Voces de esperanza desde Corea del Norte
29 jul 2015COREA DEL NORTE
Al leer y escuchar las noticias sobre Corea del Norte, dan ganas de apagar la televisión, el móvil o incluso el ordenador. Parece una historia interminable de miseria y enfrentamientos por el poder; de personas que son detenidas y obligadas a hacer cosas que no quieren hacer. ‘Los Juegos del Hambre’ es un juego de niños comparado con lo que ocurre en Corea del Norte.
Sin embargo, cuando escuchamos las voces susurrantes de los cristianos de Corea del Norte, uno no puede evitar descubrir que queda fe, esperanza y amor.
Un líder de una iglesia clandestina, se despidió recientemente de un soldado, hermano en la fe. Le dijo a Puertas Abiertas: "Mi corazón latía de alegría. Una vez más, la gracia de Dios ha demostrado ser ilimitada. Ese hermano se ha llevado el material cristiano y otras mercancías que proveísteis con la ayuda y las oraciones de vuestros colaboradores. Nuestros hermanos y hermanas de otros lugares, recibirán el material gracias a él".
"Ya sabes, que seguir al Señor es como llevar un jade blanco", continuó diciendo. "No pierde su luz aun cuando está roto. Seguirle significa andar en el camino de la Fe en los buenos y en los malos momentos. No debemos dudar y debemos estar dispuestos a permanecer detrás de nuestro Señor en todo momento, a donde Él nos pueda llevar. Esta es la esperanza y el futuro de nuestra iglesia, y no podemos hacer ningún compromiso. Vamos a asegurarnos de que nuestra Iglesia sea firme como una roca para estar fuertes en nuestra Fe en las peores circunstancias. No sé cómo agradeceros vuestro amor y oraciones."
Recientemente, otro cristiano le mostró su agradecimiento a Puertas Abiertas con estas palabras: "Nos habéis mostrado y enviado vuestro generoso apoyo para ofrecer toda la ayuda posible a nuestra iglesia y a nuestros creyentes. Podemos meditar en Su palabra, alabar y orar sin cesar, ya que nuestro Señor se encuentra en lo más profundo de nuestros corazones, durante los momentos de gozo y los momentos de tristeza. Y como cristianos, nuestros corazones estallan de alegría y orgullo".
¿Cómo pueden estar tan agradecidos estos cristianos cuando tienen escasamente lo necesario para vivir? Probablemente será porque Dios les ha demostrado ser ‘JHWH Jireh’, el Proveedor. El sacrificio de Jesucristo les ha dado vida eterna y esperanza para el futuro. El sacrificio de hermanos y hermanas de todo el mundo les hace saber que no están solos. Los cristianos clandestinos son muy conscientes de que muchos extranjeros seguidores de Cristo se identifican con ellos. "Nos gustaría agradecerles a todos los creyentes y a muchos hermanos y hermanas que hay alrededor del mundo, por vuestras oraciones y apoyo", compartió un cristiano clandestino. "Creemos que nos espera un futuro brillante. Siempre los recordaremos y grabaremos vuestro amor muy profundamente en nuestros corazones. Serviremos y seguiremos a nuestro único Señor."
Cada producto alimenticio, cada artículo de literatura cristiana que le enviamos este año, tiene un valor incalculable; sin embargo, los cristianos de Corea del Norte deben seguir siendo realistas y prudentes. El gobierno está tomando medidas contra los artículos ilegales, lo que obliga a nuestros hermanos y hermanas, a deshacerse del material que les enviamos después de que lo hayan leído (e incluso memorizado). A pesar de ello, los líderes de la Iglesia siguen informando de un crecimiento espiritual en las vidas de sus creyentes. "Como creyentes, líderes y soldados de Cristo, somos capaces de comprometernos con nuestras misiones honorables con el amor y apoyo que nos han provisto los hermanos y hermanas del extranjero," explica uno de estos líderes: "Estamos muy orgullosos de ser cristianos. Valoramos y honramos profundamente nuestras vidas que están apasionadas y fieles, como nunca antes, para seguir llevando adelante nuestro ministerio. Nunca olvidaremos vuestra dedicación anónima, vuestro apoyo y contribución para con la iglesia de Corea del Norte."
Dios no trabaja sólo en Corea del Norte, sino que continúa trabajando poderosamente entre los norcoreanos que se encuentran en China. Uno de nuestros colaboradores en China nos habló sobre una niña pequeña, Hannah*, a la que cuida con nuestro apoyo. "Hannah es hija de madre norcoreana que huyó de su país, y de padre de nacionalidad China," explicaba. "Su madre fue arrestada y su padre es alcohólico. Me pidieron que cuidara de ella. Acepté cuidarla, ya que no pude negarme. En cuanto se mudó a mi hogar, pude ver que los sentimientos de rechazo y abandono ya habían dejado heridas profundas. Se había convertido en una niña muy sensible, con lo cual no podía relacionarse y llevarse bien con los demás. No obstante, está mejorando, y ha empezado a jugar con otros niños. Me rompe el corazón ver a tantos niños que deberían ser criados por unos padres que les quieran. Es tan obvio ver en qué se van a convertir estos niños cuando crezcan en esta desalmada sociedad. No hay lugar para estos niños en este mundo egoísta. Me avergüenza ver a tantas iglesias y a tantos cristianos sabiéndolo y que no hacen nada al respecto. Pero al ver cómo se transforman estos niños a medida que pasan los días, comprendo que este es el llamado que Dios tiene para mí. Siento mucho remordimiento por no poder cuidar de más niños por mi situación económica. Sólo deseo poder cuidar a más niños con amor, fe y esperanza. Creo que Dios nos ha llamado a esto y nos ha provisto de Su gracia."
Sun-Hi, obrero de Puertas Abiertas, también continúa viajando y conociendo a refugiados de Corea del Norte. Algunos confiesan que creen, pero no saben realmente en lo que creen. Otros le dicen que creyeron anteriormente, pero que se apartaron de sus creencias por no poder continuar leyendo la Biblia y por no poder orar al volver a Corea del Norte. "Traté de animarlos cuando regresaron a China, y les enseñé a mantenerse fieles, pero es tan difícil enseñar cuando tienen tantos niveles diferentes de entendimiento," compartió Sun-Hi. "A veces tengo que empezar de nuevo y explicar la creación y la salvación. También conocí a norcoreanos escondidos bajo tiendas improvisadas en las montañas. Realmente no puedo darles ninguna educación, pero conseguí que se les llevara alimentos."
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