
Marcos. En estas ocupaciones ponía toda su alma. «¡Me ha salido del alma!»,
confesaba al presentar un tratado teológico sobre el Verbo de Dios encarnado.
Añadía que colocaba su obra a los pies de Jesús, «para que Él alentara en el
interior de la misma, e infundiera a lo expuesto una poderosa vida».-. —Sus
publicaciones —trabajos que llenaban su mente y corazón, que componía a veces
entre lágrimas— tuvieron forma de cartas pastorales, de comentarios teológicos
inspirados en la doctrina de Santo Tomás de Aquino, como por ejemplo, los que
dedicó a los misterios de Cristo, las virtudes cardinales, la teología de San
Pablo, la pequeña Suma teológica, la edición de la Catena Aurea. También
escribió sobre la Eucaristía e historias y doctrinas evangélicas. Con suma
sencillez manifestaba en una ocasión: «He terminado de redactar una meditación
sobre el costado de Cristo abierto (por la lanza del soldado en la cruz). Lo he
terminado llorando».
Atendió a la comunidad dominicana que
fundó, y lo hizo mediante visitas periódicas. Deseaba que se expansionara, con
la confianza puesta en la divina providencia. Mostraba gran interés en la
formación de las religiosas y del alumnado que les confiaban. Aseguraba que
tenía el corazón puesto en la escuela. Quería que sus religiosas se formaran en
una piedad iluminada por la Biblia y la Eucaristía, con devoción particular al
Espíritu Santo.
Animó la fundación, en 1885, de un colegio
para muchachos internos, dedicado a Santo Tomás de Aquino. Junto a este colegio
fijó su residencia y en él impartió clases de religión. Anhelaba que se
estableciera, asimismo en él, un estudio teológico con el apoyo de los obispos
de la Toscana. Puesto en marcha el proyecto, los alumnos fueron recibidos en
audiencia por León XIII en abril de 1888. Pero esta institución tuvo una vida
efímera, porque se clausuró en 1890 y él asumió con fortaleza y caridad las
dificultades económicas consiguientes al cierre.
En 1897 murió el obispo de San Miniato y
Mons. Del Corona se convirtió en obispo residencial de esta diócesis que venía
pastoreando desde hacía 23 años. Se estableció entonces en el obispado y llevó
una vida extremadamente sobria. Promovió instituciones que fomentaban la
solidaridad para con los necesitados, el culto y la formación cristiana y
social de las gentes. Continuó prodigándose por medio de múltiples visitas
pastorales a las parroquias e instituciones. Su llegada era motivo de fiesta
para la feligresía.
Por sus condiciones precarias de salud
—problemas hepáticos y extrema debilidad en la vista— acudió al Papa
suplicándole que le exonerara del gobierno diocesano. Al fin, San Pío X acogió
plenamente su instancia en agosto de 1907. Recibió entonces el nombramiento de
arzobispo titular de Sárdica, como expreso reconocimiento del «santo gobierno»
que había ejercitado en San Miniato.
Se retiró a la casa de su Congregación
dominicana para dedicarse a la oración, estudio y apostolado, entre las religiosas
de la comunidad y entre otras muchas personas que le visitaban en busca de
consejo y aliento. Con frecuencia moraba con sus frailes del convento de Santo
Domingo de Fiésole. Intensificó la oración y meditación. Siguió escribiendo
sobre temas de espiritualidad y añadió comentarios a algunas obras de Santo
Tomás. En el convento de Santo Domingo de Fiésole, que guarda alguna obra
maestra del Beato Angélico, disfrutaba intensamente de la vida fraterna. «En él
disfrutamos de una elevada y solemne quietud —comunicaba por entonces—,
experimentamos la recóndita belleza de la pobreza y de la paz del convento. La
salmodia eleva el alma hasta el cielo. La vida del pensamiento y la vida del
corazón, con sus gozos, son como dos flores que aquí dentro brotan de un mismo
tallo».
Murió en la casa de su Congregación, en
Fiésole, el 15 de agosto de 1912. En su testamento suplicaba a la Santísima
Virgen que le socorriera en el momento del tránsito, que su virginales manos
fueran como un altar sobre el cual pudiera celebrar el último Sacrificio que le
introdujera en el seno de Jesús, «mi redentor y mi Dios», en cuya compañía
esperaba gozar de la bienaventuranza por toda la eternidad».
Al año siguiente, en 1913, el Maestro de
la Orden Beato Jacinto Cormier se apresuró a editar una biografía, compuesta
por él mismo. Se la dedicó de buen grado a una persona que consagró «toda su
existencia al bien de las almas», y porque conoció en él a un amigo de Dios y
de los hombres.
El proceso de canonización se abrió en la
diócesis de San Miniato el 12 de diciembre de 1941 y se clausuró el 9 de junio
de 1959, aunque recién en 2007 se reabrió la causa que llegó felizmente en 2015
a la beatificación.
Biografía por Fr. Vito T. Gómez
García, O.P., con muy ligeras modificaciones.
fuente: Orden de
Predicadores
accedida 866 veces
ingreso o última modificación relevante: 25-1-2016
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente
enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_5031
No hay comentarios:
Publicar un comentario