Sembrar el Camino (colaborando en la difusión de la obra del P. Antonio Oliver)
domingo, 12 de mayo de 2024
Santos del día 13 de mayo
13 de mayo: Nuestra Señora de la Sonrisa
13 de mayo: Nuestra Señora de la Sonrisa
Santa Teresita, el corazón que exclamó unos meses antes de su muerte: "En el Corazón de mi Madre, la Iglesia, seré el amor", no siempre supo que podía amar... no siempre se sintió libre para amar...Pero Nuestra Señora le sonrió y fue sanada profundamente de sus sufrimientos espirituales, psicológicos, emocionales y corporales. Ella fue sanada por una sonrisa... una simple y poderosa "sonrisa" de Nuestra Madre...
La sonrisa de la Madre es un reflejo de su amor inmaculado y materno. Ella sonríe a lo más profundo de nuestros corazones, a las profundidades de nuestras heridas...a las carencias y sufrimientos mas ocultas. Ella nos sonríe y conocemos su amor por nosotros! Ella sonríe y todo se transforma en paz, en calma en el océano de nuestros corazones...Ella sonríe y el amor florece en todo nuestro ser. Ella sonríe y los vacíos de nuestras vidas repentinamente son llenados... Ella sonríe y las deficiencias en nuestra humanidad son restauradas, son elevadas, son sanadas... Ella sonríe y la senda de la gracia se abre en nuestros corazones con una nueva libertad.
Ella sonríe y sabemos que somos amados, profundamente amados por el amor de una Madre! Ella sonríe y nuestros miedos se disipan. Ella sonríe y las dudas son iluminadas con su bondad... Ella sonríe y las faltas y excesos en nuestras vidas son elevadas a la medida perfecta del amor... Ella sonríe y nuestros corazones saben que hay mucho mas... mucho más... hay dulzura, hay valentía, hay libertad, hay fecundidad...hay comunión, hay vida, hay amor... y el amor nos hace fuertes, libres, joviales y gozosos. Ella sonríe y somos sanados... sanados en lo más profundo de nuestros corazones!
Que Ella sonría en nuestros corazones...¡Sonríenos Madre y sonríe por nosotros!
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA SONRISA
Compuesta por Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM
Tierna Madre, sonríe en nuestros corazones y sánanos!" Tu sonrisa materna sana porque es un reflejo de tu amor inmaculado y materno. Sonríe con la dulce potencia de tu amor materno y sana nuestros corazones para que conozcamos el amor, para recibir el amor, para experimentar el amor, para vivir la senda del amor y para comunicar libremente el amor que recibimos.
Sonríe en lo más profundo de nuestros corazones y trae sanación a nuestras heridas! Sonríe en nuestros corazones y sana las heridas en nuestra humanidad. Sonríe y haznos tener perfecta comunión de mente, corazón, cuerpo y alma.
Sonríe, Madre, y sánanos con tu amor! Sonríenos y expulsa todos nuestros miedos y ansiedades. Sonríe Madre, y sánanos de todo lo que aprisiona al amor en nuestros corazones. Sonríe a nuestras mentes y sana las memorias que hieren la visión del amor. Sonríe a nuestros corazones y sana las experiencias que nos han endurecido y nos han hecho huir del amor. Sonríenos con tu amor materno y sabiéndonos amados por ti, sánanos de todos los miedos y heridas que nos impiden amar libre y generosamente. Sonríe Oh Madre, y con la luz de tu rostro materno, sana nuestros cuerpos de toda la falta de transparencia en comunicar el lenguaje del amor. Sonríe, Oh Madre Inmaculada, a nuestras almas y sánanos de todo lo que esta herido en nuestra comunión de amor con la Santísima Trinidad.
Sonríe, Madre, sonríe con tu amor, en los lugares mas profundos de nuestros corazones y sánanos, para que restaurados y libres, podamos conocer lo profundo, lo ancho, lo largo y lo alto del amor de Dios; para que podamos vivir en perfectos lazos de amor con otros corazones y podamos ser ardientes testigos del amor en el Corazón de la Iglesia.
