domingo, 22 de junio de 2025

El CC se está poniendo de moda. Eso parece. - 2025, 22 de junio. Fiesta del Cuerpo y Sangre de Jesús C: Lucas 9,11-17 (Dadles vosotros de comer) y CINCO MINUTOS con el Evangelio de Lucas ( Semana 30ª (22.06.2025): Lucas 9,51-62. El evangelizador REINADO es ‘hacerse samaritano’).

 El CC se está poniendo de moda. Eso parece.

El CC no es otra cosa que el 'Conflicto de competencias'. Está de moda en las políticas de toda la vida. Está de moda en las economías de un signo o de otro. En las ideologías de la cultura o en las luchas internas por dominar la salud y la seguridad. Conflicto de competencias también en el asunto del Cuerpo de Cristo o llamado más popularmente, en lengua latina curiosamente..., 'El Corpus Christi'. 
Desde los tiempos remotos de la ContraReforma, esta fiesta de la liturgia se celebraba en jueves como se había mandado en Trento, el Concilio celebrado en esa ciudad de Italia bajo la competencia del Imperio español en las tierras de Europa, América y alrededores. Tan popular se hizo esta celebración que se inventó y difundió el mantra de aquellos tres jueves del año que relumbran más que el son: Jueves Santo, el Corpus Christi y el día de la Ascensión".  
La tradición dice, pero la tradición deja también de decir. Desde Trento hasta el Vaticano II fue así. Y desde este concilio vaticano se comenzó a celebrar el Corpus el domingo siguiente al antiguo jueves de la tradición. Pero, pero... El pero de la gatera. El pero del peso de la tradición. El pero del permiso para seguir haciendo lo que se desea. Autoridades episcopales hubo que obtuvieron de la Roma vaticana el permiso certificado para seguir honrando el jueves al Cuerpo y no el domingo. Por ejemplo, la imperial y primada sede toledana en España. Y con ella, un sinfín de localidades en el inmenso mundo. ¿Conflicto de competencias? Fundamentalmente sí, se admita o se deje de admitir. 
El asunto central de la tradición, creo en mis adentros y así lo verbalizo, es un asunto más importante y transcendente: 'la competencia para consagrar' y hacer que un pan, deje de ser pan y pase a ser un pan transustanciado. Transustanciación. El poder de transustanciar. Esto es lo sustancial. Todo lo demás es ropaje. 
Y..., ante esta realidad, transustanciada o no, el mensaje de los cuatro evangelios es el silencio. Pero..., pero el dogma es el dogma y no admite otra postura que la aceptación. Se acata y punto final. Y así es la tradición. Se acata y punto final.    
Sugiero que se lea una vez más el relato evangélico de este domingo dedicado al Corpus y que se busque en él alguna afirmación sobre el sacerdocio, la transustanciación, el Cuerpo de Cristo. Lucas 9,11-17 es la narración de una multiplicación de panes y peces. 
Una vez más, la lectura del relato nos invita a pensar qué se nos proclama en él.Y que nadie trate de hacernos 'comulgar', nunca tan bien traído, 'con las ruedas de un molino' o, lo que es peor, con el molino entero.
Cuerpo de Cristo, transustanciación-consagración, sacerdocio... Asuntos para alargar estas líneas de la presentación de los comentarios del domingo 22 de junio. En sus neuronas lo dejo. Encantado de haber sido leído hasta aquí.
A continuación se encuentran los comentarios del domingo 22 de junio.
Y así queda ya comenzado el tiempo de verano, en el calendario y en el clima, del hemisferio del norte.
Carmelo Bueno Heras 

2025, 22 de junio. Fiesta del Cuerpo y Sangre de Jesús C: Lucas 9,11-17. Leo y escribo Contigo:

Dadles vosotros de comer

Estamos ante un último domingo significativo. Con él se acaban todas las fiestas importantes dentro de la tradición litúrgica de la Iglesia católica. El punto final a la tradición festiva lo escribe la celebración del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Lo preciso un poco más por caer en la cuenta de algunos pormenores preñados de intencionalidad poco humana. Se habla de la persona de Cristo, no de la persona de Jesús de Nazaret. ¿Son distintas? Muy diferentes. Tan marcadamente distintas y distantes que los propios Evangelistas suelen indicarlo.

