Dedicación de la basílica de Letrán
fecha: 9 de noviembre
†: s. IV
hagiografía: Abel Della Costa
†: s. IV
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: Fiesta de la dedicación de la basílica de Letrán en honor de Cristo
Salvador, construida por el emperador Constantino como sede de los obispos de
Roma. Su anual celebración en toda la Iglesia latina es un signo permanente de
amor y de unidad con el Romano Pontífice.
refieren a este santo: Dedicación de
las basílicas de San Pedro y San Pablo

Prefecto Rústico: -¿Dónde os reunís? Justino: -Donde todo el mundo puede y prefiere; tú crees que todos nos reunimos en un solo lugar, pero no es así, porque el Dios cristiano, que es invisible, no se puede circunscribir a ningún lugar, sino que llena el cielo y la la tierra y es adorado y glorificado por sus fieles en todas partes. (actas del martirio de san Justino y sus compañeros) |
Toda la Iglesia de Occidente celebra en
esta fecha el aniversario de la consagración de la basílica de San Juan de
Letrán, en cuya fachada se halla grabada la siguiente inscripción: «Omnium
Urbis et Orbis Ecclesiarum Mater et Caput» (Madre y Cabeza de todas las
iglesias de la Ciudad y del Mundo) . En efecto, dicha iglesia es la catedral de
Roma y en ella se halla la cátedra permanente del Sumo Pontífice. Es superior
en dignidad a la basílica de San Pedro y, en cierto modo, puede considerársela
como la catedral del mundo.
En los primeros días del cristianismo, el
culto se celebraba en casas particulares y se ofrecía el santo sacrificio en
una mesa común (aunque posiblemente esa mesa no se empleara para otros usos).
Pero, a principios del siglo III, se habla ya de un edificio de Roma destinado
al culto cristiano y, a principios del siglo IV, existían muchos más.
Naturalmente, a raíz del decreto de Constantino que concedía la libertad al
cristianismo, se construyeron muchas otras iglesias. De acuerdo con los usos
del Templo de los judíos y de los templos paganos, se solían consagrar las
iglesias al servicio del Todopoderoso mediante una ceremonia de dedicación.
Eusebio describe en su Historia Ecclesiástica la solemne dedicación de la
iglesia de Tiro el año 314, y varios historiadores hablan de las magníficas
ceremonias que se llevaron a cabo el año 335, con motivo de la dedicación de la
basílica constantiniana de Jerusalén, en el aniversario de la «inventio Crucis»
o descubrimiento de la auténtica cruz donde había sido crucificado Cristo.
Durante mucho tiempo, el rito de dedicación consistía simplemente en la
consagración del altar mediante la solemne celebración de la misa y se hacía
también el depósito de las reliquias, si las había. Más tarde, cuando se empezaron
a consagrar al culto cristiano los templos paganos, se introdujeron ciertos
ritos purificatorios, consistentes en oraciones, abluciones y unciones. Pero el
desarrollo de la ceremonia actual de dedicación, tan imponente y complicada,
tal como la describe el Pontificale Romanum, no comenzó sino hasta el siglo
VIII.
Probablemente, la celebración anual del
aniversario de la dedicación de una iglesia es tan antigua como la dedicación
misma; en todo caso, es mucho más antigua que el rito actual de la consagración.
Se trata, indudablemente, de una práctica de origen judío, puesto que ya Judas
Macabeo había instituido en el año 164 a.C. la conmemoración anual de la
purificación del Templo, después de la profanación de Antíoco Epifanes. San
Juan cuenta en su Evangelio (10, 22) que el Señor estuvo en el pórtico de
Salomón durante la celebración de esa fiesta. Los judíos la observaban y
todavía la celebran con una octava. La ceremonia no sólo tenía lugar en el
Templo de Jerusalén, sino en todas las sinagogas, lo mismo que la celebración
de la dedicación de San Juan de Letrán se lleva a cabo en todas las iglesias
católicas de Occidente.