Sonríe, Santísima Madre...Sonríenos y sonríe por nosotros. Una sola sonrisa de tu Corazón Materno sanará nuestros corazones!
Nuestra Señor de la Sonrisa, ruega por nosotros.
Santa Teresita de Lisieux, ruega por nosotros.
Especialmente destinada para ayudar a rezar a quienes se sienten afligidos y agobiados por tristeza, depresión o alguna enfermedad física, emocional o espiritual o para interceder por quienes las que padecen.
“También la pobre Teresita, al no encontrar ninguna ayuda en la tierra, se había vuelto hacia su Madre del cielo, suplicándole con toda su alma que tuviese por fin piedad de ella...
De repente, la Santísima Virgen me pareció hermosa , tan hermosa , que yo nunca había visto nada tan bello. Su rostro respiraba una bondad y una ternura inefables. Pero lo que me caló hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen.
En aquel momento, todas mis penas se disiparon. Dos gruesas lágrimas brotaron de mis párpados y se deslizaron silenciosamente por mis mejillas, pero eran lágrimas de pura alegría... ¡La Santísima Virgen, pensé, me ha sonreído! ¡Qué feliz soy...!”
(Santa Teresita del Niño Jesús. Historia de un alma, III )
• Oración conclusiva para todos los días TODOS LOS DÍAS
(Se toma conciencia de la presencia de Dios, ante quien siempre estamos, en quien somos y por quien vivimos, haciendo con calma y fe la señal de la cruz) “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Virgen de la sonrisa, Madre de la alegría.
Vengo a ponerme delante de tus ojos buenos.
Necesito esa luz de tus ojos serenos y esa esperanza de tu rostro amable.
Te doy gracias María, porque estás a mi lado en todos los momentos.
Cuando sufro, tengo tu alivio. Cuando estoy feliz, compartes mi gozo.
Vengo a buscar tu ayuda de Madre para mí y para todos mis seres queridos.
(Pedir con humildad y confianza la gracia que se quiere obtener)
Te pido que hagas nacer en nosotros a Jesús.
Así podremos vivir con alegría,
y saldremos adelante
en medio de las dificultades de la vida.
Danos fortaleza, paciencia, valentía,
y mucha esperanza para seguir caminando.
Madre de la alegría, derrama tu consuelo
en todos los que están tristes y cansados,
deprimidos y desalentados.
Que la hermosura de tu rostro,
lleno de fuerza y de ternura,
nos llene a todos de confianza,
porque comprendes lo que nos pasa
y somos valiosos para tu corazón materno.
Amén.
PRIMER DÍA
- Lectura bíblica:
Jesús dijo: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá: porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!” (Mateo 7, 7-11)
- Reflexión:
Muchas veces hemos rezado “Bajo tu amparo…” y, sin embargo, nos cuesta reconocer la presencia protectora de Dios que se nos hace manifiesta en la imagen maternal de María. Él siempre cuida de nosotros y nos regala la vida para que la disfrutemos y compartamos. Pero para experimentar este amparo es necesario confiar en él como un niño pequeño y abandonarse en sus manos. La sonrisa de María nos habla del amor de Dios, que nos invita a vivir en ese amor como ella lo hizo toda su vida.
SEGUNDO DÍA
- Lectura bíblica:
Dijo Jesús: “ Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.” (Mateo 11, 28-30)
- Reflexión:
A veces estamos afligidos y agobiados por preocupaciones intrascendentes que nos quitan la paz y nos hacen perder el camino que nos lleva al Dios que habita en lo más íntimo de nuestro ser. A veces estamos divididos interiormente y vivimos disipados por mil cosas innecesarias que nos hacen descuidar lo principal… Si ponemos nuestros ojos en María, ella nos muestra a Cristo, que es nuestra luz. Es por eso que acudimos a ella con nuestras oraciones, para recibir esa luz que viene a nuestro encuentro para robustecer nuestra esperanza. Al mirar su rostro amable de Madre sonriente, confirmamos nuestra confianza en la infinita bondad de nuestro Padre Dios.