 

Al hombre de Nazaret de Galilea llamado Jesús, hijo de José y de María, le atribuyeron una personalidad que él nunca aceptó: ser el Mesías (según la lengua hebrea-aramea) o ser el Cristo (según la lengua griega). Tanto en una lengua como en la otra, Mesías-Cristo quiere decir ‘separado, escogido, ungido, enceitado, embadurnado de aceite, consagrado’, según se explica muy gráfica y detalladamente en Éxodo 30,22-33. Sin embargo, Jesús de Nazaret ni pidió ni aceptó ser ungido, consagrado y separado. Al contrario, vivió como uno más, como todos. Es decir, quienes hicieron ‘Cristo-Mesías’ a Jesús de Nazaret le robaron su identidad para inventarse otro cuerpo y otra sangre y otra vida.

 

Hecha esta ‘transustanciación’ de personalidad por la tradición de sus seguidores, Jesús de Nazaret deja de ser persona del pueblo, laico, normal, humano y se le convierte no sólo en ‘santo’, sino en ‘santísimo’. Es decir, en separadísimo, alejadísimo, elevadísimo, deshumaniza-dísimo. Y para identificar a este Cristo, se habla en esta fiesta solo de su cuerpo y su sangre, como si se tratara de ofrecer un sacrificio de ‘carne y sangre’. ¿Dónde han quedado esos dedos y esas manos tocadoras de Jesús que despiertan vida, salud, cariño, amor? ¿Dónde dejamos los ojos de Jesús que miran de frente con la ternura de la comprensión? Y sus pies, su nariz, su ‘humanidad terrena’…, ¿por qué la olvidamos y escondemos en su exaltada divinidad celeste?

 

Curiosamente el relato de Lucas en este domingo, por fin regresamos al Evangelio de este año y nos quedamos en él hasta finales de noviembre, nos presenta a Jesús de Nazaret que acoge, enseña y cura a la gente que los Doce desean alejar y despedir: “Y él les acogía, les hablaba acerca del Reino de Dios y les curaba… Y los Doce se le acercaron y le decían que despidiera a la gente para que se fueran a buscar alojamiento y comida” (Lucas 9,12-13). Creo también que la festividad celebrativa del ‘Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo’ pretende más divinizar y alejar a Jesús de Nazaret que contemplarle encarnado en la tierra y en la historia de sus gentes.

 

Pero a este Jesús de Nazaret nadie le tuerce de su camino y de su sueño siempre despierto que es compartir lo que se es y lo que se tiene: “Dadles vosotros de comer” (9,13). Y que dicho a modo de sencillo ‘mantra’ sonaría así: ‘Cuando se parte, se reparte y se comparte todo cuanto se es y se tiene, todos quedan saciados y siempre sobra’.

 

Y este mensaje es lo que andan gritando desde su silencio los doce canastos rebosantes con el superávit de ‘esta empresa’ (9,17). Me lo he pensado muchas veces: Si aquellas gentes no llevaban nada consigo y se encontraban en un lugar tan alejado y deshabitado, ¿de dónde trajeron, sacaron o inventaron aquellos doce canastos? Y me suelo decir: el milagro no estuvo en los panes y peces multiplicados, sino en los adentros convertidos de las personas. Éste es el sueño.

Carmelo Bueno Heras. En Burgos, 29.05.2016. También, en Madrid, 22.06.2025.

 

CINCO MINUTOS con el Evangelio de Lucas para leerlo ordenadamente y desde el principio hasta el final. Semana 30ª (22.06.2025): Lucas 9,51-62.