La casa de la familia Laterani (Letrán)
pasó a poder del emperador Constantino a través de su segunda esposa, Fausta, y
él la regaló a la Iglesia, que la consagró como templo cristiano, posiblemente
en el 324. Desde entonces hasta la época del destierro en Aviñón, a principios
del siglo XIV, los Papas establecieron allí su residencia principal. La
«basílica» no era un edificio específicamente cristiano, sino que provenía de
una tradición romana de tiempos antiguos, y era una clase de edificio destinado
a usos cívico-religiosos. La basílica de Letrán posiblemente comenzó adaptando
al uso litúrgico el salón principal de la casa, de suerte que sólo hubo que
construir el famoso bautisterio, cuyas grandes líneas correspondían al que se
conserva actualmente. La basílica fue dedicada al Santísimo Salvador y el
bautisterio a San Juan Bautista (por supuesto que todas las iglesias están
dedicadas exclusivamente a Dios; los nombres de los santos o de los misterios
cristianos indican simplemente el deseo de honrar a esos santos o a esos
misterios en particular; sin embargo, se admite ordinariamente hablar de
iglesias «dedicadas a» tal o cual santo o misterio). La costumbre de dar a la
iglesia el nombre de San Juan de Letrán, data de la época en que la atendían
los monjes del monasterio de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista, que
estaba situado junto a ella. En sus casi 1700 años de historia cristiana, la
basílica ha atravesado por numerosas vicisitudes, ya que fue saqueada por los
bárbaros y destruida por los terremotos y los incendios; sin embargo, conservó
su antigua forma basilical hasta el siglo XVII, época en que Francisco
Borromini construyó la iglesia actual. En 1878, se llevó a cabo el
ensanchamiento del ábside en forma de coro, cosa que la embelleció. El altar
mayor, recubierto de mármol, es el único en la Iglesia de occidente que no está
hecho de piedra sino de madera. Constituye una reliquia de la época de las
persecuciones, y algunos autores opinan que fue empleado por san Pedro. En el
cimborio que se halla sobre el altar están los supuestos cráneos de san Pedro y
san Pablo.

Por supuesto, el auténtico sentido de
celebrar la dedicación de un templo, incluso de uno tan importante como la
basílica de Letrán, no está en las piedras y el mármol, sino en aquello de lo
que muchos santos escritores hablaron, como san Agustín cuando enseña: «Como
este edificio visible ha sido construido para reunimos corporalmente, de la
misma manera construimos el edificio que somos nosotros mismos para Dios, que
ha de habitarlo espiritualmente. El templo de Dios es santo, dice
el Apóstol, y ese templo sois vosotros. Como éste lo construimos
con piezas terrenas, de idéntica manera hemos de levantar el otro con
costumbres bien arregladas. Este se dedica ahora, con motivo de mi visita; el
otro, al final del mundo, cuando venga el Señor, cuando esto nuestro
corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se revista de inmortalidad,
porque nuestro cuerpo humilde se modelará según el cuerpo de su gloria. Ved,
pues, lo que dice en el salmo de la dedicación: Tornaste mi llanto en
gozo, rompiste mi saco y me ceñiste de alegría para que mi gloria te cante a ti
y no me sienta triste. Mientras somos edificados, gime ante él nuestra
humildad; cuando seamos dedicados, le cantará a él nuestra gloria, porque la
edificación requiere fatiga y la dedicación pide alegría.» (Sermón 337,2)
Se ha escrito mucho acerca de la basílica
de Letrán y su historia, así como sobre el rito de la consagración de iglesias.
Acerca de este último punto, véase a Duchesne, Christian Worship (1919), pp.
399-418. En la actualidad tenemos la extraordinaria posibilidad de realizar una visita virtual a
la basílica de Letrán muy bien preparada. Allí mismo, en
italiano, se puede leer acerca de los aspectos históricos y arqueológicos de la
basílica. Sobre la dedicación de iglesias en el siglo IV, cfr. Eusebio, Hist.
Ecl. X,3, y en especial el discurso, posiblemente pronunciado por el propio
Eusebio, en la dedicación de la iglesia de Tiro, X,4. En este sitio
dedicado a la arquitectura española hay una sintética pero
exacta descripción, tanto edilicia como funcional, de la basílica romana, a
partir de cuyo diseño se desarrolló más tarde la basílica cristiana. Aquí, una lista, país por país, de todas las basílicas
católicas existentes en el mundo. El presente artículo utiliza párrafos
literales del correspondiente del Butler-Guinea, tomo IV, 9 de noviembre, que
en su conjunto no era ya aprovechable.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4090
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