TERCER DÍA
- Lectura bíblica:
Dijo Jesús: “Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego por su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.” (Juan 12, 24-25)
- Reflexión:
El hombre de hoy, a pesar de vivir rodeado de otros hombres, muchas veces se siente solo, se llena de miedos y se pone a la defensiva. Cerrado en su egoísmo no percibe que si quiere tiene refugio en el seno maternal de María.
Para gozar de la compañía protectora de Dios es necesario tener los mismos sentimientos y disposiciones de María que siempre fue fiel oyente del Señor. Por su perfecta obediencia y la total disponibilidad que le hizo decir sí a Dios, a pesar de no entender ni saber cabalmente la dimensión que iba a tener su pedido, primero engendró interiormente a Cristo y luego lo dio a luz.
Así, siguiendo el ejemplo de la Virgen de la Sonrisa, el creyente descubre que su entrega se convierte en frutos abundantes, que sus obras son las que el Señor espera de él, porque se abre generosamente a la vida y se deja llenar de Dios.
CUARTO DÍA
- Lectura bíblica:
“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ‘¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que fue anunciado de parte del Señor'. María dijo entonces: ‘Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora...'.” (Lucas 2, 39-47)
- Reflexión:
Una de las cosas que debemos aprender de María es a compartir con los demás las alegrías, las tristezas, los gozos, los dolores. María no es una mujer indiferente, cerrada en sus cosas, al contrario, ella está siempre disponible, acude siempre al encuentro del otro para tomar parte en su vida y para señalarle, con la sonrisa de sus labios, que la presencia de Dios lo acompaña en medio de todas las circunstancias.
QUINTO DÍA
- Lectura bíblica:
Jesús dijo: “Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo. También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar”. (Juan 16, 20-22)
- Reflexión:
El cristiano es un peregrino, un caminante esperanzado que avanza paso a paso hacia la Patria definitiva. Pero no por tener los ojos en el cielo deja de tener los pies sobre la tierra; vive en el mundo, pero no es del mundo. Cuando los que piensan que la vida termina en la tumba se desesperan, él se anima porque cree que las angustias y dolores del parto presente se convertirán en el gozo y la alegría eternos. En este mundo, que a veces percibimos como un “valle de lágrimas”, una certeza nunca nos debe abandonar: María está siempre dispuesta a interceder por las necesidades de sus hijos. Ella peregrinó por este mundo y experimentó necesidades similares a las nuestras, ahora que goza del cielo intercede por nosotros para que sigamos caminando.
SEXTO DÍA
- Lectura bíblica:
Jesús dijo: “No temas, pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino”. (Lucas 12, 32)
- Reflexión:
Quien tiene a Jesús en su corazón tiene una alegría que nada ni nadie puede hacer desaparecer, porque se sabe parte del pequeño rebaño que él mismo pastorea. Quien tiene a Jesús en su corazón ve todo con los ojos de María y enfrenta las mayores dificultades sin perder la calma. La sonrisa bondadosa y serena de la imagen venerada de nuestra Madre nos anima, así enfrentamos todas las circunstancias que nos tocan vivir con la misma actitud de María, gozando, como ella, de la paz y de la confianza en Dios que todo lo puede: “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar” (Salmo 23, 1) .
SEPTIMO DÍA
- Lectura bíblica:
Jesús dijo: “No se preocupen por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen acaso ustedes más que ellos?” (Mateo 6, 25-26)
- Reflexión:
Cada vez que emprendemos un camino nos invade un cierto temor, sabemos que la realidad muchas veces nos sorprende con sus dificultades, así como también con alegrías inesperadas. Enfrentamos las contrariedades con confianza, porque creemos firmemente que tenemos un Padre bueno en el cielo que cuida de nosotros. Aunque nos esforzamos como si todo dependiera de nosotros, rezamos como si todo dependiera de él. Juntos, él con su gracia y nosotros con nuestro esfuerzo, vamos tejiendo nuestra propia existencia un día a la vez.
