Santos Montano y Máxima, mártires
fecha: 26 de marzo
†: c. 304 - país: Croacia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
†: c. 304 - país: Croacia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
En la región de Sirmia, en Panonia,
santos mártires Montano, presbítero, y Máxima, su esposa, que por confesar
ambos su fe en Cristo Señor, fueron precipitados al mar por unos infieles.

El
Martirologio Romano celebra el 26 de marzo a los santos esposos Montano y
Máxima, mártires de Sirmio, en Panonia, región histórica entre Iliria, Germania
y Dacia, que desde el 9 dC se convirtió en provincia romana. La ciudad de
Sirmio corresponde a la actual Sremska Mitrovica, en Serbia.
Las noticias aportadas por los distintos
martirologios (Sirio, Floro, Adón, Romano) no son concordantes en cuanto a cómo
murieron, pero de todos modos sí en cuanto a que Montano era un sacerdote,
casado, y su esposa era Máxima; durante la persecución desatada en todo el
Imperio Romano por el emperador Diocleciano (286-305), fueron arrojados a las
aguas de un río en Sirmio, y ahogados. Unos martirologios dicen que sólo
Montano, otros que también la esposa, algunos que fueron ahogados en el mar. El
año del martirio fue el 304 aproximadamente. No es posible saber nada más
acerca de estos mártires.
Traducido para ETF, con escasos cambios,
de un artículo de Antonio Borrelli.
fuente: Santi e Beati
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1009
San Eutiquio, subdiácono mártir
fecha: 26 de marzo
†: 356 - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
†: 356 - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
Conmemoración de la pasión de san
Eutiquio, subdiácono alejandrino, que en tiempo del emperador Constancio, y
bajo el obispo arriano Jorge, murió por la fe católica.
Cuando se critica (con buenos motivos en
muchos casos) el "giro constantiniano", por el cual la Iglesia,
especialmente en el Oriente, queda ligada al poder imperial, no debe omitirse
que esto fue también fuente de sufrimiento para la fe, y que las cosas, antes
como ahora, no fueron fáciles para aquellos que querían mantenerse en la
fidelidad esencial al Evangelio. Al respecto es muy aleccionador todo el
período que tuvo como centro al campeón de la fe nicena, san Atanasio,
no menos protegido por los emperadores cuando creían que podía convenirles,
cuanto fustigado y duramente perseguido por ellos mismos. En uno de sus varios
exilios, fue nombrado para sustituirle en la sede de Alejandría el obispo
arriano Jorge, de tan injusta actuación, que ni siquiera sostenido por el
emperador pudo permanecer en el cargo por demasiado tiempo.
Ya celebramos hace unos días a los mártires de
Alejandría que provocó el sucesor arriano de Atanasio en el
exilio anterior del gran obispo; en este caso, la llegada del obispo Jorge en
el año 356 provocó una nueva "purga" de los partidarios de Atanasio,
esta vez con una violencia aun mayor. Conocemos algunos episodios de esta
persecución gracias, precisamente, a la obra "Historia de los
Arrianos", del propio Atanasio. En el capítulo 60 nos cuenta:
«Imitando las salvajes prácticas de los
Escitas, se apoderaron del subdiácono Eutiquio, un hombre que había servido
honorablemente a la Iglesia, y habiéndole causado heridas en la espalda con un
látigo de cuero, casi al punto de muerte, lo obligaron a marchar hacia las
minas; y no a cualquier mina, sino a las de Phano, que incluso para los
asesinos condenados a muerte son tan duras, que no resisten muchos días. Y
cuánto sería de irracional su conducta, que no permitieron ni siquiera que
pasaran unas horas antes de que pudiera vestirse, sino que lo enviaron
inmediatamente, diciendo: "si lo conseguimos, todos los demás hombres nos
temerán, y se pasarán a nuestro partido". Después de un breve intervalo,
sin embargo, le fue imposible continuar el viaje hacia la mina a causa de sus
heridas, y murió en el camino. Pereció alegre de haber merecido la gloria del
martirio.»
Hay un artículo en Acta Sanctorum, marzo,
III, pág. 620-621, que reseña el entorno histórico y discute detalles de la
inscripción en los martirologios; la fuente primera y directa, sin embargo, es
la "Historia de los Arrianos", de San Atanasio, parte VII, cap. 60,
de la que hay versión en inglés en New Advent.
Abel Della Costa
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
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