viernes, 10 de junio de 2016

Beato Juan Dominici, obispo - Beato Eustaquio Kugler, religioso (10 de junio)

Beato Juan Dominici, obispo

fecha: 10 de junio
n.: 1355 - †: 1419 - país: Hungría
canonización: 
Conf. Culto: Gregorio XVI 9 abr 1832 
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En la ciudad de Buda, en Hungría, tránsito del beato Juan Dominici, obispo de Ragusa, que, después de la peste negra, restauró la observancia regular en los conventos de la Orden de Predicadores, y enviado luego a Bohemia y Hungría para contener la predicación herética de Juan Hus, le sorprendió la muerte.
Entre los registros casi contemporáneos del beato Juan Dominici que han llegado hasta nosotros, hay una breve biografía escrita por uno de sus más famosos hijos, san Antonino, arzobispo de Florencia, así como un retrato pintado por otro de más fama, Fra Angélico, en los muros de la catedral de San Marcos. Era un florentino de origen humilde que vino al mundo en 1376. A la edad de dieciocho años recibió el hábito de los dominicos, en el priorato de Santa María Novella, pese a cierta oposición causada por su falta de educación y su tendencia a tartamudear. Pero aquellas carencias quedaron ampliamente recompensadas por su extraordinaria capacidad de retener en la memoria lo que aprendía y ello le bastó para convertirse, en poco tiempo, en uno de los teólogos más reputados de su época y en un predicador elocuente. Aparte de los comentarios a las Sagradas Escrituras y uno o dos tratados, escribió los «laudi» o himnos en la lengua vernácula. Después de completar sus estudios en la Universidad de París, dedicó doce años a la enseñanza y la predicación, en Venecia. Después se le nombró prior en Santa María Novella y sucesivamente ocupó otros prioratos. En Fiésole y en Venecia fundó nuevas casas para monjes y, en la última de las ciudades nombradas, estableció un convento para monjas dominicas, llamado de Corpus Christi. Desde ahí trabajó grandemente para introducir o restablecer la estricta regla de Santo Domingo en varios prioratos, con la aprobación del maestro general, el beato Raimundo de Capua. Asimismo es necesario hacer notar que se preocupó muchísimo para que se impartiese una educación cristiana a la juventud y que fue el primero en adivinar y combatir las perniciosas tendencias hacia la nueva herejía que comenzaba ya a ser un grave peligro: el humanismo. En 1406, asistió al cónclave que eligió al Papa Gregorio XII. Después fue el confesor y consejero del Pontífice, y éste le consagró arzobispo de Ragusa y cardenal de San Sixto.
Al dar alientos al Papa Gregorio para que abdicase, como único medio posible para inducir a los antipapas a renunciar a sus reclamaciones, el beato Juan fue el instrumento en la terminación del gran cisma. Fue él mismo quien llevó la renuncia del papa Gregorio al Concilio de Constanza. El siguiente Pontífice, Martín V, le nombró legado en Bohemia y Hungría, con la misión especial de combatir la influencia creciente de los husitas. El beato encontró a Bohemia en un estado caótico; la opinión pública se hallaba encendida hasta el frenesí, a causa de la ejecución de Juan Huss, y el rey Wenceslao no se atrevía a tomar las enérgicas medidas aconsejadas por el nuncio. En vista de que no podía hacer nada en Bohemia, el beato pasó a Hungría y, casi inmediatamente después de llegar, fue atacado por una fiebre que resultó fatal. Murió en Buda, el 10 de junio de 1419. Su culto fue confirmado en 1832.
En el Acta Sanctorum fueron impresas dos biografías: una es la breve memoria de san Antonino de Florencia; la otra, de mucho mayor extensión, es de Juan Caroli, pero desgraciadamente no es muy segura ni digna de confianza. Sin embargo, aparte de eso, es mucho lo que se ha escrito sobre la vida del beato Juan Dominici y su obra, particularmente sobre las últimas etapas del gran cisma. Ver, sobre todo, los artículos de J. Hollerbach en el Romische Quartalschrift, de 1909 y 1910; H. Finke, Acta Concilii Constantensis. Los dos trabajos del beato Juan sobre la educación, Lucula Noctis (editada en los EE. UU. por E. Hunt, 1940) y Regola del governo di cura famillare, son de grandísima importancia en la historia de la pedagogía.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1971




Beato Eustaquio Kugler, religioso

fecha: 10 de junio
n.: 1867 - †: 1946 - país: Alemania
canonización: 
B: Benedicto XVI 4 oct 2009
hagiografía: Zenit.org

En Regensburg, Alemania, beato Eustaquio Kugler, religioso de la Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.
El hermano Kugler, (1867 - 1946) ingresó a los 26 años a la orden de San Juan de Dios, luego de haber entrado en contacto con esta comunidad durante la construcción de un hospital en Reichenbach (Alemania). Durante casi toda su vida religiosa fue prior de diversas comunidades y de su Provincia religiosa. Cargo al que era reelegido por voluntad de los propios miembros de la Orden. Tenía un gran sentido de la justicia y un talento para la organización. Bajo su mando estaban 16 hospitales con 2.500 personas asistidas. En 1929 se inauguró un magno hospital (masculino y femenino) con su iglesia en Regensburg (Ratisbona), en honor a san Pío V.
Se preocupó de que se atendiera principalmente a los pobres. Escribió los criterios para acompañar a los enfermos en los hospitales que se rigen en la actualidad. Aún con esta responsabilidad, pasaba las noches caminando por los pasillos del hospital velando por las necesidades -aun de las más pequeñas- de los enfermos. Para el postulador de su beatificación, el hermano Félix Lizaso, Kugler vivió su llamado en medio de dos importantes pilares: "Una realidad existencial profunda en la comunidad, con una vida de fe y espiritualidad, y una vida de entrega a los enfermos".
Como muchas otras órdenes religiosas y la misma Iglesia, los hermanos de San Juan de Dios eran acechados por los nazis. También lo eran los mismos enfermos que ellos atendían. Muchos fueron deportados ya que los nazis los consideraban un tumor para la sociedad, pero el hermano Kugler puso todo su empeño por salvarlos de la cámara de gas. El 17 de agosto de 1943 hubo un gran bombardeo sobre Regensburg. Los alrededores del hospital fueron destruidos. En cambio, este centro de salud quedó intacto. "Podemos decir que aquí hay un santo, que nos ha salvado de la guerra y de las bombas", decía un pastor evangélico.
Sufrió mucho por la devastación nazi. Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. Fue tal su impresión que durante uno de estos cayó desmayado. "Además de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran silencio en su comunidad sobre los interrogatorios y trato recibido. Ni se quejó ni insultó a los policías", testimonia Lizaso. Hubo hermanos que abandonaron la Orden, deslumbrados por la ideología; esto golpeó profundamente a Eustaquio, pero guardando la calma, se refería a los nazis diciendo: "Esos árboles no crecerán hasta el cielo".
"No era una persona de oficiales estudios teológicos, pero sí de una espiritualidad ascética profunda, una innegable vivencia mística por su vida interior y profundidad de fe, que acompañaba a sus actos en auténtica respuesta de amor a Dios", asegura su postulador. El hermano Kugler murió en 1946 de un tumor en el estómago. Han pasado más de 60 años después de su tránsito. Hoy sus hermanos, así como miles de fieles en Regensburg admiran de él su sencillez, su sabiduría y su espíritu de servicio.
Etractado del artículo firmado por Carmen Elena Villa en Zenit.org, con ocasión de la beatificación en 2009.
fuente: Zenit.org
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=4941

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