OCTAVO DÍA
- Lectura bíblica:
“Se celebraban unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino'. Jesús le respondió: ‘Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía'. Pero su madre dijo a los sirvientes: ‘Hagan todo lo que él les diga'...” (Juan 2, 1-5)
- Reflexión:
Ya sabemos cómo terminó la historia, esa fiesta que simboliza la historia de la humanidad y la de cada uno de nosotros no se aguó… La hora de Jesús ha llegado, si invitamos al Hijo y a su madre para que participen de nuestra vida haremos de ella una continua fiesta en donde el vino de la alegría y de la fraternidad nunca faltarán. Acudiendo a la Virgen de la Sonrisa encontramos el consuelo necesario para superar todas las circunstancias penosas que ponen en peligro la fiesta de la vida.
NOVENO DÍA
- Lectura bíblica:
“El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido ( la condena y muerte de Jesús ). Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: ‘¿qué comentaban por el camino?'. Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: ‘¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!'. ‘¿Qué cosa?', les preguntó. Ellos respondieron: ‘Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron'.
Jesús les dijo: ‘¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?'. Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él.
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: ‘Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba'. Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: ‘¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?'. En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: ‘Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!'. Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan .” (Lucas 24, 13-35)
- Reflexión:
En el camino de la vida no estamos solos. Dios se hace caminante con nosotros y nos ofrece una nueva interpretación de las circunstancias que nos agobian o desconciertan. María con ternura inigualable, sonriéndonos nos llena de confianza en las horas más difíciles, porque de ella comprende nuestras debilidades y porque como madre nuestra nos siente carne de su carne y nos cobija en su regazo, cerca de su corazón que late de amor por nosotros y por el mundo entero.
ORACIÓN CONCLUSIVA PARA TODOS LOS DÍAS
De la mano maternal de María nos dirigimos al Padre con la oración que Jesús nos enseñó. (Se reza un Padre Nuestro)
Depositamos en las manos de María nuestras intenciones. (Se reza un Ave María y Bajo tu amparo)
Bajo tu amparo
nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades.
Antes bien líbranos de todo peligro,
Oh Virgen gloriosa y bendita.
Amén.
Matrona Patronal Divinizada - Domingo de la ASCENSION Ciclo B (12.05.2024): Marcos 16,15-20 (Por qué sé que soy seguidor de Jesús de Nazaret) y CINCO MINUTOS semanales con el Evangelio de Marcos (Semana 24ª (12.05.2024): Marcos 6,30-56 Tres acciones de una Buena Noticia: Comer, liberar y sanar).
Matrona Patronal
Divinizada
Para este domingo día 12 de
mayo de 2024 se propone la celebración de la fiesta de la ASCENSIÓN. Ascensión
que se refiere a Jesús de Nazaret, porque nunca se debe aplicar tal 'hecho' a
la persona de María de Nazaret. Lo propio de esta mujer es la ASUNCIÓN. Y así
es como se celebra año tras año en el día 15 de agosto desde que el papa Pío
XII así lo proclamara en el recientísimo año de 1950, primera y única vez en
que la institución eclesial católica y vaticana ejerció la suprema potestad que
se le atribuye con el dogma de la Infalibilidad del pontífice o Papa. Este
dogma se proclamó en el año 1870 y se le representa, desde entonces, con la
imagen de la tiara papal colocada sobre la biblia abierta.
Dicho esto, me pregunto, ¿Qué
encuentro de todo ello en los relatos de los cuatro Evangelios? Tan sólo alguna
brizna, pitraca o migaja. La Buena Noticia del Evangelio de Jesús de Nazaret,
tan sencilla y de sentido común como las chirivitas de los campos en
primavera, se nos ha quedado orillada, ocultada y hasta olvidada frente al
poder de la Religión del Dogma que sube, asciende, manda, instituye,
corona y diviniza.
