AUTOLIBERACIÓN INTERIOR
INTRODUCCIÓN
A mediados de 1987, el
jesuita indio Anthony de Mello, gran autor de libros espirituales (“El canto
del pájaro”, “El manantial”, “Sadhana”, ¿Quién puede hacer que amanezca?, “La
oración de la rana”) fallece en Nueva York a los 56 años.
El
padre de Mello se hizo famoso por sus cursos, ejercicios y conferencias sobre liberación
interior. Toda su obra estuvo dirigida a lograr una síntesis entre la
espiritualidad de Oriente y la de Occidente, en beneficio de la libertad y la
realización total de la persona. Despertar a estas posibilidades era el
objetivo de sus antologías de cuentos, tomados tanto de la tradición cristiana
como de la budista y la sufí, sin ocultar nunca su predilección por Jesús.
Hacia la época de su
muerte, Tony de Mello iba a dar un curso de autoliberación interior en Madrid.
Este propósito no pudo cumplirse, pero su palabra clara y potente lo ha
sobrevivido y llega hasta nosotros en una transcripción que hiciera una de sus
alumnas del curso que impartió en Barcelona en agosto de 1986.
De Mello, síntesis también
él de psicólogo y teólogo, en su deseo de llegar a las raíces de las
personas, hace planteamientos verdaderamente radicales. Sin embargo, se
debe tener en cuenta que su trabajo de conciliación de espiritualidades y la
validez de su acción pastoral vienen refrendados por numerosos testimonios de
todo el mundo y, desde luego, por el extraordinario éxito de sus libros.
En efecto, lo que aquí
propone el padre de Mello puede parecer heterodoxo y cuestionable (él mismo
reitera que se debe cuestionar todo), pero tiene muchos puntos de
contacto con los maestros más destacados de nuestra historia y nuestra
tradición. Se trata de la profundización en la propia vida, para liberarse de
las cadenas interiores que nos impiden vivir intensamente. A veces,
hasta la misma religión, mal entendida, es fuente de trabas psicológicas para
vivir la libertad interior que nos aleje de los intensos dolores y las extensas
depresiones que caracterizan al mundo moderno.
Publicamos este texto, revisado
y ampliado, con la intención de proporcionar un material valiosísimo para la
reflexión y, por qué no, la discusión, en la certeza de que todo lo que contribuya
a tales actividades, eminentemente formativas, contribuirá también al
crecimiento vital y espiritual del lector.
Los Editores
1
¡DESPIERTA!
¡LA FELICIDAD ERES TÚ!
Despertarse es la espiritualidad,
porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos
impiden la libertad. Esto es la iluminación. Es como la salida del Sol
sobre la noche, de la luz sobre la oscuridad. Es la alegría que se descubre a
sí misma, desnuda de toda forma. Esto es la iluminación. El místico es
el hombre iluminado, el que todo lo ve con claridad, porque está despierto.
No quiero que os creáis lo que
os digo porque yo lo digo, sino que cuestionéis cada palabra y analicéis su
significado y lo que os dice en vuestra vida personal; pero con sinceridad, sin
autoengañaros por comodidad o por miedos.
Lo importante es el Evangelio,
no la persona que lo predica ni sus formas. No la interpretación que se le ha
dado siempre o la que le da éste o aquél, por muy canonizado que esté. Eres tú
el que tiene que interpretar el mensaje personal que encierra para ti, en el
ahora. No te importe lo que la religión o la sociedad prediquen.
La sociedad sólo canoniza a los
que se conforman con ella. En el tiempo de Jesús y ahora. A Jesús no pudieron
canonizarlo y por ello lo asesinaron. ¿Quiénes creéis que lo mataron? ¿Los
malos? No. A Jesús lo asesinaron los buenos de turno, los más respetados y
creídos en aquella sociedad. A Jesús lo mataron los escribas, los fariseos y
sacerdotes; y si no andas con cuidado, asesinarás a Jesús mientras vives
dormido.
Despertarse es
la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y la
libertad.
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