El evangelizador REINADO es ‘hacerse samaritano’

Ahora y en este lugar, según nos cuenta con su acostumbrada precisión este Evangelista, su Jesús de Nazaret toma la decisión irrevocable de ‘subir a Jerusalén’. Desde los inolvidables tiempos del rey David, Jerusalén será cabeza y corazón, la capital, de este pueblo judío llamado Israel. Y hoy, unos tres mil años después, esta misma creencia permanece viva y sostenida.

 

Este Jesús del Evangelio de Lucas decidió subir a la capital… ¡para evangelizar! Sabemos esto si nos acercamos a la lectura del relato en Lucas a partir de 19,28. Aquí es cuando Jesús y sus gentes ‘pisan la entrada de Jerusalén’, como se proclamaba en el salmo 122.

 

Este Evangelizador que es Lucas nos va a contar a su estilo desde 9,51 hasta 19,27 qué sucedió en ‘ese camino’, largo, complicado y sembrado a cada paso de sorpresas para el propio Jesús de Nazaret, sus gentes y, ahora, para sus lectores. Semana a semana y durante tres meses, además de evangelizadores, seremos caminantes, aprendices del acompañamiento con Jesús.

 

El primer paso o relato de este ‘Camino de Jesús hacia Jerusalén’ que nos propone el Evangelista consta de dos apartados muy claritos y muy sorprendentes. El primer apartado (9,51-56) retoma el final de la evangelización de Jesús en Galilea (9,49-50). Este Jesús de Lucas presenta sus intencionalidades misioneras: pisar tierra de samaritanos para anunciar ahí una buena noticia. Los dos Evangelios anteriores a Lucas, Marcos y Mateo, no nos contaron nada del paso de Jesús de Nazaret por tierras de Samaría.

 

Según este Evangelista Lucas, su Jesús deseó vivamente pasar por esta tierra enemiga de las tierras de los judíos del norte (Galilea) y de los judíos del sur (Judea). Esta cosa de las tierras es más profunda de lo que nos podemos imaginar. Sólo el Evangelio de Juan, el último de los cuatro, se atrevió a escribir esta evangelización explícita de las tierras y las gentes de Samaría. Conviene leer en paralelo, o sinópticamente, este texto de Lucas 9,51-56 y el texto de Juan 4,5-42. Quienes siguen a Jesús, especialmente Santiago y Juan, rechazan enérgicamente la misión evangelizadora de Jesús: “Quieres que pidamos que baje fuego del cielo y los consuma?”.

 

El segundo apartado (9,57-62) presenta la cuestión del seguimiento de este Jesús de Nazaret. Y lo hace precisamente en este contexto tan sorprendente que acaba de iniciar Jesús: pasar por Samaría para llegar hasta Jerusalén, la capital de Judea y de Israel. Este es el reto: pasar por tierra de samaritanos y compartir ahí la buena noticia ya sembrada en Galilea desde el sábado aquel en Nazaret (Lucas 4,14) hasta ahora.

 

La cuestión primera y más importante en el seguimiento de Jesús no es seguirle a él o estar con él, sino anunciar, porque se vive así, la presencia del Reino de Dios. Ésta es la buena noticia, el reino-reinado de Dios que, como se dirá en Lucas 17,21, está en ti, en él, en mí… Y con muchas personas que leemos estos tres relatos de seguimiento me pregunto, ¿qué es este reinado de Dios que está en mí y en todos?, ¿qué es este reino de Dios que está en ti y en mí?

 

Una realidad nada complicada y tan sencilla como la que comentará enseguida Lucas en 10,25-37: “…Haz esto y vivirás… Vete y haz tú lo mismo”: Este reinado es…, ¿hacerse samaritano? Sí.

Carmelo Bueno Heras. En Madrid, 24.06.2018. También en Madrid, 22.02.2025.

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