¿No es esto mismo lo que ha sucedido entre nosotros con María, la madre
de Jesús de Nazaret? Aquella señora María, ¿no es ahora matrona
patronal divinizada? Aunque sea al menos un segundo diario, proseguiré la meditación contemplativa de 'estas otras
cositas de la fe' que tienen que ver con nuestras populares, o no tan
populares, tradiciones pastorales o pastoriles. Por eso, me vuelvo a
repetir el mantra de mis saludos o silencios en una semana más de este
curioso año de mis preocupaciones con María y con Jesús:
Buenos días, humanísima trinidad de Nazaret: Jesús,
José y María.
099. Nuestra Señora la Virgen de la Cuesta de Alconchel
100. Nuestra Señora la Virgen del Castillo
101. Nuestra Señora la Virgen de Viloria
102. Nuestra Señora la Virgen de Rocamador
103. Nuestra Señora la Virgen del Just
104. Nuestra Señora la Virgen de Bucesta
105. Nuestra Señora la Virgen de la Oliva
Mi jaculatoria: Que me devuelvan
a la Señora María. Y
añado: Vive Jesús en nuestros corazones. Siempre.
A continuación se encuentran
los dos comentarios de este domingo día 12 de mayo.
TCarmelo Bueno Heras
Domingo de la ASCENSION Ciclo B (12.05.2024): Marcos
16,15-20. Respiro, vivo y sigo escribiendo CONTIGO:
Por qué sé que soy seguidor de Jesús de Nazaret
En la
recta final del tiempo de Pascua, las autoridades de la liturgia proponen la
celebración de cuatro domingos muy especiales. El primero de estos cuatro está
dedicado a contemplar la ‘ascensión’ [¿¿¿¡¡¡de la tierra al cielo???!!!]
del resucitado Jesús de Nazaret. Y para llenar de sentido la celebración de
esta fiesta se nos propone la lectura, la escucha y la meditación del texto de Marcos
16,15-20. Con este texto se concluye y finaliza la narración de la Buena
Noticia según el llamado Evangelio de Marcos. Será bueno que cada uno de
nosotros lo constatemos en la Biblia que solemos tener a mano para su constante
consulta.
En
realidad, hay que decir desde ahora mismo que este texto no pertenece a la
redacción primera de este Evangelio. El texto de Marcos 16,9-20 fue un
añadido, tal vez hacia finales de la década de los años noventa del siglo
primero. Tal vez, a alguno o a muchos de los lectores de aquella época, y de
aquel Evangelio, les pareció poco oportuna la forma y manera en la que se había
puesto el final a la ‘primera biografía de Jesús’. Este Evangelio, desde su
primera edición publicada no contaba ninguna narración sobre lo acontecido al
ejecutado y sepultado judío Jesús de Nazaret. Un joven vestido de blanco
anunció a tres mujeres (María Magdalena, María la de Santiago y Salomé) que si
deseaban ‘ver resucitado al crucificado Jesús de Nazaret’ deberían dirigirse a
Galilea (Marcos 16,1-8). Ahí y así acababa aquella primera biografía.
Por esta
razón me parece muy oportuno que se lea personalmente, o de manera compartida,
el relato completo de esta añadidura posterior al Evangelio como había sido
concebido y redactado originariamente. Para muchos estudiosos resulta extraño
que este primer Evangelio escrito no contase ninguna de ‘las apariciones del
resucitado Jesús de Nazaret’. En cambio, otro buen grupo de comentaristas
proponen comprender todo el relato de Marcos (desde 1,1 hasta 16,8) como la
única aparición de aquel judío y laico de la Galilea del norte llamado Jesús,
el de Nazaret. Y es en esa experiencia de ‘volver a Galilea’ donde se
descubre quién es Jesús.
Escrito
esto, que siempre es saludable rememorar y actualizar, prestamos atención
concentrada a ese puñado de versículos (Mc 16,15 a 18) que se han
colocado en boca de un Jesús de Nazaret evidentemente muy extraño y con muy
poco parecido o semejanza al mismo Jesús de todos los anteriores capítulos de
este Evangelio. Confieso que mi sentido común se niega a aceptar que las cinco
señales a las que se alude en esta lectura evangélica tengan algo que ver con
la persona del protagonista Jesús.
Siempre
he reconocido que las cinco señales de las que se habla aquí no me acompañan,
no me pertenecen, no me reconozco en ellas, no las practico ni creo en ellas.
Por eso, las vuelvo a transcribir aquí para no echarlas en el olvido: Una, no
creo haber expulsado a ningún demonio; la segunda, no he conseguido hablar
lenguas nuevas por ser creyente; la tercera, nunca he agarrado serpientes con
mis manos y dudo que trate de corregirme; la cuarta, nunca bebí conscientemente
un veneno para demostrar ser algo o alguien con poderes; y la quinta, a nadie
he curado de ninguna enfermedad por más que lo haya deseado realizar en más de
una circunstancia. Si estas son las cinco señales por las que se me reconocerá
que soy creyente, concluyo que soy una persona sin posibilidad alguna de
salvación. Confesado queda.
Frente a
esta realidad, dejo escrito que me parece más humana y creíble la única señal
de los seguidores que nos ofrece el biógrafo contemporáneo llamado Evangelio de
Juan. Me confieso seguidor del Jesús de Juan 13,35: “En esto conocerán todos
que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros”. Clarito.
Carmelo
Bueno Heras. Madrid, 12 de mayo de 2024.
CINCO MINUTOS semanales con el
Evangelio de Marcos entre las manos para leerlo y meditarlo completo y de forma
ordenada, de principio a fin. Semana 24ª (12.05.2024): Marcos 6,30-56
Tres acciones de una Buena Noticia: Comer, liberar y
sanar.
La
lectura de Marcos 6,30-56 nos permite conocer tres nuevos hechos, signos
o datos que iluminan la respuesta a la pregunta explícita sobre la identidad de
Jesús de Nazaret, aquel laico judío que sorprendió por su manera de actuar y de
enseñar. Estos tres signos son: la llamada multiplicación de los cinco panes
y los dos peces con los que se alimentaron aquellos cinco mil hombres
hambrientos, más las mujeres y menores de doce años que no fueron contados,
pero que también estuvieron y comieron. ¿Quién reunió a esta inmensa multitud?
Parece ser que fue ‘la propaganda’ llevada a cabo por lxs seguidorxs de Jesús,
según leímos en 6,7-12.
Este
hecho de la comida compartida tiene lugar en la orilla oriental del lago, en el
mismo lugar donde se produjo la insólita transformación de ‘El Legión’
(5,1-20). ¿A quién no le resonará como un punzante ritornelo la expresión que
este relato pone en labios de Jesús: “Dadles vosotros de comer” (6,37)?
¿No se trata de ‘partir’ lo que se tiene, ‘repartirlo’ y ‘compartirlo’ con
quienes nos rodean? ¿Era esto o así, mi narradora María Magdalena, lo que
deseaste anunciarnos del actuar y el enseñar de Jesús de Nazaret con esta
sorprendente multiplicación y con la que contarás más adelante en 8,1-10?
El
siguiente signo o señal tiene lugar en el mar. Como si se deseara evocar la
vieja experiencia de la liberación que este pueblo vivió en su estancia en
Egipto. Se nos recuerda aquella comida de la primera pascua en tierra
extranjera antes de cruzar-pasar las aguas del Mar Rojo y poder acercarse a la
nueva tierra de la libertad. Esta señal contada en 6,45-52 nos despierta la
presencia de un Jesús que no se hunde en el mar ni deja que los vientos
hostiles hundan la barca de sus amigxs. Este Jesús está muy delicadísimamente
presentado como un “Soy yo” o un ‘Yo soy’ (Marcos 6,50 o Éxodo 3,14-16).
Más
de un comentarista crítico e ilustrado invita a no echar en el olvido que el
mar (aquí y en todo contexto bíblico) no es otra cosa que un símbolo del mal.
Este mar-mal es el abismo y lugar más alejado y opuesto al cielo -alturaycasa-
donde Yavé Dios habita. ¿Quién es, fue y será este hombre y laico que se trata
tan familiarmente con el mar del mal (6,51-52)?
¿No
es un mal el hambre de los hambrientos? Dadles vosotros de comer. ¿No es un mal
el sufrimiento de los enfermos? Dejadles tocar siquiera el borde de su manto
(6,53-56). El siguiente signo o señal es ¿acercarse a Jesús, sentir la
seguridad de su cercanía?: “Llegaron a la orilla occidental del lago,
desembarcaron en Tiberias… y todos los que lo tocaban quedaban sanos”. ¿No
les hacían creer a aquellas gentes que toda enfermedad era un castigo divino
por el pecado de los humanos?
¿Tocar
el manto de Jesús sanaba? Claro, ya lo ha contado esta Evangelista, que lo es
MM, en 5,24-34. Aquel manto de aquel Jesús es su mismísima identidad.
Tocar este manto es escuchar su enseñanza y acoger su buena noticia, blasfemia
y desobediencia para el poder del mal que reside en la Ley de Moisés y en la
religión de este Israel de Yavé, su Dios. El manto de este Dios es el único
Templo de Jerusalén y todo el sistema estructural de su Sacerdocio. Tocar el
Templo era tocar a su Dios y su manto. ¿Cómo ahora en muchos ámbitos? Igualito.
Creo que sí.
Carmelo
Bueno Heras. Madrid, 7 de mayo de 2017
Santos del día 12 de mayo
12 de mayo: Nuestra Señora de las Virtudes de Aubervillers
12 de mayo: Nuestra Señora de las Virtudes de Aubervillers
El abad Orsini escribió: "Esta imagen ha obrado tantos milagros en esta iglesia, que se llama Nuestra Señora de las Virtudes, a pesar de que está dedicada a San Cristóbal".
Conocido ahora como Notre- Dame -des- Vertus, este templo mariano está en Aubervilliers (Francia) y que data del Siglo XIV, cobró importancia debido a los milagros allí ocurridos durante la Edad Media. Como se ha señalado por el Abad Orsini, aquella iglesia fue originalmente dedicada a San Cristóbal pero, sin embargo, el nombre cambió pronto en honor a la Madre de Dios en reconocimiento de las gracias y milagros obtenidos allí debido a la intercesión de la Santísima Virgen María.
El primer milagro se produjo el 14 de mayo 1336, conocida localmente en el milagro de la lluvia . Fue durante una época de terrible sequía cuando una pequeña niña entró en la iglesia de San Cristóbal con flores para adornar la estatua de la Santísima Virgen María. Mientras oraba la chica de repente se dio cuenta de que la imagen fue cubierta con lo que parecía ser gotas de sudor y el cielo se oscureció anunciando la llegada de una fuerte tormenta. La Madre Celestial escuchó las plegarias de la niña y la tempestad cesó.
Los habitantes de la parroquia acudieron a la iglesia, alertados por el sonido de la campana de la iglesia, para ver la maravilla y dar gracias a Dios por este milagro. De allí en más, empezaron a organizarse peregrinaciones al templo mariano, sobre todo desde las parroquias de París. Estas peregrinaciones fueron alentadas por las autoridades de la Iglesia, como así también por el ejemplo de los muchos visitantes distinguidos y la ocurrencia de muchos otros milagros durante los siglos siguientes. Estos milagros incluyen muchas curaciones y sanaciones. Reyes de Francia fueron algunos de los muchos peregrinos que vinieron durante la Edad Media, entre ellos el rey Luis XIII, que vino a orar por la captura de Rochelle.
El arzobispo de París confirmó la celebración de la fiesta en el segundo martes de mayo, que es el mes de María. El pequeño santuario más tarde fue sustituido por una iglesia más imponente cuya construcción se inició en el siglo XV. Lamentablemente, la estatua de madera milagrosa de Nuestra Señora de la energía fue profanada e incendiada el 12 de octubre de 1793, durante los estragos de la Revolución Francesa.
viernes, 10 de mayo de 2024
Santos del día 11 de mayo